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Guía para crear un espacio acogedor y elegante en tu salón-comedor
Decorar el salón-comedor puede parecer sencillo, pero cuando uno quiere que ese espacio sea acogedor, elegante y además funcional, la historia cambia. Hay detalles que marcan una diferencia enorme: desde el tipo de mobiliario, la luz, los colores, hasta cómo se distribuye cada elemento para que no quede desordenado o frío. Para redactar esta guía, hemos consultado con el equipo de Divinity Muebles, expertos en interiorismo que conocen a fondo lo que realmente funciona cuando se quiere transformar una estancia en un rincón de confort y estilo. ¿El objetivo? Que te apetezca pasar horas ahí, solo o en compañía, y que te sientas orgulloso de cómo ha quedado.
El equilibrio entre comodidad y estilo empieza por los muebles
Lo primero que se nota al entrar en un salón-comedor es si transmite calidez o no. Esto no depende de llenar el espacio con cosas, sino de acertar con piezas que hablen entre sí. No hace falta que todo combine de forma literal, pero sí es importante que los muebles compartan cierta coherencia visual. Colores, formas, materiales... Todo influye en esa primera sensación. Por ejemplo, los muebles que tienen acabado en madera clara o natural suelen aportar una atmósfera mucho más amable, sobre todo cuando se mezclan con textiles en tonos neutros o tierras.
El salón y el comedor comparten espacio en muchas casas, pero eso no significa que deban competir. Un truco muy útil es usar alfombras para definir zonas, o jugar con distintos puntos de luz que den identidad a cada rincón. Dentro de ese conjunto, los muebles para salón tienen mucho que decir. Escoger un mueble bajo para el televisor, una vitrina para la vajilla bonita o una estantería abierta puede ayudarte a que el salón mantenga orden y al mismo tiempo personalidad. No hace falta recargar, pero sí pensar en qué necesitas realmente para que el espacio sea tuyo.
El comedor como pieza central de la convivencia
El comedor no solo es el lugar para sentarse a comer. Es también el punto de encuentro donde pasan cosas importantes: celebraciones, charlas largas, tareas con los niños o incluso ratos de trabajo improvisado. Por eso, conviene tratarlo como lo que es: el corazón funcional del salón-comedor. Y para que eso funcione, la mesa no puede ser un simple añadido.
Por este motivo, es clave elegir bien entre las distintas mesas para comedor la que mejor encaja con tus necesidades (y tu espacio). Las redondas ayudan a fomentar la conversación y dan sensación de fluidez en espacios pequeños. Las rectangulares, sobre todo si son extensibles, se adaptan mejor a quienes reciben visitas con frecuencia o tienen una familia numerosa. Además, materiales como la madera maciza o el mármol aportan presencia y calidez al mismo tiempo. La cuestión es que la mesa te invite a quedarte, que sea práctica y bonita a partes iguales.
Iluminación y colores: el alma invisible del ambiente
Aunque muchas veces se pasa por alto, la luz lo cambia todo. Un salón-comedor mal iluminado puede parecer más pequeño, más frío o directamente incómodo. La luz cálida es una gran aliada si lo que quieres es crear un ambiente que abrace. No basta con una lámpara en el techo: combina luces directas e indirectas, y juega con puntos estratégicos como lámparas de pie cerca del sofá o una lámpara colgante justo encima de la mesa del comedor.
Además, los colores que elijas para las paredes, los textiles y los propios muebles también tienen un peso brutal. Los tonos beige, gris claro, verde oliva o terracota suaves aportan una base acogedora sin resultar aburridos. Si añades cojines, mantas o cortinas en telas suaves y con textura, la sensación de confort se multiplica. Y si te gusta el arte o las fotos familiares, busca formas de integrarlos sin que parezca un caos visual. Un par de cuadros bien elegidos pueden decir mucho más que una pared repleta de marcos.
Cómo lograr armonía sin renunciar a tu estilo personal
La clave está en encontrar el equilibrio entre lo práctico y lo estético. No se trata de copiar un catálogo ni de llenar el espacio de objetos caros. Lo que realmente consigue que un salón-comedor sea especial es que refleje tu forma de vivirlo. Tal vez te guste el estilo nórdico, o prefieras algo más ecléctico, o incluso algo clásico con un toque actual. Sea cual sea tu preferencia, elige piezas que hablen de ti, que te hagan sentir cómodo.
Un truco que nunca falla es combinar materiales. Si ya tienes un sofá de líneas rectas, puedes buscar una mesa de centro con patas metálicas y sobre de madera para romper la monotonía. O si tu mueble de televisión es blanco, añade una butaca de tela color mostaza o azul profundo para darle vida al conjunto. Lo importante es que, al final, cada cosa tenga su sitio y su sentido, sin forzar.
Fuente: Divinity Muebles.


















