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No basta con sólo hacerlo bien

El viverismo en la Comunidad Valenciana

ATHO Comunicación21/06/2005

El centro de formación EFA la Malvesía, en la localidad valenciana de Llombai, ha organizado con éxito el primer encuentro sectorial bajo el título “Las empresas de producción de planta de la comunidad valenciana”.

Recientemente, el centro de formación EFA la Malvesía, en la localidad valenciana de Llombai, organizaba y acogía con éxito el primer encuentro sectorial bajo el título “Las empresas de producción de planta de la comunidad valenciana”. En él se dieron cita multitud de profesionales tanto de la producción de planta como de fabricantes y comercializadores de insumos, lo que permitió un intercambio “no muy habitual” de opiniones e inquietudes entre estos, y donde la situación actual por la que atraviesa la producción ornamental española, y por ende la valenciana, fue eje común y prácticamente tema monográfico.

En este acto, Vicente Caballer Mellado, catedrático de economía agraria de la UPV centra su exposición en la planificación y estrategia de las empresas. En ella un repaso a las fórmulas empresariales habidas y por haber, y apuntes sobre las posibilidades para un mercado cada día más global y donde una “economía elástica” permite la posibilidad de un desarrollo ornamental siempre y cuando este se articule coherentemente.

En la mesa redonda posterior, Pedro Florián del departamento de investigación del IVIA, Jesús Pérez en calidad de jefe de estudios de EFA La Malvesía, Juan José Rodríguez de Viveros Levante y Vicente Perís Alcalde de la Asociación Profesional de Flores y Plantas de la Comunidad Valenciana, debaten las dificultades y oportunidades de desarrollo para el sector del viverismo de esta comunidad.

Demasiado pesimismo sobre la mesa y donde se apela a escasas o faltas de ayudas por parte de la administración, falta de medios adecuados en la producción, un mercado irregular… y como bien dijo Evaristo Almudever de la firma Tenisplant “hoy en día, ya no es suficiente con hacer las cosas bien”, refiriéndose entre otros aspectos a que producir bien ya no es sinónimo de una venta segura.

Es cierto que la campaña de primavera del 2004 fue una de las peores que se recuerda en muchos años. Y también es cierto que esta primavera del 2005 pasará a la historia como una de las más frías de los últimos 25 años con heladas fuera de lo normal y con grandes daños producidos en el tejido productivo. Y está claro que en un colectivo acostumbrado, en su mayoría, a vivir al día y con una fragilidad económica patente, dos golpes seguidos son difíciles de soportar.

En contrapartida, y como visión positiva, en la campaña 2004 ya se hablaba de una posible crisis económica cuando paralelamente se batían récord de ventas de coches (segunda inversión en importancia familiar tras la de vivienda). Y en la campaña 2005, las ventas han sido fluidas ya que si bien se han producido daños en producción, también se ha tenido que plantar muchos jardines y reponer enormes cantidades de plantas de terraza y balcón como consecuencia de ese mismo frío.

Lo curioso y fuera de las lamentaciones, que por otra parte parecen formar parte inherente de la profesión, todo apunta a que nos encontramos ante un cambio profundo y además rápido, de diseño del actual sector ornamental.

El mercado se globaliza, las áreas territoriales de producción se especializan, los puntos de venta evolucionan y exigen servicios asociados a los productos adquiridos, entra en escena el concepto de empresa comercializadora, el factor social (mano de obra) se equipara por su escasez al mismo nivel que países centroeuropeos, las redes de comunicación se mejoran, zonas tradicionalmente productoras son sometidas a presiones urbanísticas y abandonan o cambian de zona donde producir, se remodela el “paisaje de disfrute” con exigencias de nuevas referencias, etc. demasiados cambios en escena para pensar en producir más de lo mismo y mucho menos de igual forma.

Las alianzas con cadenas de supermercados, inclusión de programas productivos para el ajardinamiento de plantas de flor de otros países, adoptar juegos varietales tradicionalmente producidos en otras zonas y que allí comienzan a ser inviables… son conceptos, que aunque algunos no lo compartan, ya se han desarrollado con éxito contrastado en el sector de la fruta y hortaliza en España. El sector ornamental ha pasado de ser el puntero en adquisición de tecnología e innovación a ser el benjamín de la agricultura intensiva española.

Algunas cifras
Ante este cambio inminente en la producción y comercio ornamental europeo, todo apunta a que la Comunidad Valenciana puede y tiene mucho que decir al respecto.

De algo más de mil empresas viverísticas existentes en esta comunidad, casi la mitad son productoras de ornamentales, principalmente de plantas en maceta (el resto trabajan en el entorno de la vid, frutales y cítricos), siendo Valencia la provincia con mayor número de ellas con 294, seguida de Alicante con 154 y Castellón con 32. En conjunto, unas 1500 hectáreas de cultivo de las cuales 1100 son al aire libre.

El colectivo de la planta en maceta factura unos 180 millones de mientras que el de la flor cortada tan solo 21 millones, definiendo claramente el peso específico ornamental de la zona. La producción valenciana de planta ornamental se acerca al 30% del valor de la española, siendo junto con Cataluña la más importante, seguidas de Canarias.

Su participación en la exportación es uno de los aspectos a destacar, contribuyendo inicialmente de manera importante la feria Iberflora, que se celebra en Valencia, y actualmente apoyado por la presencia empresarial en otros eventos feriales internacionales (principalmente en Alemania y Francia).

La Comunidad Valenciana exportó en el 2003, planta ornamental y flor cortada por valor de 37,8 millones de de las que 25,2 correspondió a planta ornamental de exterior, 11,4 a otras plantas y 1,2 millones a flor cortada. Ello supone que en planta ornamental de exterior esta comunidad ha exportado el 32,3% del total nacional, en otras plantas el 22,8% y en flor cortada tan solo el 1,5%.

Los principales países de destino son Francia, Alemania, Italia, los Países Bajos, Reino Unido y Portugal, y los productos vendidos casi en su totalidad es la planta de exterior.

Un plan de respuesta
A todo lo dicho, faltan muchas cosas. Pero entre ellas está el carácter emprendedor, la tradición histórica comercial y la capacidad de lucha de los operadores ornamentales valencianos. Y por ello, en el seno de la Asociación Profesional de Flores, Plantas y Tecnología Hortícola de la Comunidad Valenciana, se ha confeccionado un “plan estratégico del sector de viveros” donde se analizan en profundidad nueve áreas con identificación y el análisis de sus problemas y sus correspondientes soluciones.

Temas como la falta de conocimiento de la estructura del sector, la deficiente ordenación del sector en cuanto a la producción y comercialización se refiere, daños producidos por la meteorología, incidencia de las plagas en palmeras, retirada de residuos, deficiencias en la formación profesional, etc. configuran grupos temáticos con sub-áreas de trabajo que ya tienen propuestas de solución con muchas de ellos llevándose ya a cabo.

Paralelamente, más medidas como reacción de respuesta ante los retos previstos. Por ejemplo el Sistema de calidad Medioambiental para flores y plantas (MPS), que tras estudiar el sistema de certificación medioambiental para los productores de flores y plantas, conjuntamente con FEPEX ( Federación Española de Asociaciones de Productores-Exportadores de Frutas, Holtalízas y Flores y Plantas Vivas), se tomó la determinación de adoptar la normativa MPS, de origen holandés, que se exigía además para la exportación de flores y plantas a través de FloraHolland, a través de cuya cooperativa venden unos quince productores valencianos de plantas.

La certificación evalúa la utilización de una serie de parámetros (agua, energía no renovable, productos fitosanitarios, tratamiento de residuos,...), que lleva a una puntuación para cada explotación, cuyo valor califica la inclusión o no en el sistema de certificación y en su caso la clasifica en la categoría A, B o C.

El control corre a cargo de la organización MPS, quien recibe mensualmente una serie de información de la empresa.

Relacionado con ello, la Asociación ha promocionado la retirada de residuos sólidos, vegetales y plásticos, a través de empresas autorizadas por la Consellería de Territorio y Vivienda.

Otra medida es la creación de “Marca de Calidad C.V.”. Para ello, la Consellería de Agricultura, Pesca y Alimentación ha publicado una resolución que establece la "Marca C.V.” para una serie de plantas, que en su comercialización reúnan una serie de características y que además posean la certificación MPS.

La Reforma de la O.C.M.(Organización Común de Mercados) de plantas vivas y productos de la floricultura, Promoción del Consumo, la Política de Calidad y Normalización, la concentración de la oferta, y los módulos de ayudas para modernización de explotaciones agrarias, son objeto de acciones concretas que esté llevando a cabo FEPEX (Federación Española de Asociaciones de Productores-Exportadores de frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas) con el apoyo y colaboración de las asociaciones de cada CC.AA., en el que juega un papel importante la Asociación Profesional de Flores, Plantas y Tecnología Hortícola de la Comunidad Valenciana, uno de cuyos miembros preside su Comité Nacional de Plantas de Vivero.