La firma presenta una colección de mármoles cerámicos que une diseño, precisión y luz en la arquitectura contemporánea
Argenta presenta Eterna: la nueva familia de mármoles que combina técnica, materia y equilibrio
Argenta lanza Eterna, una nueva familia cerámica que combina técnica y materialidad. La propuesta parte del principio de Tadao Ando: la luz modifica la materia y la materia modifica la luz. Este enfoque refleja un eje central de la arquitectura contemporánea: los materiales no solo ocupan el espacio, sino que lo transforman. Eterna reúne mármoles de todo el mundo reinterpretados en cerámica contemporánea, adaptados a distintos acabados —pulidos, mates, lapados y abujardados— para reproducir con precisión la esencia del material natural.
Eterna reúne mármoles de todo el mundo reinterpretados en cerámica contemporánea, adaptados a distintos acabados para reproducir con precisión la esencia del material natural.
Más que una serie individual, Eterna constituye una colección que explora la relación entre materia, proporción y luz. Su objetivo es ampliar las posibilidades constructivas del mármol mediante un control técnico preciso y un diseño gráfico cuidado, característicos de Argenta. El detalle actúa como hilo conductor: en la alineación de las vetas, en la continuidad entre piezas y en la forma en que la luz se desplaza sin interrupciones sobre la superficie. El resultado es una lectura visual serena y contenida del mármol, con superficies depuradas, equilibradas y atemporales que se integran de manera natural en la arquitectura.
Flavia: secuencia, coherencia y sobriedad matérica
En los volúmenes de una vivienda revestidos con Flavia Duna 120x280, la fachada da la impresión de estar tallada en un único bloque de piedra. La superficie reproduce un travertino reinterpretado en clave cerámica, donde el veteado vertical establece un ritmo constructivo. La precisión de las juntas y la continuidad de la gráfica permiten percibir el edificio como una secuencia ordenada de planos coherentes y sobrios. El tono arena y la textura lineal aportan naturalidad, mientras que la incidencia de la luz sobre la fachada genera un juego de sombras finas que matizan la superficie y proporcionan profundidad a la composición.
En el interior, con Flavia Cenere Lappato 120x120, el material conserva su carácter, pero adquiere una sensación más amable: las vetas siguen la dirección de la luz, las juntas se difuminan y se percibe continuidad. El acabado lapado introduce un leve brillo natural que amplía la percepción del espacio y equilibra la textura mineral del fondo. Cada pieza muestra una gran precisión gráfica, tonalidad uniforme y un relieve que mantiene la sensación de piedra natural sin perder control.
Nesta: un gran plano de luz
La colección Nesta se despliega de forma continua desde el suelo hasta las paredes. La luz natural se refleja sobre el fondo blanco del mármol Calacatta reinterpretado, generando una atmósfera amplia, precisa y silenciosa. Las vetas grises y doradas recorren el espacio como líneas de tensión que equilibran movimiento y calma.
En el salón, las grandes piezas pulidas amplifican la luz procedente de los ventanales, proporcionando una claridad controlada. En el dormitorio, la textura brillante contrasta con la madera natural, creando un diálogo entre lo mineral y lo orgánico. Los diferentes acabados —mate, pulido, silk (mate sedoso) y lapado— permiten modular la interacción con la luz, adaptando el resultado a cada espacio. Nesta representa la luz construida: un mármol transformado en un plano técnico donde cada junta, veta y reflejo forma parte del diseño del espacio.
Raffaello: la materia como equilibrio
En la cocina revestida con Raffaello, tanto el pavimento como parte de la pared combinan cerámica, madera y hormigón en una composición contenida. Los tonos marfil del mármol Avorio di Segesta generan una superficie cálida y homogénea, donde la veta dorada se percibe como una huella. El conjunto crea una atmósfera equilibrada y luminosa, idónea para proyectos que buscan calma y continuidad.
En el comedor, la textura apenas perceptible actúa como un fondo neutro. La luz natural se distribuye de manera uniforme, proporcionando confort visual y ampliando la sensación de espacio. La cerámica funciona como un soporte silencioso, permitiendo que la arquitectura, el mobiliario y la vegetación se integren bajo un mismo tono. Cada pieza evidencia un trabajo de precisión gráfica: la veta se difumina de manera natural, sin repeticiones ni contrastes abruptos. Raffaello representa la superficie esencial dentro de Eterna: un material que unifica, equilibra y da coherencia al conjunto, sin buscar protagonismo, y que sirve como base para el resto del proyecto.






