Neurociencia aplicada a los espacios interiores
Podría decir que estoy cansado de escuchar hablar de neuroarquitectura, pero no lo haré. Tal vez estamos abusando del concepto y leemos mucho sobre neuroarquitectura, neurointeriorismo, neurodecoración, neuroestética e incluso neuroconstrucción. Hace un tiempo se hablaba de neuromarketing. En ese sentido, son muy ilustrativos libros como ‘Buyology’ de Martin Lindstrom, en el cual, como experto en marketing y gurú del comportamiento neurológico del consumidor, nos habla acerca del ¿por qué compramos?
¿Estamos hablando por tanto de una nueva moda en arquitectura? Creo que no, pero gastaremos la idea de tanto usarla, cuando es una disciplina que ha llegado para quedarse. Ni es una moda, ni mucho menos un estilo arquitectónico. Muchas veces me preguntan: ¿Este proyecto es de tipo neuroarquitectura? Y no es una tipología, ni un estilo, sino una ciencia que nos permite estudiar la arquitectura desde una nueva mirada. Seguramente es más acertado que hablemos de neurociencia aplicada al espacio que habitamos. Y, por tanto, las preguntas apropiadas serían: ¿Por qué me siento bien aquí? ¿Por qué no me siento confortable en este espacio? ¿Podemos diseñar desde el rigor científico y la sensibilidad humana? ¿Cómo puedo crear espacios que cuiden de las personas y de los ecosistemas que habitamos? ¿Cómo podemos traducir la complejidad de lo que sentimos y experimentamos en propuestas proyectuales?
La arquitectura no es simplemente una disciplina técnica y estética, constituye el marco físico, sensorial y simbólico que configura la experiencia humana. Es el escenario donde se desarrollan nuestras actividades, se moldean nuestras conductas y se proyectan nuestras aspiraciones. El secreto de la buena arquitectura está en la mirada. Desde esta asumimos el diseño del espacio y entorno construido con una profunda responsabilidad ética, social y ecológica. Porque el espacio interior no es neutro y nos afecta. La manera en que diseñamos los espacios y entornos que habitamos influye de forma directa en nuestro cuerpo, en nuestras sensaciones y emociones, nuestros vínculos y nuestras capacidades.
La neuroarquitectura nos permite transformar los espacios y, por tanto, también transformar las formas de vida que en ellos habitan. La neuroarquitectura como ciencia ha reaparecido con fuerza y está muy alineada con la diversificación profesional de la arquitectura en la que tenemos arquitectos especialistas en estructuras, en Lighting Design, en Project Management, Facility Management... Como en medicina, a parte del médico generalista o familiar, existen los especialistas. En arquitectura cada vez más los arquitectos se diversifican y especializan.
El arquitecto generalista debería ser aquel que, de modo transversal, conectase las diferentes especialidades de la arquitectura y de otras formaciones (arquitectura técnica, ingeniería, interiorismo, …) y supiera liderar un proyecto codiseñado entre muchos. Se deben romper los silos entre disciplinas tradicionales y desarrollar un nuevo marco metodológico holístico, humanista y transdisciplinar, capaz de integrar conocimientos provenientes de la arquitectura, las neurociencias, la psicología, la antropología y la filosofía. La neuroarquitectura se adentra en la intersección entre mente, cuerpo y espacio físico.
En neuroarquitectura disponemos de arquitectas expertas como Ana Mombiedro, Ana García o Alba Méndez, entre otras. Aún no siendo un tema de género, es necesaria una mirada femenina para entender cómo los espacios nos afectan en positivo o en negativo. Todas ellas no solo aplican su conocimiento en sus proyectos, sino que parte de su tiempo lo dedican a la docencia y a escribir para compartir su conocimiento con nosotros.
Muchos pensaréis que estamos hablando de Feng Shui o de Wabi-Sabi, que también, pero no estamos hablando de solo esos sistemas filosóficos, que a veces parecen más bien un manual de aplicación. Sino que estamos hablando de una ciencia que busca el por qué y se basa en los datos y en la observación. Porque el llamado Diseño Consciente articula e integra procesos de cocreación, el diseño basado en evidencia, el pensamiento sistémico y la observación activa. Propone una práctica creativa sensible al contexto, basada en los datos, pero también guiada por valores compartidos y por una visión crítica del presente.
Y si cuando proyectáramos un espacio habitable nos preguntáramos primero ¿cuáles son las necesidades neurofisiológicas y psicológicas de las personas en relación con el espacio? ¿Cómo se construye la percepción y experiencia de nuestro entorno? ¿Cuáles son las respuestas que esta experiencia genera en nuestro organismo?
La neuroarquitectura, dentro de este marco más amplio, aporta herramientas y evidencias para estudiar cómo el entorno influye en el sistema nervioso humano. A través de metodologías científicas como el seguimiento ocular, la neuroimagen o la medición de biomarcadores permite agregar datos objetivos y así identificar qué cualidades del espacio afectan procesos como la atención, el estrés, la recuperación o la orientación.
Entendemos que su ámbito de acción se centra en la dimensión neurofisiológica de la experiencia y no aborda por sí sola la complejidad psicológica, emocional, social o simbólica que también conforma nuestra vivencia del espacio. La cual se nutre desde otras áreas de conocimiento complementarias como la psicología ambiental, la sociología o la antropología, entre otras.
Son interesantes iniciativas como el Centre for Conscious Design (CCD). Es un colectivo internacional que reúne a líderes de opinión y una comunidad internacional que promueve entornos construidos saludables a través de los Principios de Diseño Consciente. Desde 2015 organizan festivales, conferencias y proyectos colaborativos en todo el mundo, conectando diseño, neurociencia y bienestar.
Hablar de los cinco sentidos se queda corto. En neurociencia ya se está hablando de más de treinta sentidos y, por tanto, como diría Martin Lindstrom: “el cerebro humano es un terreno difícil. Abrirse paso por la cuenca del Amazonas es cosa de niños”.













































































