Entrevista a Albert Salazar y Joan Carles Navarro, arquitectos y socios de AIA

En este número de Arqco, entrevistamos a Albert Salazar y Joan Carles Navarro, arquitectos y socios de AIA. Son un equipo multidisciplinar con 25 años de experiencia y más de 300 proyectos construidos, formado por arquitectos, ingenieros y consultores especializados en el desarrollo de proyectos de arquitectura, ingeniería, interiorismo y paisajismo. Esta baza les permite abordar los proyectos de forma global, dando una respuesta integral de todos los sistemas que conforman el proyecto.

Nos hemos definido siempre como un equipo multidisciplinar y en cada proyecto intentamos sintetizar y encontrar lo esencial, el concepto, la idea que lo conformará.

Esta idea a veces aparece como el resultado de la comprensión del emplazamiento o a veces se obtiene como resultado de dar respuesta a la complejidad de un programa establecido, pero siempre bajo un denominador común; el conjugar el carácter medioambiental con un diseño innovador y la integración tecnológica para obtener el resultado más eficiente y sostenible posible.

Siempre hemos creído que la arquitectura es un oficio con un gran contenido cultural, social y un más que necesario contenido experimental. La preparación teórica sin la experiencia y lo contrario no funcionan. La experiencia nos va enriqueciendo de contenido y vamos formando un carácter arquitectónico con el que nos vamos enfrentando a cada proyecto. Lo que un edificio transmite finalmente es un ejercicio de síntesis intransferible, imposible de generalizar.

Sostenemos que la arquitectura debe ser una actividad de planteamientos globales, de equilibrios entre todos los componentes. El proceso arquitectónico o se entiende en su conjunto o no existe. El reto de tener que resolver con eficiencia los proyectos de las instalaciones (climatización, electricidad, iluminación…) de edificios complejos, hizo que estuviéramos al día de las necesidades y de las soluciones energéticas más eficientes. De hecho, ya aplicamos criterios de sostenibilidad en nuestras primeras obras. La escuela Gitanjali (1999), en Badalona, que es una de las primeras fachadas fotovoltaicas con producción de calor gratuita mediante el efecto invernadero, aunque en esos tiempos nos costaba mucho convencer a las propiedades de los beneficios de este tipo de edificios, pero al final llegó al Green Building en Tokio. Hoy en día tener en cuenta estos aspectos es algo absolutamente indispensable. Uno de nuestros objetivos es conseguir una arquitectura sostenible y en esta línea damos asistencia técnica a los promotores, constructores y a otros arquitectos que quieran obtener la certificación LEED (Líder en Eficiencia Energética y Diseño Sostenible) de sus proyectos. Esta certificación ayuda a conseguir edificios sostenibles de alta eficiencia.

Durante los 28 años que llevamos trabajando hay muchos proyectos que nos definen y a los que hemos dedicado muchos esfuerzos e ilusión: en el ámbito docente nos gusta destacar la Escuela Gitanjali, la guardería Unidori de Badalona y Els Daus en Cardedeu en el ámbito cultural y residencial el Hotel Me y Diagonal 123 en Barcelona, las rehabilitaciones de los teatros Principal de Badalona, y el Auditorio Joan Maragall de Gavà, y en el ámbito deportivo, la reforma y ampliación del Club Natación Cataluña, el Campo de entrenamiento de Montigalà, el Estadio municipal de Badalona, la piscina Can Millars en Cornellá, el nuevo Gimnasio Metropolitan en Badalona, el Centro Deportivo Camp del Ferro en Barcelona.

A nivel de instalaciones destacan colaboraciones realizadas con Enric Miralles en el Pabellón de Deportes de Huesca o el Centro de Gimnasia Rítimica de Alicante, con Josep Benedito y Gae Aulenti en el Museo Nacional de Arte de Cataluña – MNAC -, con Josep Llinás en el Teatro Metropol de Tarragona, con Oscar Tusquets en el Palau de la Música y en la Estación Toledo en Nápoles, con Quim Pujol en el Club Natació Barcelona, el Centro Acuático para los Juegos Europeos Bakú 2015, … y en los últimos años desarrollando los proyectos de instalaciones en la Sagrada Familia de Barcelona.

Con respecto al diseño industrial que, según nuestro criterio, forma parte del diseño arquitectónico, ya que si el mercado no aporta la solución a algún requerimiento que se nos plantea en el proyecto, intentamos producirlo para darle respuesta. Es decir, arquitectura, ingeniería y diseño trabajan juntos en nuestros proyectos y a nivel de los más de 20 productos, muchos de ellos patentados, el COAC nos propuso realizar una publicación y exposición a la que llamamos ‘Respuestas Inventadas’.

El aspecto relacional y contextual es primordial. Este es el marco que va a determinar la expresión del hecho arquitectónico, su retórica. Es imposible hablar de un proyecto arquitectónico sin haberse empapado de su emplazamiento, no solo desde el punto de vista geográfico, sino también histórico, social, etc. Igual que nosotros “somos” porque tenemos una historia y un lugar que nos definen, un edificio es de allí donde pertenece y de ningún otro lugar. La arquitectura puede ser un ejercicio teórico comparable a cualquier investigación científica, pero solo adquiere un completo desarrollo y sentido pleno cuando se puede explicar relacionada a un emplazamiento.

En los últimos concursos, creemos que hemos recogido el reconocimiento de estos años de trabajo, ya que nos han otorgado el primer premio en varios concursos, como la construcción del Palau d'Esports Catalunya en Tarragona, sede de los juegos del Mediterráneo 2018, primer premio para la construcción del equipamiento deportivo S'Aigua Dolça en Palma de Mallorca, ambos proyectos trabajados conjuntamente con Barceló Balanzó arquitectos. También hemos conseguido el primer premio del polideportivo Camp del Ferro en Barcelona, formando equipo con Barceló Balanzó y Gustau Gili, arquitectos y junto con Leve, el primer premio para la reforma de la piscina municipal Can Millars de Cornellà del Llobregat. En el año 2017 ganamos el primer premio de la nueva pista polideportiva en el complejo deportivo Les Comes de Igualada y finalmente ganamos el concurso de dos hoteles en Ibiza.

Recientemente hemos obtenido el primer premio de la 5ª edición TRES DIAMANTES de Mitsubishi Electric a la eficiencia energética, innovación y diseño de las instalaciones por la vivienda Sa Ferradura en Ibiza.

Tal vez la figura del arquitecto está desapareciendo desde el punto de vista de persona individual. Actualmente hay un vuelco hacia una asociación de ideas que conforman las sinergias de despachos, a fin de trabajar juntos y gestionar los recursos conjuntamente. Esta nueva forma de trabajo provoca que el proyecto sea más enriquecedor, con novedades e interpretaciones diversas que hacen que el resultado sea mucho más atractivo para todos.

Tal y como nos definimos en nuestros inicios, seguimos siendo un equipo multidisciplinar que trabaja en proyectos de arquitectura, ingeniería y diseño industrial. Tenemos incorporadas en el equipo todas las especialidades, lo que nos da una imagen global del producto con el que trabajamos, que es básicamente la arquitectura.

Pensamos que para tener un mejor control sobre todo el proceso es imprescindible conocerlo directamente. La fase de proyecto es sólo una parte de ese proceso y, a veces, la parte más frágil, la que puede quedar distorsionada más fácilmente por las otras 'realidades'. Trabajar a la vez en la ingeniería, las estructuras o conocer cómo gestionar la obra, nos permite pensar en el proyecto de un modo más real, factible y, posiblemente, mejor y más realizable.

Actualmente, tal y como hemos comentado antes, estamos trabajando en el polideportivo Camp del Ferro, que en estos momentos está en ejecución junto con la pista polideportiva de Igualada.

En el sector inmobiliario estamos trabajando en la construcción de dos promociones de viviendas, una en Barcelona y otra en Sabadell.

Y en el sector hotelero estamos a punto de acabar la reforma integral del Hotel Beach Club en Gavà, y finalizando los proyectos de ejecución de tres hoteles en las Islas Baleares.

Así mismo estamos desarrollando la propuesta para la segunda fase del concurso para la construcción de tres centros deportivos municipales en Barcelona.

Destaca la intervención que supone el construir un edificio nuevo, dentro de un edificio existente, un antiguo cine, con una singularidad y una historia muy arraigadas a la ciudad de Badalona, manteniendo la piel exterior, creando una nueva piel interior y desarrollando un programa funcional y técnico tan complejo como es el de un centro deportivo con una piscina en su interior, y todo esto en el medio del casco antiguo de Badalona.

A partir del acceso que era la antigua salida de emergencias del cine, se descubre una gran volumetría llena de actividad, luz y contrastes. Espacios funcionales, dinámicos, con buena calidad lumínica natural y ventilación de aire exterior controlable según las necesidades, permiten la práctica de múltiples disciplinas.

Esta nueva manera de trabajar, en colaboración con diferentes equipos nos ha aportado mucho. Normalmente en los primeros encuentros se parte de múltiples visiones e ideas que se dejan encima de la mesa: las hablamos, las defendemos y las vamos perfilando para llegar al final a un concepto que las integra todas.

A partir de aquí, se define el equipo de trabajo y las funciones, repartidas entre los equipos y empezamos a trabajar.

En nuestro ADN llevamos integrado el trabajo multidisciplinar. Esto ha sido el hilo conductor de nuestra metodología desde los inicios en nuestro despacho y es parte del carácter de AIA.

El trabajar en equipo con otros compañeros se inscribe en esta manera de entender la creación arquitectónica que tenemos, una mejora continua, sumando propuestas. Cierto es que a partir siempre de coincidencias y de maneras próximas de entender la arquitectura.

Es a partir de este punto que el trabajo se ve enriquecido y el resultado final seguro refleja este esfuerzo colegiado realizado por todos.

“El tempranamente desaparecido Enric Miralles fue el vaso comunicante a través del cual coincidieron y se fusionaron, a comienzos de la década de los 90, las vocaciones y aspiraciones de los jóvenes Salazar y Navarro, formados en la Escola Tècnica Superior d’Arquitectura de Barcelona. En un vínculo de diálogo con Miralles, unidos por un sentido de ilusión y el deseo de ensayar un lenguaje arquitectónico, Salazar y Navarro aprendieron a romper clichés arquitectónicos y adquirieron durante esta temprana fase una actitud mental desde la que ser arquitecto en base a la cual han cimentado su propia idiosincrasia. “La arquitectura es un oficio en el que es el arquitecto quien delimita sus propias fronteras. Junto a Enric afianzamos en nuestra mente la convicción de que en arquitectura casi todo es posible, uno mismo marca el límite dentro del cual va a estar jugando y va a arriesgarse”.

Esta premisa otorga a su trabajo el que es sin duda su rasgo definitorio fundamental, su primera ruptura con una convención: la ausencia de un estilo o expresión formal. Una ausencia que posiblemente no es arriesgado definir como rechazo, aunque no sea un rechazo que se proclame estentóreamente, y sobre el que indudablemente se enraíza su modo de hacer y se hace el fundamento que permite hibridar por un lado el compromiso objetivo con las exigencias y repercusiones de todo proyecto y la dimensión experimental que cada proyecto propone y satisfaciendo a la inquietud creativa.

Salazar y Navarro fundaron AIA (Activitats Instal·lacions Arquitectòniques) desde una singularidad muy específica: nace como un equipo multidisciplinar compuesto por arquitectos e ingenieros que desarrolla proyectos tanto propios como para otros profesionales, administraciones públicas y empresas privadas.

La concepción de la arquitectura como servicio ha sido puesta muchas veces en un segundo plano, por detrás de lo que se ha dado en considerar la Arquitectura con mayúscula, donde el autor como genio creativo es ponderado siempre por encima de la verdadera calidad del edificio. No obstante, en la actualidad toma peso la noción de que el buen hacer arquitectónico está producido por un todo, y el genio creativo no es únicamente reducible a la capacidad de abordar radicalmente la dimensión estética de la arquitectura, sino que implica absoluta e indisolublemente la búsqueda del bienestar comprendido en un sentido amplio, de interacción positiva del edificio con el individuo y la colectividad (a pequeñas escalas comunitarias y en la amplitud social) y que viene asimismo dado por una forma de hacer sensata e inteligente, donde la elección de los materiales y la buena resolución de la ingeniería del proyecto conforman la esencia de la arquitectura en el presente, y que son factores indispensables para el desarrollo de la arquitectura.

Esto les ha transformado en unos pioneros en la comprensión de la idea de la arquitectura como servicio y como trabajo colaborativo, producto de la capacidad de una estructura grupal que posibilita la resolución optimizada de hasta el último detalle técnico y de diseño. Convertir al estudio arquitectónico en un cerebro multicéfalo donde el genio creador se subordina en positivo a favor de un trabajo mancomunado, a la generación de una red inteligente donde cada punto especializado desarrolla un papel fundamental para el logro de los objetivos".

Fredy Massad y Alicia Guerrero Yeste, enero 2010