Esta primera edición hace hincapié en la importancia de la vivienda como necesidad humana fundamental, pero sin dejar de lado el fomento de la innovación, inclusión y la responsabilidad medioambiental en el diseño de viviendas colectivas
Últimas dos semanas para presentarse al Premio Europeo de la Vivienda Colectiva, sello de excelencia arquitectónica e impacto social
Este año ha dado paso a la primera edición del Premio Europeo de Vivienda Colectiva, organizado por el Instituto de Arquitectura de Euskadi y arc en rêve centre d’architecture (Burdeos), de la mano del Departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno Vasco. Únicamente quedan dos semanas para presentar las candidaturas, pues el próximo martes 7 de mayo cerrará el plazo de inscripción.
El galardón incluye a 46 países del Consejo de Europa y es un trampolín para que los profesionales del sector puedan mostrar sus proyectos generando un cambio en la industria, reconociendo a aquellos proyectos que simbolicen un impacto positivo en las comunidades y contribuyan al desarrollo urbano sostenible. El premio no aplica muchas restricciones, ya que se premia también la innovación y creatividad, abarcando todos los ámbitos relacionados con la vivienda colectiva, que pueden ir desde propuestas especializadas en arquitectura y urbanismo hasta otras totalmente paralelas, como podrían ser las relacionadas con las administraciones públicas.
En lo que se refiere al jurado, todos sus miembros dotan de prestigio internacional, conformado un equipo variado que ha sido escogido minuciosamente para que los valores del concurso prevalezcan, ante todo. Además, se han incluido en este jurado expertos de sectores muy variados, que consiguen representar la pluralidad de ámbitos profesionales que caracteriza al Premio Europeo de la Vivienda Colectiva. En total, se ha contado con cinco expertos, encabezados por la presidenta del jurado, que es la francesa Anne Lacaton, ganadora del Premio Pritzker 2021.
La vivienda colectiva es mucho más relevante de lo que puede parecer a simple vista, pues representa la identidad y los valores del lugar donde vivimos. Nos da datos sobre el pasado, sobre aquello que fuimos y, al mismo tiempo, nos aporta pistas sobre el futuro, generando destellos que dejan ver hacia donde nos dirigimos. Este fenómeno se intensifica aún más si tenemos en cuenta que hablamos sobre el continente europeo, que es testigo de una rica historia en lo que se refiere a la vivienda colectiva que a lo largo de los años ha configurado la identidad del continente. Dicho de otra forma, la vivienda colectiva es la gran piedra angular del sistema europeo, desde sus raíces hasta la actualidad más contemporánea.
El premio culminará con una ceremonia en la que se darán a conocer los ganadores, que formarán parte de una exposición que se instalará en primer lugar en el Instituto de Arquitectura de Euskadi, en San Sebastián, para ser reubicado posteriormente en Burdeos, concretamente en el arc en rêve centre d'architecture. En definitiva, la primera edición del Premio Europeo de la Vivienda Colectiva hace hincapié en la importancia de la vivienda como necesidad humana fundamental, pero sin dejar de lado el fomento de la innovación, inclusión y la responsabilidad medioambiental en el diseño de viviendas colectivas.