APPA renovables alerta sobre desequilibrios entre oferta y demanda
Un sistema desequilibrado: las renovables crecen sin encontrar la demanda que necesitan
El último Estudio Macroeconómico del Sector de las Energías Renovables 2024, elaborado por APPA Renovables, dibuja una radiografía tan ambiciosa como preocupante del estado del sector en España. A pesar de que más de la mitad de la generación eléctrica nacional proviene ya de fuentes renovables —un 56,8% en 2024, la aportación del sector al PIB se ha reducido hasta el 0,95%, frente al más del 2% que representaba en 2022. Un frenazo que el presidente de la Asociación, Santiago Gómez Ramos, define como “una encrucijada” en la construcción de un futuro renovable.
El Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España 2024 se celebró el pasado 31 de octubre en la sede madrileña de Enerclub.
El informe, presentado el pasado 31 de octubre en la sede del Club Español de la Energía (Enerclub), en Madrid, confirma que España se encuentra en un momento de transición energética, pero que no termina de despegar, donde la oferta de generación renovable crece con rapidez año tras año, pero la demanda y los mecanismos de almacenamiento no siguen el ritmo. “Vemos grandes desequilibrios en el sistema”, apuntó Gómez Ramos durante la presentación del estudio. “Ha crecido más la oferta que la demanda. Hay más oferta, mientras que el consumo y la demanda no han crecido como se había previsto”.
Un sector que crece, pero se enfría
El gráfico 3.1 del informe muestra la tendencia: tras varios años de crecimiento sostenido, la aportación total del sector renovable al PIB español —sumando las contribuciones directas e indirectas, apenas superó los 15.000 millones de euros en 2024, por debajo de los más de 22.000 millones registrados en 2022, aunque en 2023 ya se intuía la tendencia a la baja.
La contribución directa en 2024 se sitúa en 10.876 millones, mientras que la indirecta desciende a 4.181 millones.
“La evolución del PIB sectorial evidencia que el impulso inicial de la transición energética se ha moderado”, explica el director general de APPA Renovables, José María González Moya, que también incide en los efectos negativos que esto produce en la generación de empleos. “Entrando a analizar los números macro, vemos como el sector no va bien. Aportamos mucho al PIB en el año 2022, más de un 2%, y ahora nos situamos en el 0,95%. A nivel de empleo, el sector se está resintiendo”.
El estudio también apunta a una balanza comercial energética negativa, derivada de la histórica dependencia estructural del país hacia los combustibles fósiles. En 2024, España gastó 58.000 millones de euros en importar energía, de los cuales solo recuperó unos 28.000 millones mediante la exportación de gasolinas y gasóleos. “Nos gastamos 30.000 millones más en traer energía que en enviarla fuera”, advierte González Moya, y prevé que “las renovables nos ayudarían a corregir este desbalance”.
Aportación directa, indirecta y total al PIB español en millones de euros de las energías renovables entre 2018 y 2024.
El consumo energético español: una dependencia persistente a las fósiles
Según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), el consumo final de energía sigue dominado por los productos petrolíferos, que en 2024 representaron el 51,8% del total, seguidos de la electricidad (23,6%) y el gas natural (16,1%). Las energías renovables térmicas apenas alcanzan un 7,7% del consumo final, aunque el carbón ostenta desde hace años un peso residual (0,8%).
González Moya contextualizó esta realidad con una comparativa internacional: “El mundo consume principalmente energía fósil: un 33,6% petróleo, un 27,9% carbón y un 25,1% gas natural. Las renovables apenas suponen el 8,2%. En Europa, la situación mejora, pero en España somos un poco más adictos al petróleo, por encima de la media europea, que se sitúa en un 42%, respecto al 44,2% nacional”.
Aunque las energías renovables siguen ganando terreno, el ritmo de sustitución de los combustibles fósiles no se adecua a los objetivos europeos. “En 2024, las renovables han crecido, pero ha crecido más la energía fósil, por lo que parece que vamos hacia atrás”, lamentó el director general. “La mala noticia es que el petróleo no solo no va a la baja, sino que crece”.
Sobran renovables, falta capacidad y demanda
Pese a que España supera ya el 25% de energía final de origen renovable, el sistema eléctrico se enfrenta a un problema de vertidos: energía renovable que no se aprovecha. “En el año 2024, los vertidos ascendieron al 8,4%”, apuntó Gómez Ramos. “Y este año ya estamos en un 16%”.
González Moya concretó las causas: “Los días que más energía desaprovechamos son los sábados y, sobre todo, los domingos, cuando el consumo es menor. Las horas centrales del día, especialmente a las 16:00, son las de mayor desperdicio, debido al sol. Tenemos que luchar para que llegue demanda, traspasar del sector fósil al eléctrico, que es más seguro y más eficiente”.
Ambos representantes de APPA Renovables coincidieron en que la falta de capacidad de almacenamiento y de gestión de la red constituye el principal problema. “Es fundamental impulsar la electrificación para descarbonizar”, defendió Gómez Ramos. “Desde el punto de vista político, los objetivos de largo plazo requieren políticas de largo plazo. Vemos necesaria la integración de las energías renovables, así como disponer de mayor almacenamiento y bombeo hidráulico”.
“En términos de potencia, nos sobran dos o tres Españas”
El año 2024 cerró con un 56,8% de la generación eléctrica de origen renovable, siendo la eólica la principal fuente, seguida por la fotovoltaica y la hidráulica. En el otro extremo, el de las energías fósiles, la energía nuclear aportó un 20%, similar al porcentaje del ciclo combinado.
“La solar fotovoltaica ha superado ya a la eólica en potencia instalada”, destacó González Moya. “Contamos con 32.449 MW de solar fotovoltaica frente a 32.114 MW eólicos”. En total, las energías limpias representan un 64% de la potencia instalada, lo que se traduce en el 57,6% de la electricidad generada.
Sin embargo, esta expansión no ha venido acompañada de un incremento equivalente en la demanda o en la capacidad de gestión. “En términos de potencia, nos sobran dos o tres Españas, pero no nos sobran renovables”, ironizó el director general. “El problema no es la generación, sino la infraestructura y el aprovechamiento”.
2030: del 56,8% al 80% de generación renovable
El objetivo fijado en el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) para 2030 es alcanzar un 80% de generación eléctrica renovable. “Es casi imposible conseguir en seis años lo que hemos logrado en treinta”, admitió González Moya, aunque defendió la necesidad de poner esfuerzos para lograrlo. “El desarrollo del almacenamiento será clave para alcanzar ese objetivo”.
Gómez Ramos coincidió en la importancia de una planificación a largo plazo y estabilidad en las medidas regulatorias para las empresas: “Los objetivos de largo plazo requieren políticas de largo plazo. No se puede improvisar con medidas coyunturales”. Y advirtió sobre la proliferación de medidas que, según dijo, “perpetúan desequilibrios”, como las “rampas de modificación de subpotencias”, que ponen trabas en la forma en que las plantas pueden regular la potencia y generación de energía. “Queremos expresar nuestra preocupación sobre medidas de este tipo: las renovables no son el problema, son la solución. Aportan empleo y reducen el déficit en la balanza comercial”.
Un futuro entre las fósiles y las renovables
El Estudio Macroeconómico 2024 deja claro que, pese a los avances en el desarrollo de nuevas tecnologías y la madurez del sector, España sigue atrapada entre la dependencia fósil y el potencial que ofrecen las renovables.
“La clave está en que llegue la demanda eléctrica”, concluyó González Moya. “Hoy, menos del 24% de la energía que consumimos proviene de la electricidad. Si no traspasamos consumo del sector fósil al eléctrico, no aprovecharemos nuestro propio sol y viento”.
Gómez Ramos cerró la presentación con una reflexión que resume el informe y mira hacia el futuro: “Las renovables no son el problema, son la solución. Pero para serlo, necesitan un sistema preparado, estable y con visión de futuro”.




