Innovación y medio ambiente en los procesos de impresión

En un contexto en el que el sector está dando pasos firmes hacia modelos de producción más responsables, las soluciones sostenibles y las tecnologías emergentes se presentan como herramientas clave para reducir el impacto ambiental de la impresión sin sacrificar la eficiencia ni la calidad, al tiempo que se responde ante las normativas cada vez más exigentes.

Uno de los ejes fundamentales de esta transición es el diseño sostenible o ecodiseño, una metodología que abarca, más allá de su componente visual, la optimización de todo el ciclo de vida del producto impreso, desde el diseño hasta su fin. Aplicado desde las fases iniciales del proceso, este enfoque permite adoptar decisiones que reducen considerablemente el consumo. Así, optimizar el uso de recursos se traduce en elegir tipografías que requieran menos tinta, diseñar composiciones gráficas que minimizan las áreas de color sólido, y racionalizar el uso del papel. Este enfoque, sencillo en apariencia, permite reducir la huella ambiental y al mismo tiempo generarle a las empresas beneficios económicos directos.

Pero la mejora del diseño no es suficiente si no camina acompañada de la adopción de materias primas alternativas. En el sector del envase y embalaje, la tendencia hacia materiales reciclables, reutilizables o procedentes de fuentes renovables cobra fuerza. Entre las prácticas más destacadas de la impresión ecológica sobresale la utilización de papeles reciclados y avalados por sellos de certificación. El papel reciclado, fabricado a partir de residuos post-consumo, ha demostrado ser una de las estrategias más efectivas para disminuir la demanda de pulpa virgen. Esta medida, además de proteger los recursos forestales, contribuye a una significativa reducción de emisiones de carbono. Paralelamente, en las operaciones de impresión, evitar grandes áreas de color sólido y optar por tonalidades menos saturadas contribuye a disminuir el consumo de tinta, mejorando la sostenibilidad del proceso sin comprometer la legibilidad ni el atractivo del producto final.

El uso de tintas ecológicas representa otra pieza fundamental del nuevo paradigma. En la actualidad, las empresas pueden optar por alternativas formuladas con componentes más respetuosos con el entorno. Esta evolución no es anecdótica, según el informe World - Printing Ink - Market Analysis, Forecast, Size, Trends and Insights, publicado por IndexBox, el consumo mundial de tinta para impresión se situó en torno a los 5 millones de toneladas en 2024, y se prevé que en 2035 alcance los 6,1 millones. Si se considera una concentración media de pigmentos del 15%, esto implicaría más de 900 millones de kilogramos de pigmentos derivados del petróleo.

Ante este escenario, el desarrollo de tintas biobasadas se ha convertido en una línea prioritaria de investigación. En este terreno, el centro tecnológico Itene ha llevado a cabo distintos proyectos centrados en la formulación de tintas más sostenibles. Por ejemplo, en el proyecto Biosurfink, financiado por la Conselleria d’Innovació, Universitats, Ciència i Societat Digital, una de sus líneas de investigación clave se centró en el desarrollo de tintas coloreadas biobasadas —negra, azul, y en la siguiente fase magenta y amarilla— compatibles con impresión flexográfica e inkjet sobre una amplia gama de sustratos (PET, OPP, PE, celulosa). Estas tintas emplean pigmentos y matrices poliméricas vegetales dispersadas en solventes verdes, lo que asegura su compostabilidad y biodegradabilidad, sin perder calidad en la impresión.

Por otro lado, el proyecto Red Cervera Recipol, apoyado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades a través del CDTI, ha permitido avanzar en la creación de dispersiones de poliuretano en agua (PUDs) a partir de polioles biobasados. Estos PUDs no solo reducen el uso de materias primas de origen fósil, sino que además han sido empleados en la formulación de recubrimientos con propiedades barrera para impresión flexográfica e incluso en tintas inkjet, formuladas con pigmentos de origen vegetal. Se trata de un avance relevante en la búsqueda de soluciones de impresión compatibles con un modelo circular, en el que los insumos se integren de nuevo en el sistema productivo una vez finalizada su vida útil.

Pero la sostenibilidad en la industria gráfica no solo se define por innovaciones técnicas. Además del ecodiseño y de las materias primas alternativas, otro aspecto crucial en la sostenibilidad de la impresión es la gestión de residuos. La industria está adoptando cada vez más programas de reciclaje y reutilización a lo largo de toda la cadena de producción. Estas estrategias abarcan desde el reciclado del papel y las tintas hasta la reutilización de planchas de impresión y materiales auxiliares. Esta aproximación no solo permite cerrar el ciclo de vida de los materiales, sino que también reduce la necesidad de adquirir nuevos recursos, disminuye los residuos generados y optimiza los costes operativos, lo cual resulta particularmente valioso en un mercado cada vez más sensible al desempeño ambiental de sus proveedores.

En paralelo, se están implementando medidas orientadas a reducir el consumo de agua y energía. Muchas empresas están optando por utilizar electricidad de baja o nula emisión de carbono, e incorporan tecnologías de eficiencia hídrica para optimizar el uso de este recurso en sus procesos. Esta tendencia, que refuerza la responsabilidad ambiental, también mejora el posicionamiento de las compañías ante consumidores e inversores.

Una clara señal del compromiso sectorial se plasmó en abril de 2025 con el lanzamiento del Manifiesto por una Impresión Más Sostenible, en su versión preliminar 1.0. Se trata de una iniciativa de alcance global cuyo objetivo es proporcionar una hoja de ruta clara y práctica —especialmente para pequeñas y medianas empresas— que les permita integrar criterios de sostenibilidad en sus operaciones. El manifiesto establece ocho principios fundamentales que abordan desde la reducción de emisiones y residuos hasta la selección de materiales responsables, buscando una definición compartida de sostenibilidad en impresión y facilitando la transición hacia modelos más eficientes, competitivos y sostenibles. En definitiva, el manifiesto busca ofrecer un marco común y accesible que guíe a toda la cadena de valor hacia una impresión más sostenible, eficiente y alineada con los retos medioambientales actuales.

Entre las tecnologías que están favoreciendo esta evolución destaca la impresión digital. Aunque no es una novedad tecnológica en sí misma, ya que su desarrollo lleva trabajándose desde hace muchos años, su aplicación a nuevos entornos industriales ha adquirido una relevancia estratégica. Sectores como el editorial, el packaging o la publicidad están adoptando cada vez más tecnologías como el inkjet single-pass, que permite imprimir a gran escala, alta velocidad y con mucha precisión. A diferencia de los métodos tradicionales, esta tecnología facilita la producción bajo demanda, evitando excedentes, adaptándose a tiradas cortas, reduciendo significativamente la producción de residuos y facilitando el consumo de recursos.

La impresión digital también permite una personalización casi ilimitada de productos, lo que representa una ventaja competitiva importante en un mercado en constante evolución. Según el informe Sustainability and digital innovation power growth in printed labels, elaborado por Smithers, se espera que en los próximos años la impresión digital sustituya progresivamente a métodos tradicionales en el segmento de etiquetas y productos comerciales, favoreciendo procesos más ágiles, flexibles y respetuosos con el entorno. Un ejemplo destacado en este ámbito es la impresión de vasos reutilizables, ampliamente utilizados en eventos y campañas promocionales. Aunque la tampografía y la serigrafía siguen siendo técnicas dominantes, la impresión digital permite incorporar logotipos y gráficos complejos sin incrementar significativamente el impacto ambiental, al evitar procesos intermedios o el uso excesivo de materiales auxiliares.

Y como no, la inteligencia artificial (IA) también está comenzando a desempeñar un papel estratégico en la industria gráfica. Lejos de limitarse a la automatización de tareas, su integración permite mejorar la toma de decisiones en tiempo real, anticipar demandas del mercado, optimizar procesos y reducir consumos energéticos. Al aplicarse a la planificación, la producción o incluso al diseño, la IA abre nuevas posibilidades para lograr procesos más eficientes y personalizados, al mismo tiempo que refuerza la competitividad de las empresas.

En conclusión, la adopción de prácticas sostenibles en la industria gráfica no solo responde a una necesidad ética o regulatoria, sino que representa una oportunidad real de transformación tecnológica y económica. Las innovaciones en tintas biobasadas, sustratos reciclables y tecnologías de impresión digital están redefiniendo los límites de lo que hasta ahora era posible, facilitando una impresión más limpia, eficiente y adaptada a los retos del siglo XXI, al tiempo que reduce costes o mejora la imagen de las empresas. Integrar criterios sostenibles ya no es opcional, sino una condición esencial para garantizar la viabilidad y competitividad futura de la industria gráfica.