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5 al Día de Argentina

El papel de la huerta urbana

27/07/2003

27 de julio de 2003

Mariano Winograd, promotor del movimiento 5 al Día en Argentina, analiza las posibilidades de la huerta urbana para disminuir la problemática del hambre; el trabajo será presentado en la III Conferencia Internacional de la Red De Estudios Socioeconómicos sobre Frutas, Hortalizas Y Flores (RISHORT), www.ciesasoccidente.edu.mx/iii-rishort

El tema de la III Conferencia son " Las cadenas agroalimentarias globales en América Latina"; el encuentro tendrá lugar los días 4, 5 y 6 de septiembre del 2003 en Guadalajara, Jalisco, México (Por más información y envío de resúmenes para la III Conferencia,
iii-rishort@ciesasoccidente.edu.mx ). Los convocantes del encuentro son la Red de Investigación Socioeconómica sobre Frutas, Hortalizas y Flores (RISHORT), el Centro de Investigaciones Superiores en Antropología Social y el Departamento de Estudios Regionales-INESER de la Universidad de Guadalajara.

A continuación, el trabajo de Mariano Winograd.

La 5ta. - Trabajo, salud y alimentación para todos
Fondo para la promoción de la producción local como respuesta sistémica a problemas de desempleo, desnutrición y malnutrición

Ponencia para el IV CONGRESO INTERNACIONAL DE LA RED DE INVESTIGACIÓN SOCIOECONÓMICA SOBRE FRUTAS, HORTALIZAS Y FLORES (RISHORT) - Guadalajara - 4-6/9/2003

Autor: Mariano Winograd, mwinograd@fibertel.com.ar
Foro La 5ta., Argentina, www.5aldia.com.ar


1. Introducción

Hacia fines del siglo XIX en Francia y toda Europa se consolida el hábito de las huertas urbanas, el cual se expande fuertemente durante el siglo XX, con la emigración de poblaciones rurales a la ciudad.
En ellas cada obrero cultivaba su propia parcela, pero con al menos una acción comunitaria, dada por el hecho cultural de compartir un espacio común. Se producía un intercambio de recetas y experiencias, y eventualmente se organizaban celebraciones comunes en que se compartía la faena y el producto.
Esta costumbre no sólo implicaba ventajas económicas sino apreciables diferencias de calidad entre la alimentación del obrero-horticultor, con la de aquel que dependía exclusivamente del alimento adquirido.
A la Argentina la costumbre es traída por los inmigrantes europeos que la desarrollaron fuertemente en su vertiente familiar, si bien no en la comunitaria. Las huertas como actividad para autoconsumo recuperan por entonces, hace ya más de 150 años, una cultura que había tenido fuerte arraigo en la etapa prehispánica y primera colonización, en que el consumo de hortalizas poseyó presencia central en la dieta.
Con los acelerados procesos de urbanización desde los años 40 y 50, la huerta como parte de las tareas familiares quedó relegada y pronto se la visualizó principalmente como una actividad reservada solamente para los productores hortícolas o "quinteros".
Durante las últimas tres décadas, el problema del hambre se ha agravado en el MERCOSUR, contemporáneamente con la liquidación del modelo cepaliano-fordista.
Brasil ha tomado conciencia de esta grave problemática, como consecuencia de numerosas prédicas (particularmente originarias del mundo eclesial), al punto de que Hambre Cero fue una de las propuestas centrales para el triunfo electoral del PT. En la Argentina, la comprobación del problema estalló más tardíamente, obligando a una serie de respuestas urgentes, actualmente en proceso de ejecución.
La región se encuentra como una empresa en convocatoria; la experiencia indica que de ésta se sale con una quita de deuda, una reducción de intereses y una recuperación de actividad.
La solución exigirá recursos. En razón de que la deuda pública del MERCOSUR es desproporcionada con relación a su PBI, una propuesta creativa a este efecto no debiera implicar nuevo endeudamiento sino, probablemente, la reorientación del crédito existente.
Un proyecto sustentable aplicado a la solución del hambre que contemple los aspectos tecnológico, jurídico, institucional y financiero debiera, asimismo, adecuarse a la existencia local de conocimientos y organizaciones para llevarlo a acabo; éstos existen y pueden ser potenciados. La obtención de resultados casi inmediatos, lo convertiría en un proyecto consistentemente creíble, y en consecuencia, con mayores oportunidades de ser financiado.

2. Antecedentes

- Programa Hambre Cero. Brasil.
- Documento Vida digna en el campo. PT. Brasil.
- Ley 25.724. Programa de Nutrición y Alimentación Nacional (El hambre más urgente). Argentina.
- Programa Prohuerta. INTA. Argentina.
- Propuesta Hambre Cero de alcance mundial, financiada mediante un impuesto a la exportación de armas. Presentada por el presidente Luiz Inacio da Silva en el Foro Mundial G-8 de Evian (2/6/03).
- Diferentes programas de huerta a nivel municipal (Argentina).
- Programas centros ATP - INTI Argentina www.trabajopopular.org.ar
- Consenso de Washington revisado - John Williamson - Conferencia sobre "Pensamiento y práctica para el desarrollo" - BID - sep/96.
- Propuesta para la instalación de unidades autosustentables (modelo kibutzim) en la Argentina. Carlos Abalo. FUNIF (Fundación de Integración Federal).

3. Propuesta

Desde hace algunos años y más recientemente por la magnitud de la crisis estructural, las huertas han recobrado nuevo impulso como una alternativa de subsistencia para muchos sectores de la sociedad.
En este sentido hay que destacar la acción del Programa PRO-HUERTA, que comenzó a implementarse en todo el país por el INTA en 1990 con el propósito de mejorar la condición alimentaria de la población rural y urbana en situación de pobreza, a través de la auto-producción de alimentos en pequeña escala con huertas y granjas familiares, escolares, comunitarias e institucionales.
Este programa logró en 10 años unas 445.000 huertas familiares, más otras 10.000 escolares y barriales, que proveen de alimentación a 3 millones de personas; el 70% de estas huertas se localizan en zona urbanas, particularmente en los cinturones suburbanos de las grandes ciudades.
Más recientemente han surgido nuevas iniciativas alimentarias que dan renovado impulso y posibilidades para que las huertas familiares, escolares y barriales adquieran la dimensión de proyectos sustentables, articuladores de los actores sociales con los sectores de la producción agroalimentaria.
Así por ejemplo, iniciativas empresariales como las lideradas por AAPRESID y el proyecto Soja Solidaria, se combinan con referentes institucionales del Sector Agropecuario como el Movimiento CREA y organizaciones solidarias como CARITAS.
A su vez, en ámbitos locales y regionales, cada día se multiplican las organizaciones de la sociedad, las escuelas, capillas, parroquias, municipios e instituciones que promueven la organización de huertas para el autoconsumo y subsistencia alimentaria.
Los programas de subsidio para desocupados, la asistencia a poblaciones marginadas y la ayuda alimentaria en ejecución en los países del MERCOSUR, poseen el objetivo central de disminuir los niveles de exclusión y marginalidad alcanzados en la región por el incremento del desempleo. Sin embargo, por lo general, no han logrado una respuesta sistémica a los tres aspectos principales consecuentes con la problemática social: el hambre, la disminución del nivel sanitario y la incapacidad de reinserción laboral.
La disociación entre las respuestas al problema del desempleo (subsidio monetario), la desnutrición (comedores comunitarios, escolares y bolsones de refuerzo alimentario) y la malnutrición (diferentes respuestas medicinales mayormente no preventivas), ha generado una sensación frustrante tanto para beneficiarios como para la población en general. Así también, preocupa que los paliativos ofrecidos no resulten promotores de un cambio en la condición de marginalidad sino que, por el contrario, resulten en una dependencia estructural y permanente hacia los mismos.
En esta línea, la propuesta presentada consiste en construir un proyecto regional a nivel MERCOSUR que promueva y financie el establecimiento de huertas en municipios resueltos a enfrentar conjuntamente las problemáticas del desempleo, la desnutrición, la malnutrición y la emigración hacia los grandes centros urbanos. Tal como numerosas experiencias aisladas lo han demostrado, se considera que el desarrollo de proyectos hortícolas a nivel municipal, ofrece una respuesta integral a los problemas mencionados.
En esta actividad, la relación entre empleo generado y nivel de inversión es una de las más favorables entre todas; asimismo está reconocido a nivel mundial (particularmente por la OMS) el vínculo entre el consumo frecuente de frutas y hortalizas con mejores niveles de nutrición y salud.
Elaboraciones sobre la base de datos del INDEC (Argentina) reflejan que el decil más pobre de la población consume 4 veces menos hortalizas y 7 veces menos frutas que el promedio de la sociedad.
Extrapolando los incrementos del consumo (y por ende de la producción) que aplicarían si los tres deciles inferiores de la sociedad consumieran como el promedio, se llega a niveles del 50 % de aumento en verduras y hasta del 64 % en frutas. Por consiguiente, existe un universo de consumo social disponible para un incremento productivo, sin afectar la actividad profesional dirigida a su venta en el mercado.
Si bien las frutas y hortalizas no constituyen los vehículos más eficaces para el traslado de nutrientes y proteína a grandes distancias (por su condición perecedera), en cambio, sí lo son para la transformación local de trabajo en alimento. Es tal sentido, es que el proyecto tiene como fundamento el originamiento local de los recursos alimentarios de los que resulta objeto, reemplazando toda organización superestructural de logística por la movilización de los recursos económicos y humanos, allí donde se producirá el consumo.

4. Objetivos

Los objetivos de la propuesta consisten en complementar y, cuando correspondiere, sustituir mecanismos de asistencia actualmente empleados en el MERCOSUR, destinados a la atención de poblaciones desempleadas, con las consecuentes carencias alimentarias y sanitarias.
Los planes en ejecución han permitido la resolución urgente de algunos problemas pero han generado otros nuevos: un crecimiento desproporcionado de la estructura burocrática, una consolidación estructural de comportamientos asistenciales y el permanente riesgo de desviaciones clientelistas. La consolidación de aplicaciones locales para una fórmula regional como la propuesta, permitiría un enfoque más económico, eficiente, culturizador y original para un problema, cuya recurrencia y universalidad en la región resulta incompatible con la dotación de recursos; manifestándose como una dolorosa constatación diagnóstica de la desintegración organizativa social en que ha derivado.

5. Integración de los recursos

El superávit financiero fiscal fue la necesidad que eclipsó a otras para resolver la inflación. Su control es hoy una condición razonablemente lograda y presumiblemente estable por el comportamiento que sociedad y clase política muestran al respecto.
Conservar la responsabilidad fiscal lograda a nivel federal es aún crucial, pero los hechos han demostrado que debe complementarse con la movilización de las reservas del sector privado y especialmente local. Para ello es necesario reconstruir la demanda, promover la inversión y sostener la recuperación económica iniciada.
Argentina y el MERCOSUR se encuentran sin crédito, pero con sobrados recursos tanto humanos como materiales. Un proceso político creativo, inserto en un escenario internacional racional, no tendría mejor alternativa que ponerlos en movimiento.

6. Reasignación presupuestaria

Resultaría razonable que se produjese una reasignación del gasto desde las áreas históricamente favorecidas con recursos superiores al retorno económico que demuestran (administración, defensa, subsidios indiscriminados y proyectos injustificados), hacia otras con potencial para mejorar la distribución del ingreso, tales como la salud, la educación básica y la infraestructura.
Si bien es sencillo demostrar que un proyecto como el propuesto apunta justamente a estos aspectos, mediante una de las formas más progresista posible, incluyendo la promoción de cultura emprendedora como semilla de transformaciones ulteriores, es válido que el momento es complejo para desfinanciar áreas políticamente sensibles.

7. Financiamiento específico

La propuesta del presidente Lula en Evian, ha consistido en el financiamiento de un plan global de lucha contra el hambre mediante un impuesto al comercio internacional de arma. Ad referéndum de avances en dicho sentido creemos posible avanzar velozmente en una propuesta más modesta consistente en un plan regional de horticultura local, a ser financiado con fondos hoy destinados a la protección agrícola en países desarrollados.
Parte de los mismos son hoy canalizados como ayuda alimentaria, basada en la exportación sin costo de excedentes (cereales y oleaginosas esencialmente) originados en países desarrollados y dirigidos a poblaciones subnutridas de los países de menor desarrollo relativo.
El fenómeno distorsiona fuertemente los mercados ejerciendo una presión a la baja de los precios para terceros oferentes (como sería el caso de Argentina y Brasil), ya que las compras para el abastecimiento de la ayuda se restringen a producciones propias de los países donantes.
La baja del mercado internacional realimenta un círculo vicioso pues en países que no subsidian obliga a un incremento desmesurado de productividad que neutralice la baja, y en países que subsidian genera crecientes necesidades de fondos para compensar el desfasaje consecuente.
Como compromiso local, por ejemplo, la Argentina podría asignar a la propuesta parte de los recursos obtenidos por retenciones a la exportación sectorial. Sería una forma de redistribución equitativa intrasector, en tanto que el segmento favorecido por la devaluación aporta fiscalmente para el soporte del subsector perjudicado por la disminución del ingreso local. La propuesta consiste en integrar dichos fondos en carácter de préstamo y no de subsidio.
La reconstrucción de modelos sustentables en comunidades locales del MERCOSUR, basadas en producciones hortícolas y, por ende, no exclusivamente sesgadas a la producción de cereales y oleaginosas para la exportación, podría constituir una ventaja adicional del proyecto, descomprimiendo la presión hacia la sobreoferta y baja de precios internacionales que caracteriza a dicho mercado.

8. Fideicomiso sobre infraestructuras públicas de abastecimiento

El incumplimiento recurrente de la Argentina para con sus compromisos financieros internacionales, justifica un refuerzo de garantía en la materia.
La infraestructura pública creada en los ´70 para el abastecimiento frutihortícola (Mercado Central de Buenos Aires) carece hoy del sentido que le diera origen. Resulta injustificado que el Estado nacional conserve un patrimonio destinado al abastecimiento exclusivamente metropolitano de población incluida y no carenciada, cuando en realidad podría reorientarlo a un uso mucho más federal, racional y ecuánime.
Ante la previsible dificultad para realizar económicamente ese patrimonio en un plazo tan breve como el que la emergencia sugiere, se propone una modificación del decreto 17.422/67 de creación de la Corporación del Mercado Central; la finalidad apunta a permitir que al menos el 33 % del patrimonio que corresponde al Estado Nacional y su flujo de fondos consecuente, sea inmediatamente asignable a una garantía fiduciaria para la constitución del fondo mencionado.
La propuesta es homologable en el Brasil, cuya red CEASA de mercados concentradores tiene una envergadura geométricamente superior a la del caso único argentino.

9. Procedimiento

El capital obtenido por la integración del fondo propuesto actuaría en carácter de "semilla". Verificada la viabilidad y pertinencia del proyecto, podría aspirarse a incrementar su financiamiento por negociación con parte de los acreedores internacionales de la región.
El canje de obligaciones en default por nuevas obligaciones emitidas para este proyecto específico, garantizadas por el patrimonio explicado y su flujo futuro de fondos debiera ser posible, siempre y cuando la autoridad y auditoría de proyecto sean confiables (en contraposición a la experiencia histórica).
Una vez articulado el fideicomiso, es probable que surjan alternativas locales de financiamiento más ágiles y creativas aún. Asimismo, podría crearse un impuesto específico a ser recaudado en la comercialización mayorista o en la exportación, y destinado a reponer el equilibrio patrimonial posterior a la maduración de la propuesta.

10. Poblaciones beneficiarias y localización

Sin la rigurosidad de las leyes de Indias, pero con una repetición casi aritmética los pueblos de la Argentina reprodujeron el damero previsto en la América colonial. En derredor de la plaza central, las construcciones públicas, luego las casas más "honorables", el suburbio o arrabal, las quintas, las chacras y las estancias.
Así, en la mayor parte de las localidades existentes se verifica la existencia de al menos una centena de "quintas" periféricas de entre 1 y 10 has., que han perdido de tal modo su rol histórico-económico, como para que salvo uso recreativo, no tengan destino productivo. El fenómeno se ha distorsionado en ciudades de más de 100.000 habitantes, pero continúa particularmente inmodificado en aquellas de escala inferior.
Precisamente, en estas localizaciones más pequeñas en donde el proyecto tiene mejores oportunidades de instrumentación inmediata, mayor probabilidad de control social y mayor cuota de justicia histórica, para reparar las desventajas que el modelo de urbanización concentrada generó a dichas comunidades, a lo largo del siglo XX.

11. Compromisos de los municipios

La recuperación de uso para las referidas quintas periféricas debiera generar un ingreso por tasas, hoy inexistente, en cada municipio, y uno homólogo, por incremento de la recaudación inmobiliaria en cada provincia.
El financiamiento que brinde el fondo será utilizado por los municipios para la instalación de huertas periféricas destinadas al abastecimiento local, con un mercado inicialmente garantizado por el consumo social (cárcel, escuelas, hospitales, comedores, ONGs, etc.)
Como consecuencia, se movilizaría la economía y el empleo local, se promovería la salud, la nutrición, la educación y la cultura y, por sobre todo, se contribuiría a revertir la dramática concentración urbana, causa de una parte sustancial del subdesarrollo argentino y latinoamericano en general.
La revisión de impuestos que absorban los efectos surgidos por el uso de la tierra es un desafío aún mayor. Un medio ambiente sano, en donde haya un equilibrio ecológico y no se dé una depredación de los recursos naturales obviamente es valioso, pero solo a través de una mejoría en las condiciones de vida de la población es posible detener y revertir el deterioro ecológico. Al respecto, a criterio de Williamson (CW revisado), lo que se necesita es un impuesto de tasa variable, en el cual la tasa impositiva dependa del impacto ambiental - social, según la forma de utilización de la tierra.
Así, los lugares salvajes y las tierras refugio de especies en peligro de extinción no serían gravadas; la tierra que haya sido desarrollada con responsabilidad (destinos socialmente deseables) sería gravada a tasas moderadas; pero el uso abusivo o especulativo de la tierra sería gravado con tasas que lo penalicen. Hasta ahora, este tipo de impuesto no habría sido desarrollado en ningún lugar del mundo. En tal sentido, Williamson expresa que "... hasta que Curitiba mostró el camino, ninguna ciudad del mundo había desarrollado un sistema de transporte urbano amigable con el ambiente, con la gente y abordable. Curitiba, ha ganado la atención y la admiración del mundo entero por su innovación. No veo la razón para que algún país latinoamericano no obtenga aplausos similares por liderar la creación de un impuesto sensible a la tierra".

12. Efectos colaterales positivos

La asociación entre la producción hortícola local, el desarrollo exportador y el sistema político y financiero mundial constituiría una actitud inteligente frente a la globalización, favoreciendo la sustentabilidad y, en consecuencia, garantizando a bajo costo un sistema económico que, de no ser corregido en su injusticia, marcha al colapso.
Asimismo, recrearía el paradigma de desarrollo local que caracterizó a la utopía poblacional de mediados del siglo XIX inmortalizada en la Argentina por la frase ..."gobernar es poblar"...de Juan B. Alberdi, modelo que abandonado en aras el metropolitanismo concentrador, implicó alejarnos del proyecto equilibrado que la organización nacional proponía obtener.

13. Redefinición del rol defensa nacional

Para una discusión posterior, por los riquísimos escenarios que implica, se dejaría la hipótesis de convertir la lucha contra el hambre y su solución (entre otras herramientas) por medio de la producción hortícola local, en una cuestión prioritaria de defensa nacional.
El modelo permitiría resignificar recursos humanos y materiales, hoy peligrosamente ociosos, para una propuesta mucho más coherente con ideales de integración social como los que le dieran origen; que con la guerra de baja intensidad que propone el plan Colombia.

14. Administración

Resulta claro que entre la escala macroregional propuesta y la instrumentación micro a nivel local, quedan irresueltas instancias intermedias que hacen a un aspecto sustancial del éxito: la inserción en un marco superestructural, particularmente complejo por su carácter extranacional.
Cumpliendo con el paradigma de una profecía autocumplida que sea creíble para que sea viable, la estructura institucional para un proyecto hortícola sistémico contra el hambre, en pro del empleo y la salud; deberá apoyarse en elementos jurídicamente consistentes, tanto local como internacionalmente. En esta línea, la autoridad de proyecto debiera corresponder a las siguientes condiciones:

· Metodología general - acción local: definidas las condiciones marco para su instrumentación en los aspectos legales, normativos, financieros y tecnológicos, la ejecución debería ser local, adaptada a las culturas y formas de organización que en cada localización correspondan.

· La administración general del proyecto debería trascender la vocación corporativa en lo profesional, que tanto daño ha hecho a la racionalidad de nuestro desarrollo institucional histórico.

· El ente administrador habría de ser mixto, incluyendo el control público - privado, supranacional y local.

· La autoridad de proyecto requeriría ser auditada por un organismo independiente.

Mariano Winograd

Buenos Aires, julio de 2003