¿Cuáles son los pasos a seguir para ejecutar una instalación fotovoltaica industrial?
El autoconsumo fotovoltaico industrial es un tipo de autoconsumo dirigido especialmente a las empresas que tienen un alto consumo de energía. Lo que se busca con estas instalaciones es, principalmente, el ahorro económico.
Se calcula que las instalaciones más eficientes pueden reducir la factura energética entre el 40 y el 60%, a lo que hay que sumar otro gran atractivo, y es que estos procesos han reducido notablemente sus costes en los últimos años, hasta el punto de que la amortización puede completarse en menos de cinco años. Si tenemos en cuenta, además, que las subvenciones de las Comunidades Autónomas, facilitan estas instalaciones, el tiempo de amortización es aún más bajo.
Otras ventajas interesantes de los proyectos de este tipo es que mejoran la imagen de marca de las empresas mediante una lucha real frente al cambio climático y la crisis ambiental. En este sentido, caminar hacia una mayor autonomía energética no solo incide en combatir los altos precios de la electricidad, sino que se traduce en un impulso de la imagen social corporativa.
Con todo esto, la instalación de sistemas de autoconsumo fotovoltaica tiene como requisito indispensable ponerse en manos de una empresa profesional, especializada en estos temas y con experiencia suficiente, que puede atesorar proyectos previos donde se demuestre su valía. Esto resulta vital ya que la ejecución de estos proyectos conlleva estudios técnicos, trabajos de construcción y el cumplimiento exhaustivo de las normativas aplicables.
Los trabajos previos antes de la instalación
La primera tarea a cubrir es obtener el permiso del ayuntamiento, ya que una instalación de este tipo requiere licencia de obras. No obstante, no basta con solicitar este permiso, sino que hay que hacerlo con la ayuda de un proyecto de ejecución en el que se incluye toda la información técnica de la instalación.
El proyecto se visa por el colegio profesional correspondiente y se registra en el ayuntamiento de la localidad. Los trámites administrativos continúan con la garantía de máxima seguridad y salud en las obras durante la construcción. Esto obliga a presentar un Plan de Seguridad y Salud que debe estar aprobado por un coordinador independiente al instalador y al promotor de la obra.
La construcción de la instalación
En el proceso constructivo hay varios hitos a reseñar: las medidas de seguridad y salud, el replanteo y la instalación de la estructura, la subida de los módulos a la cubierta, la instalación de la sala de inversores, la interconexión con las instalaciones ya existentes y finalmente las pruebas eléctricas, que van seguidas de la puesta en marcha de la planta.
Los trabajos más complejos son los que se realizan sobre cubierta, que exigen importantes medidas de seguridad y salud. El replanteo consiste en trasladar a la realidad lo que se ha plasmado sobre el plano. Aquí siempre suelen aparecer algunos problemas, como detalles no considerados en el diseño.
Insistimos en los trabajos sobre cubierta ya que los módulos fotovoltaicos vienen paletizados de 30 en 30 y cada palet tiene un peso que oscila entre los 900 y los 1.000 kilogramos. Es este punto es vital que los palets no descansen directamente sobre la cubierta, sino que lo hagan sobre paneles de chapa sandwich.
La interconexión con instalaciones ya existentes
Una vez finalizados los trabajos de construcción llega el momento de comprobar si la instalación funciona. Los sistemas fotovoltaicos a nivel industrial van siempre conectados a otras instalaciones previas, por tanto, hay que cerciorarse de que todo está en orden, realizando las pruebas suficientes que garanticen la viabilidad de la planta.
Realizado este conjunto de tareas llegan los pasos finales, que tienen lugar cuando la instalación ya está prácticamente ejecutada en su totalidad. Aquí es donde aparecen las inspecciones de calidad que verifican que no existen deficiencias en el sistema.
Si esto es así, ya se puede proceder a las pruebas eléctricas de rigor. Por último, toca avanzar en la legalización. La instalación no se puede poner definitivamente en marcha si no existe una validación de las administraciones.
Este permiso, ya definitivo, se completa con hojas de especificaciones técnicas de todos los materiales, la garantía por parte del promotor de estos mismos materiales, las certificaciones de seguridad y salud de la instalación y los manuales de uso y rearme del conjunto.
