El uso de refuerzos de acero en ventanas y cerramientos de PVC: la visión de STAM desde el proceso de perfilado
En la fabricación de ventanas y cerramientos de PVC, los refuerzos de acero son un elemento clave para garantizar estabilidad, rigidez y durabilidad. Aunque el usuario final normalmente se centra en el perfil de PVC visible, detrás del rendimiento estructural hay un proceso industrial altamente especializado: la fabricación de los refuerzos mediante perfiladoras, o líneas de ‘roll forming’, como las de STAM España. Este sistema de producción permite crear perfiles metálicos con la precisión geométrica y la consistencia necesarias para integrarse a la perfección dentro de los sistemas de carpintería.
El PVC, por sus propiedades aislantes y su ligereza, requiere de un soporte resistente que asegure el comportamiento mecánico del conjunto. Ese soporte es el perfil de acero, generalmente galvanizado, que se inserta en las cámaras principales del marco y la hoja. La calidad de este refuerzo depende directamente del proceso de perfilado continuo, que transforma una simple banda de acero en una pieza estructural con tolerancias estricta.
El ‘roll forming’ ofrece ventajas fundamentales para este sector. En primer lugar, la repetitividad dimensional: cada perfil debe encajar con precisión dentro del sistema de PVC, sin holguras ni tensiones internas. Las perfiladoras, con sus estaciones progresivas de rodillos calibrados, garantizan que la geometría final se mantenga constante a lo largo de miles de metros lineales. Esta regularidad es esencial para que el refuerzo actúe como columna vertebral de la ventana, evitando deformaciones y asegurando la alineación perfecta de herrajes y puntos de fijación.
Otro punto clave es la posibilidad de adaptar el diseño del refuerzo a las necesidades de cada serie de carpintería. Las líneas de perfilado permiten crear geometrías específicas: perfiles en U, C, tubos abiertos o refuerzos mixtos, con espesores que suelen oscilar entre 1 y 2 mm según las exigencias estructurales. Gracias a la flexibilidad del proceso, el fabricante puede ofrecer diferentes soluciones según tamaño de la ventana, color del perfil (los colores oscuros requieren refuerzos más robustos por dilatación térmica) o cargas previstas por normativa.
Además, la integración de punzonado en línea dentro de la perfiladora permite incorporar taladros y ranuras en posiciones exactas, indispensables para fijar herrajes, escuadras y anclajes. Al realizar este paso durante el perfilado, se elimina la necesidad de operaciones adicionales y se garantiza que cada orificio coincida perfectamente con el diseño del sistema de PVC. Esto es especialmente importante en ventanas oscilobatientes o de gran tamaño, donde la precisión en los puntos de anclaje determina el funcionamiento suave y la seguridad del conjunto, todo ello con el mínimo de desperdicio de material ya que partimos de bobinas con el ancho exacto al desarrollo del perfil.
El acero galvanizado juega también un papel fundamental en el rendimiento a largo plazo. Gracias a la alta calidad de los recubrimientos utilizados en bandas pre-galvanizadas, los perfiles obtenidos por perfiladora presentan una resistencia superior a la corrosión, incluso en ambientes húmedos o salinos. Esto asegura que el refuerzo mantenga intactas sus propiedades mecánicas durante décadas.
Por todo ello, los refuerzos de acero fabricados mediante perfiladora no solo aportan rigidez a los cerramientos de PVC: son una pieza industrial estratégica que combina precisión, repetibilidad y durabilidad. El proceso de ‘roll forming’ permite producir elementos altamente optimizados que, una vez integrados en la carpintería, garantizan que la ventana cumpla con los más altos estándares de calidad, funcionamiento y vida útil.





















































































