¿Qué ha ocurrido realmente en Iznájar?

La reciente prohibición de consumo de agua potable para los habitantes de 25 municipios tiene varios orígenes. Ante la alarma causada por la supuesta contaminación del pantano de Iznájar, conviene aclarar ciertos asuntos a los ciudadanos.

La reciente prohibición de consumo de agua potable para los habitantes de 25
municipios tiene varios orígenes. Ante la alarma causada por la supuesta
contaminación del pantano de Iznájar, conviene aclarar ciertos asuntos a los
ciudadanos.

Sería lamentable que se pueda considerar la prohibición de productos fitosanitarios autorizados en España para aplacar la presión política causada por errores de gestión como los que parecen existir en la potabilización del agua en este caso o a una decisión mal adoptada. Se está hablando ya y dando por hecho una prohibición generalizada en el uso de herbicidas en olivar, un cultivo emblemático, necesario, símbolo y sustento de toda una región. El sector fitosanitario es el más reglamentado y controlado de España y del mundo, y no debe ahora sufrir por una situación que puede que se haya ido de las manos.

Todo nuestro apoyo y comprensión están con los ciudadanos afectados por este
lamentable incidente, incluidos los agricultores de la zona que son profesionales y hacen las cosas bien.

Los productos fitosanitarios, incluidos los herbicidas, pasan un muy riguroso proceso de revisión antes de ser autorizados por la administración de la UE y española. En este proceso participan expertos de diversas áreas de la Administración e instituciones independientes que revisan los estudios presentados por la empresa y solicitan nuevos estudios o información hasta satisfacer todos los requisitos de seguridad y protección para asegurar la salud de las personas, animales y medio ambiente.

Una vez autorizada la sustancia en la UE, las empresas tienen que solicitar la autorización de un producto basado en la sustancia activa a la Autoridad nacional correspondiente (en España el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación). Para ello, deben volver a presentar un dossier completo de los estudios analíticos entre los que destacan los toxicológicos, ecotoxicológicos y medioambientales que analizan los posibles efectos de los productos en la salud y su comportamiento en el agua, suelo, aire, animales vertebrados, insectos beneficiosos y medio ambiente en general.

El agua del pantano de Iznájar estaba dentro de la calidad aceptable para las aguas consideradas prepotables. Por tanto, el agua era apta para ser tratada y convertirse en agua de consumo humano, salubre y segura.

La clasificación del agua del pantano de Iznájar, según la propia Memoria de 2004 de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), responsable de su gestión es de tipo A1. Esto significa que, según la legislación vigente, el tratamiento potabilizador requerido para esta agua es “Físico simple y desinfección”. El incumplimiento de este requisito es la causa del incidente acaecido.

Las aguas de embalses y pantanos pueden no ser consideradas o definidas como
de consumo humano en su estado natural, sino después de un tratamiento. Éstas pueden contener diferentes compuestos: orgánicos, químicos y otros diversos. Las Confederaciones Hidrográficas suministran el agua de embalses y pozos a las empresas de Aguas, quienes son responsables de su potabilización.

Se sabe que la filtración física del agua es el método más eficaz para la eliminación de residuos de todo tipo de sustancias tanto naturales como sintéticas que hay que eliminar de las aguas destinadas al consumo. ¿Por qué no se adoptó antes la decisión de instalar carbón activo para filtrar el agua?

Los límites establecidos por las leyes europea y nacional para la calidad de las aguas contemplan unos márgenes de seguridad muy amplios y unos criterios muy duros y aplicables a toda Europa por igual. Todos aceptamos que es una Ley que hay que cumplir, aunque hay que tener en cuenta que un error de juicio o una decisión poco acertada puede provocar una crisis de este tipo.

Para que una persona sufriese algún daño, tendría que beber 700 millones de litros de agua en una sola toma y para sufrir daños a largo plazo, tendría que beber 1.470 litros diarios durante periodos largos de tiempo y aún existiría un factor de seguridad de 100.

Debemos también aclarar que el mismo día que se hizo público el incidente, Aepla se puso en contacto con los organismos oficiales implicados en su gestión, ofreciendo nuestra ayuda. Sólo la Dirección General de Producción Agrícola de la Junta de Andalucía ha mantenido contactos con la Asociación. Hasta la fecha, no hemos recibido consulta o respuesta alguna del resto de organismos.

“Sin productos fitosanitarios no sería posible una agricultura capaz de producir alimentos saludables, suficientes y asequibles para todos”

Aepla, la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas, es la voz de la industria fitosanitaria española. Sus miembros son 25 empresas dedicadas al desarrollo y fabricación de insecticidas, herbicidas y fungicidas, así como de productos biológicos que cubren entorno al 75% del mercado nacional. Esta amplia gama de productos aporta muchos beneficios y se utiliza en la agricultura, horticultura, los parques forestales y la jardinería. Aepla representa a una industria innovadora que aspira continuamente a ofrecer soluciones técnicas y científicas que cumplan con la demanda cada vez más exigente de los estándares sanitarios y medioambientales de la sociedad.

Aepla es miembro de ECPA (European Crop Protection Association)