La muestra podrá visitarse en Ponferrada hasta el 15 de marzo de 2026
La XVII Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo inaugura en Ponferrada 'Flujos Comunes', una exposición que redefine la arquitectura desde la hiperconectividad
Fundación Ciudad de la Energía (CIUDEN) acoge en La Térmica Cultural de Ponferrada la inauguración de Flujos Comunes, la exposición de la XVII Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo, que reúne 55 proyectos premiados en las categorías de Obras, Divulgación y publicaciones y Proyectos Fin de Carrera, y propone una reflexión sobre el papel de la arquitectura y el urbanismo en un contexto marcado por la hiperconectividad.
Vista de la exposición de la XVII Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo en La Térmica Cultural en Ponferrada. Foto: Juan Baraja.
La XVII Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo (BEAU) inaugura su exposición en la Sala de Turbinas de La Térmica Cultural, en Ponferrada, espacio impulsado y gestionado por la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden), entidad dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco). Bajo el lema Flujos Comunes, la Bienal presenta en este enclave de reconversión energética una reflexión sobre los retos contemporáneos de la arquitectura y el urbanismo. La muestra podrá visitarse hasta el 15 de marzo de 2026. Convocada por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana (MIVAU), en colaboración con el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) y la Fundación Arquia, la XVII BEAU reconoce y premia, mediante convocatoria pública, los trabajos más destacados de la arquitectura y el urbanismo español realizados entre 2023 y 2024.
Comisariada por Ander Bados y Miguel Ramón, esta edición se articula en torno a cinco ejes temáticos que representan los flujos esenciales que configuran la sociedad contemporánea: materiales, personas, energía, datos y medioambiente. La propuesta curatorial, bajo el título Flujos Comunes, cuestiona las formas tradicionales de ejercicio de la arquitectura y analiza su adaptación a los profundos cambios sociales actuales. En este marco, la edición reconoce y visibiliza prácticas arquitectónicas que han redefinido su papel en un contexto caracterizado por la interacción constante entre lo local y lo global.
La convocatoria pública, estructurada en tres categorías —Obras, Divulgación y publicaciones, y Proyectos Fin de Carrera—, ha reconocido un total de 55 propuestas: 20 correspondientes a Obras, 15 a Divulgación y publicaciones y 20 a Proyectos Fin de Carrera. Los galardones se entregarán en una ceremonia que tendrá lugar en La Térmica Cultural, coincidiendo con la inauguración de la exposición.
Según señalan los comisarios, “este conjunto de obras refleja el extraordinario momento que vive la arquitectura contemporánea en España, tanto por la calidad de lo construido en el territorio nacional como por el trabajo desarrollado por profesionales españoles en el extranjero”. En este sentido, 'Flujos Comunes' plantea una mirada crítica y reflexiva sobre el papel de la arquitectura ante los desafíos de la hiperconectividad, consolidada como eje temático de esta edición.
Un jurado especializado, presidido por Iñaqui Carnicero, Secretario General de Agenda Urbana, Vivienda y Arquitectura del MIVAU, ha valorado la capacidad de las propuestas para conjugar calidad, innovación y sensibilidad social, abordando con rigor creativo los desafíos contemporáneos. La elevada calidad de los trabajos presentados ha requerido un proceso de selección especialmente exigente, que ha atendido no solo a la excelencia arquitectónica de las propuestas, sino también a su capacidad para expresar los valores que articulan los flujos contemporáneos. Estos ejes, lejos de configurarse como categorías estancas, se entrelazan en la mayoría de los proyectos seleccionados, dando lugar a arquitecturas que asumen la complejidad del presente y que, desde ella, se abren a lo común.
En esta línea, los comisarios han señalado que la diversidad de escalas, contextos y estrategias proyectuales ha requerido una lectura atenta y transversal, capaz de reconocer en cada obra no solo su valor arquitectónico, sino también su capacidad para representar los valores contemporáneos que articula la exposición.
Un paisaje en movimiento a través de la arquitectura
La Sala de Turbinas de La Térmica Cultural acoge la exposición de esta edición de la Bienal, concebida para trazar una cartografía del ámbito nacional, cambiante y en constante evolución, a partir de las obras premiadas y de una serie de investigaciones desarrolladas ad hoc en apoyo al relato curatorial. Esta aportación a la edición de la BEAU incorpora veinte nuevas propuestas desarrolladas por equipos de trabajo integrados por profesionales de la arquitectura y la fotografía de reconocido prestigio, que se presentan junto a las veinte obras premiadas y los quince proyectos de divulgación.
El resultado es una muestra que supera la concepción de una secuencia de proyectos concluidos para configurarse como un diálogo entre preguntas y respuestas. Estas investigaciones no solo complementan las obras premiadas, sino que amplían su marco de lectura, permitiendo al visitante comprender tanto la arquitectura seleccionada como los desafíos, tensiones y realidades a los que la disciplina debe dar respuesta en la actualidad.
Desde el punto de vista formal, la exposición adopta como punto de partida conceptual la figura de la maleta. Este objeto cotidiano, entendido como símbolo de viaje, archivo portátil y arquitectura mínima, se reinterpreta para configurar una estructura ligera, metálica y desplegable que actúa como unidad base de la muestra. Cada maleta se abre verticalmente y despliega dos planos retroiluminados de policarbonato translúcido, sobre los que se serigrafían imágenes, planos, diagramas y textos correspondientes a cada pieza. De este modo, cada unidad funciona como un soporte expositivo luminoso y autónomo, susceptible de integrarse en múltiples configuraciones espaciales.
Vista de la exposición en la sala de Turbinas de La Térmica Cultural en Ponferrada. Foto: Juan Baraja.
Portátiles, escalables, versátiles y configurables, estas maletas reúnen los proyectos premiados y facilitan la itinerancia nacional e internacional de la Bienal, adaptándose a espacios institucionales e informales, tanto en interiores como en exteriores. Más allá de su funcionalidad técnica, la maleta constituye asimismo un posicionamiento curatorial, al expresar una forma de entender la arquitectura desde la movilidad, la adaptabilidad y la contingencia, en consonancia con un contexto marcado por la transformación.
En este sentido, la exposición se concibe como una instalación colectiva, horizontal y no jerárquica, pensada para ser interpretada como un conjunto. El sistema de maletas, idénticas entre sí, permite que el contenido variable se convierta en el principal protagonista. Esta repetición formal opera como contrapunto al entorno digital e hiperconectado contemporáneo, en el que los soportes tienden a carecer de identidad y es el contenido —en este caso, la arquitectura— el que les confiere sentido y singularidad.
Frente al modelo expositivo tradicional, de carácter lineal y guiado, la propuesta invita al visitante a construir su propio recorrido. No se establece un punto de partida único ni una lectura predeterminada, de modo que es el público quien define su aproximación, las conexiones que establece y las relaciones que activa. La muestra se configura así como un campo de vínculos en el que los proyectos dejan de presentarse como elementos aislados para integrarse en un sistema común, en el que los flujos se hacen visibles y articulan aquello que, en una primera lectura, podría percibirse como disperso.
Miguel Ramón y Ander Bados, comisarios de la XVII BEAU en la presentación de la exposición de la XVII BEAU en La Térmica Cultural. Foto: Juan Baraja.
Sobre el jurado
El jurado de esta edición, junto al equipo de comisarios del proyecto, ha estado integrado por destacadas personalidades institucionales, entre las que se incluyen el secretario general de Agenda Urbana y Vivienda, Iñaqui Carnicero; la presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), Marta Vall-llossera; y el patrono de la Fundación Arquia, Daniel Rincón de la Vega.
A este grupo se sumaron reconocidos referentes de la arquitectura y el urbanismo, quienes evaluaron las candidaturas en sus respectivas categorías. En Obras, participaron Ginés Garrido, Belinda Tato, Sandra Barclay, Josep Ferrando, Mauricio Rocha, Ane Arce, Óscar Fuertes y Betsaida Curto. En Divulgación y publicaciones, el jurado estuvo compuesto por Evelyn Alonso, Sana Frini, Pablo Ibáñez, Jesús Vassallo y Guiomar Martín. Finalmente, en Proyectos Fin de Carrera, lo integraron Dana Barale, Andrea Bardón, Susana López y Pía Mendaro.
Sobre los comisarios
Los arquitectos Ander Bados (Bilbao, 1991) y Miguel Ramón (Ponferrada, 1991) son los comisarios de la XVII Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo. Su propuesta curatorial, titulada Flujos Comunes. Respuesta a un territorio hiperconectado, fue seleccionada mediante convocatoria abierta impulsada por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana (Mivau), en colaboración con el CSCAE y la Fundación Arquia. El proyecto analiza cómo la arquitectura responde a los flujos contemporáneos de materiales, energía, personas, datos e impactos medioambientales desde una perspectiva situada, crítica y colectiva.
Ambos compaginan esta labor con sus trayectorias profesionales. Ander Bados centra su práctica en procesos colaborativos y en la arquitectura vinculada a lo social y lo territorial a través de su estudio Atelier Ander Bados, desde el cual desarrolla proyectos que integran la escala local con iniciativas internacionales en sostenibilidad y arquitectura de emergencia. Miguel Ramón, por su parte, desarrolla su actividad en Estudio Lamela (Madrid), especializado en infraestructuras aeroportuarias, y de manera personal investiga las relaciones entre extractivismo, tecnología y transformación del paisaje.













































































