La compañía intervino en varias pistas de juego de este recinto deportivo barcelonés

Las pistas de tenis son espacios diseñados para soportar un uso intensivo y prolongado. Sin embargo, como cualquier infraestructura, están sujetas al desgaste natural y a diversos factores que pueden comprometer su integridad estructural, propiciando la aparición de fisuras y grietas. En algunas ocasiones, estas pueden ser superficiales, pero en otras, las afectaciones pueden ser más profundas, poniendo en riesgo la seguridad de los deportistas y el buen estado de la pista.

En este sentido, GeoNovatek tuvo que intervenir en varias pistas de tenis de la Bruguera Tennis Academy en Barcelona, ante la aparición de numerosas y preocupantes grietas que no solo habían afectado la estética de la superficie, sino que también habían generado preocupaciones sobre su funcionalidad y la posibilidad de que el deterioro continuara avanzando con el tiempo. El daño que sufría la infraestructura se focalizaba, sobre todo, en dos zonas: en el fondo de una de las pistas, y en el lateral de otra, donde se podían apreciar grietas de una anchura considerable.

Asimismo, la cimentación de estas pistas de tenis se caracterizaba por ser una losa de asfalto sin armar de entre 8-10 cm, mientras que el tipo de terreno bajo esta se caracterizaba por estar formado por rellenos y huecos.

Ante esta situación, se realizó un análisis exhaustivo para determinar la mejor estrategia de intervención, priorizando una solución que garantizara resultados duraderos. De esta forma, GeoNovatek optó por un método eficaz y nada invasivo: la aplicación de 153 inyecciones de resinas expansivas en cuatro niveles superpuestos bajo la solera, para conseguir la consolidación del terreno situado debajo de la misma, rellenando los huecos del terreno, estabilizándolo e incrementando su capacidad portante, además de prolongar la vida útil de dicha infraestructura deportiva.

Cabe destacar que uno de los principales beneficios de este método es su rápida ejecución y la mínima afectación a la infraestructura existente, permitiendo que las pistas puedan volver a utilizarse en un corto período de tiempo.

Para aplicar esta técnica, inicialmente, se llevan a cabo varias perforaciones de entre 10 y 26 mm de diámetro, que atraviesan la losa. Una vez realizadas, se insertan varias cánulas metálicas en cada una de ellas, a través de las cuales se realizan las inyecciones de resina HDR300 justo debajo del plano de apoyo de la losa, que, con motivo de una reacción química, se expande hasta llegar a un estado sólido. Una vez se ha solidificado, la resina rellena todas las oquedades y crea un estrato entre la cimentación y el terreno de elevada resistencia a la compresión.