Una fábrica de avena integrada en el Valle de Arakil
El Valle de Arakil (Navarra) ofrece un entorno de alto valor ecológico. Rodeado por verdes prados y bosques húmedos, se integra a la perfección una fábrica especializada en la transformación de cereal. Sin embargo, ha supuesto un auténtico reto por la ya compleja tarea de diseño por parte del estudio IDOM. Pese a sus imponentes dimensiones, se precisaba que fuera lo más neutro posible, tanto en color como en imagen. Además, se debía evitar un aspecto industrial que violentara la percepción del valle en su conjunto. Por todo ello, abordó el diseño con parámetros propios de una dotación museística o tecnológica.

Harivenasa se encuentra rodeada del Valle de Arakil (Navarra) y su misión es compartir el espacio con el entorno natural, a partir de una volumetría sencilla y el uso de colores neutros.
Integrar una fábrica de enormes dimensiones en un espacio verde ha supuesto un auténtico desafío para el equipo de IDOM. Debido al carácter eminentemente industrial de Harivenasa y a su exigencia funcional, el nuevo edificio necesitaba adaptarse al ambiente rural donde se integra. Con el objeto de mitigar el impacto visual de una edificación de estas características, se propuso un diseño cuidado, de volumetría sencilla y colores neutros, para perseguir una imagen limpia, de cierto carácter tecnológico, poniéndolo en valor en el entorno circundante. En definitiva, como si de una roca más se tratara, este proyecto se asemeja más a una escultura que a la arquitectura misma.
La construcción está constituida por una serie de volúmenes regulares y simples de diferentes alturas unidos entre sí. Dada su configuración industrial, no podía incorporarse elementos de arquitectura vernácula, tales como tipologías constructivas o determinada estética tradicional propia de esta tierra.
Sin embargo, el equipo de IDOM propuso una edificación más propia de un edificio dotacional que de una mera factoría industrial. Para ello, se apostó por volumetrías marcadas y sencillas que muestren la construcción como un objeto abstracto, pero con cierto valor plástico y geométrico. Este camino es el único que era viable para insertar una edificación de estas características en un entorno de tan alto valor medioambiental.

La totalidad de las fachadas están constituidas por un revestimiento continuo que, en base a un mismo color y diferentes texturas verticales, ofrece una imagen armónica y homogénea. El revestimiento de fachada es un panel sándwich con acabado metálico arquitectónico.
Dado el importante volumen y la altura de la construcción, se apuesta por un color gris oscuro metalizado, para que se diluya en mayor medida en el propio entorno. Ésta era una de las premisas del proyecto, para que la infraestructura ‘desapareciera’ y se mimetizara, evitando, así colores claros, vivos o tonos que reflejen los rayos solares. En este sentido, el panel elegido ofrece una imagen de calidad más propia de dotaciones civiles o comerciales, con un acabado metálico de gran textura vertical, para que fuera percibido en la distancia, aportando, a su vez, contrastes lumínicos que generaran calidad visual y constructiva.

La estructura es metálica y los forjados de hormigón, con alta capacidad portante, presentan una alta resistencia al fuego. Está fuertemente aislado, ya que se precisa un control térmico y de humedad, además de que el ambiente debe estar sobre presionado. No en vano, la fábrica debe aplicar la normativa de buenas prácticas de elaboración de alimentos, por lo que deben cuidarse en extremo los detalles constructivos que favorezcan su limpieza.

El edificio cuenta con un programa de transformación de avena, que se inicia con la recepción y almacenaje del grano en silos y termina con el empaquetado y envío del producto terminado. Alberga unas modernas instalaciones que destacan por la alta calidad de su equipamiento, propio de entornos alimentarios sometidos a altos estándares funcionales y normativos.
La planta está diseñada con un altísimo grado de eficiencia y automatización. Dispone de una zona de almacenamiento de producto final con capacidad para 4.000 palets. El volumen de altura intermedia alberga un almacén automático conectado a las líneas de envasado, de forma que el proceso se realice de forma autónoma. Además, la zona de almacén automático cuenta con cuatro muelles de entrada y salida de productos.

Las oficinas se localizan en un cuerpo externo, a modo de satélite, que se vincula a la fábrica por medio de una pasarela acristalada. Desde aquí, se puede apreciar con claridad, tanto el imponente volumen del edificio, como el bucólico paraje que lo rodea.

Ficha Técnica
- Nombre del proyecto: Harivenasa. Fábrica de Avena en Arakil.
- Autores Proyecto: IDOM.
- Arquitectura: IDOM.
- Diseño Interior: IDOM.
- Aparejador: IDOM.
- Ingeniería (Estructura: Calmesa; Instalaciones: IDOM).
- Coordinación de Seguridad y Salud: Naserges.
- Equipo de proyecto: Arquitectos responsables / Dirección de Obra / Dirección Técnica / Control de Calidad...
- Arquitecto responsable: Jesús Ángel Armendáriz.
- Arquitectos colaboradores: Daniela Bustamante y María Robredo.
- Costes: Unai Mardones.
- Estructuras: Calmesa.
- Electricidad y Telecomunicaciones: Naiara Moreno y María Eugenia Gauna.
- Diseño gráfico: Gorka Arceniega.
- Técnicos / CAD / BIM: Miguel Ángel Meneses / Arrate López de Maturana.
- Dirección de Obra: Gorka Viguri / Unai Mardones.
- Dirección de Ejecución de Obra: Unai Mardones.
- Project Management: Gorka Viguri.
- Proyecto de Actividades: IDOM.
- Emplazamiento: Etxarren, Arakil. Navarra.
- Cliente / Promotor: Harivenasa.
- Constructor: Oses Construcciones / Calmesa / Tauxme / Humiclima / UTE Etxarren / Sertecq.
- Fecha Proyecto: 2018-2020.
- Fecha Construcción: Inicio y final de obra 2019-2022.
- Superficie: 18.918 m2.
- Fotografía: Aitor Ortiz.