La crisis financiera y los altos precios de las materias primas destinadas a la alimentación animal han limitado, un año más, la rentabilidad de los diferentes sectores ganaderos y han incidido en el consumo interno, lo que ha impulsado una mayor salida al exterior del producto español.
De nuevo, 2011 ha sido otro año complicado para un sector con menor margen para afrontar la crisis económica y que ha visto en la exportación una vía de escape y una red de seguridad para tratar de conseguir un precio mínimo garantizado, ante el incremento del coste de las materias primas destinadas a piensos y su imposibilidad de trasladarlo al mercado.
En el caso del ovino, hacia otros mercados de la Unión Europea se dirige principalmente la producción de cordero nacional, que también ha seguido incrementando sus ventas al exterior.