Membranas líquidas: continuidad y durabilidad de la envolvente en ECCN y rehabilitación
Importancia de la continuidad y la hermeticidad en la envolvente
La eficiencia de un edificio no depende únicamente de los materiales empleados, sino de la ejecución continua y sin fisuras de las capas de estanqueidad. La envolvente debe mantenerse hermética en huecos, encuentros entre pared-suelo, pared-cubierta, faldones, claraboyas, chimeneas y pasos de instalaciones. La ejecución con productos laminares puede complicarse en soportes irregulares o zonas con cambios de plano, donde los solapes y cortes pueden generar discontinuidades. En contraste, las membranas líquidas permiten una aplicación más sencilla y uniforme, asegurando la continuidad de la barrera y simplificando detalles constructivos, lo cual es especialmente valioso en la rehabilitación de edificios.
Nueva generación de membranas líquidas
Las soluciones líquidas para la protección y sellado de la envolvente presentan formulaciones avanzadas que permiten su aplicación sobre una gran variedad de soportes, incluso aquellos con irregularidades. Estas membranas están diseñadas para adaptarse a juntas perimetrales, encuentros y contornos de huecos, facilitando la continuidad hermética en las zonas más críticas. Además, suelen ser productos libres de disolventes y con bajas emisiones, lo que mejora la seguridad durante la aplicación y el respeto medioambiental.
Una característica destacada de estas membranas es su flexibilidad y elasticidad tras el curado, lo que les permite absorber pequeños movimientos diferenciales del edificio sin perder su capacidad de sellado. Esta propiedad es esencial para mantener la estanqueidad a largo plazo y reducir patologías derivadas de fisuras o movimientos estructurales. Asimismo, la rápida formación de película y el corto tiempo de curado agilizan los procesos de construcción y rehabilitación.
Aplicación versátil y adaptabilidad
Existen membranas líquidas específicas para aplicaciones interiores y exteriores, así como soluciones para zonas en contacto con el terreno, como sótanos o cimientos. Estos productos previenen filtraciones y condensaciones, y pueden aplicarse con brocha, rodillo o equipos airless, lo que facilita su uso en diferentes proyectos y agiliza la limpieza.
Las infiltraciones suelen aparecer en puntos críticos como cumbreras, claraboyas, uniones pared-cubierta o ventanas, donde los sistemas convencionales pueden fallar. Las membranas líquidas, al adaptarse a geometrías complejas, minimizan riesgos y refuerzan la estanqueidad. Además, funcionan como barrera contra el gas radón, reduciendo su entrada y mejorando la seguridad y salubridad de los espacios, especialmente en áreas con alta incidencia de este gas.
Compatibilidad en rehabilitación
La rehabilitación de edificios presenta el reto añadido de la heterogeneidad de los soportes, que pueden incluir materiales antiguos como ladrillo cerámico, piedra natural, morteros tradicionales o revocos envejecidos, con irregularidades y porosidad variable. Las membranas líquidas, gracias a su avanzada formulación, logran una excelente adherencia sobre superficies desgastadas o con pequeñas fisuras, restaurando la continuidad de la barrera de sellado sin grandes intervenciones previas.
Su elasticidad permite mantener la estanqueidad ante ligeros movimientos diferenciales, algo frecuente en edificios históricos donde los materiales sufren dilataciones y asentamientos. La variedad de técnicas de aplicación facilita su integración en rincones, juntas y geometrías complejas, aspecto fundamental en la rehabilitación de patrimonio arquitectónico.
Contribución a los objetivos ECCN
Las membranas líquidas desempeñan un papel fundamental en la consecución de los objetivos de los Edificios de Consumo de Energía Casi Nulo (ECCN), ya que contribuyen de forma decisiva a mejorar el comportamiento energético de la envolvente. Su capacidad para reducir las infiltraciones de aire y controlar de manera eficiente la humedad interior permite preservar el rendimiento óptimo de los materiales de aislamiento térmico, evitando pérdidas de energía no deseadas que pudieran incrementar la demanda de calefacción o refrigeración. Además, al limitar la entrada de agentes externos y la formación de condensaciones, se protege la calidad del aire interior y se minimiza el riesgo de aparición de mohos o bacterias, lo que repercute positivamente en la salud y el bienestar de los ocupantes. Estos factores son esenciales para alcanzar los altos estándares de eficiencia energética y sostenibilidad establecidos tanto por la normativa europea como por la legislación nacional vigente en materia de edificación (CTE).
El uso y aplicación de membranas líquidas se traduce en una mejora significativa en el funcionamiento de los sistemas de climatización, ya que se reduce la demanda energética necesaria para mantener unas condiciones de confort óptimas. Al mismo tiempo, se evitan puentes térmicos y condensaciones intersticiales, lo que protege los materiales aislantes y prolonga la durabilidad global del edificio. La utilización de membranas líquidas facilita la obtención de certificaciones energéticas de alto nivel, como el estándar Passivhaus o las certificaciones LEED y BREEAM, contribuyendo así a la valorización del inmueble y al cumplimiento de los compromisos medioambientales y de eficiencia energética exigidos a nivel europeo.





















































































