Entrevista a Eva Prada, directora de la Cámara Británica de Comercio en España
Iniciamos una serie de entrevistas para saber cómo se encuentran las relaciones comerciales entre Reino Unido y España y cómo podrá afectar el Brexit, consumado el pasado 31 de enero, al sector agroalimentario español. En 2020 se deben definir las condiciones de un nuevo pacto entre Gran Bretaña y la UE que tendrá en los intercambios comerciales su gran eje. La Cámara de Comercio Británica ha planteado el Brexit como una oportunidad y afirma que Reino Unido seguirá siendo como un país abierto y globalizado.
¿Han empezado ya a notarse, aunque sea mínimamente, las consecuencias del Brexit en nuestra economía?
Para evitar un daño a la economía nacional es prioritario que en estos once meses de negociaciones que se acaban de abrir, España tome la iniciativa en la negociación. Posiblemente la relación España-Reino Unido sea una de las más fuertes a nivel comercial y económico en Europa. España se juega mucho como para dejar que otros sean los que lleven la voz cantante, ha de ponerse al mismo nivel que París y Berlín.
¿El Brexit significa que Reino Unido pasa a ser un competidor en lugar de un colaborador de la UE?
Es importante saber cómo será la relación futura y partir de ahí podremos saber en qué se convertirá el Reino Unido. El periodo que se ha abierto ahora definirá la relación comercial entre ambas partes, algo de lo que todavía no tenemos ni idea. Hemos pasado tres años y medio y desde el Gobierno británico no ha habido señal alguna hacia el tejido empresarial, la economía o el empleo. Ahora es cuando comienza de verdad el Brexit, no sabemos absolutamente nada por lo que no podemos hacer predicciones.
No creemos, bajo ningún concepto, que pasemos a ser competidores; siempre seguiremos siendo socios pero es clave saber cómo será la relación. Tanto el Reino Unido como la Unión Europea son dos mercados importantes y clave para sendas economías como para que no puedan llegar a un acuerdo comercial. No hay que olvidar que hay numerosas empresas españolas que tiene un gran interés en el país británico, incluso con centro de producción, y viceversa. Convertirse en un competidor conllevaría un grave perjuicio para estas empresas. Aunque actualmente está primando la política por encima de aspectos económicos, comerciales y empresariales. El beneficio de todos es seguir siendo teniendo una relación estrecha y no una relación de competencia entre los países europeos.
Muchas empresas españolas trabajan en el Reino Unido y cuentan con filiales británicas. ¿Cuáles serán los sectores que más noten la salida?
Además, otros sectores con numerosa presencia en el Reino Unido podrían verse afectados. Automoción es uno de ellos, ya que algunas empresas españolas cuentan con varios centros de producción en las islas. La imposición de una frontera dura a partir del 31 de diciembre les provocará retrasos en las fronteras y el pago de aranceles y no hay que olvidar que algunas de los componentes de los automóviles cruzan varias veces la frontera, por lo que los costes aumentarán exponencialmente. Igualmente, los productos podrían perder la europeidad al ser ensamblados con otros hechos en el Reino Unido. Para ello deberán homologar los productos con las normas comunitarias.
No hay que olvidar todas las importaciones que el sector agroalimentario realiza anualmente al Reino Unido y las esperas en las fronteras puede provocarles numerosas pérdidas a los productos perecederos.
Igualmente es alta la inversión de las empresas británicas en España. ¿De qué cifras estamos hablando? ¿Puede cambiar de forma significativa tras la salida de la UE o dependerá totalmente de las negociaciones que tengan lugar a lo largo de este año?
Sí es cierto que las empresas británicas en España no nos han comentado que tengan previsiones de desinvertir en nuestro país en el caso de que se produzca un hard Brexit. En la encuesta que Barómetro sobre clima y perspectivas de la inversión británica, que publicamos anualmente,
¿Cuál sería el acuerdo ideal para España y para las empresas británicas presentes en nuestro país? Cero aranceles, cero cuotas, etc.
¿De qué forma afectaría si se restringe el movimiento de trabajadores?
Además, las certificaciones para lograr el permiso de residencia en Europa se alargará y los trámites burocráticos aumentarán. Las empresas con trabajadores británicos deberán acreditar la residencia legal, el certificado de registro de la UE y que sus empleados tienen permiso de trabajo. Si no, se expondrán a posibles multas.
¿Se han empezado a preparar las empresas de nuestro país, tanto británicas como españolas, para las posibles consecuencias del Brexit?
Por lo que tenemos constancia, muchas de nuestras empresas todavía no han comenzado a preparar planes de contingencia ni han evaluado cómo les puede afectar la salida efectiva, si se produjera, el próximo 31 de diciembre. Durante estos cuatro años siempre hemos recomendado a las empresas que hicieran análisis de riesgos, que cuantificaran en el stock en sus almacenes por si se produjeran retrasos en las fronteras y que revisaran de una manera muy pormenorizada de los flujos en las cadenas de suministros entre ambos países.
El principal temor que tiene muchas empresas es el tiempo en cruzar el canal por la imposición de aranceles y los registros aduaneros. Por eso también es necesario que las empresas comiencen a sacarse certificados aduaneros para agilizar esos procesos. Además, hemos visto que algunas empresas de nuestra organización han visto el Brexit no como un peligro, sino como una oportunidad para diversificar mercados y expandirse hacia otros lugares.
Las empresas deben estar preparadas para la posibilidad de que no haya ni un acuerdo comercial de básicos, lo que conllevaría el aumento de costes administrativos.
