4.000 agricultores y ganaderos de Castilla y León exigen en Burgos medidas para garantizar la rentabilidad de las explotaciones
Para esta Organización, resulta insostenible la sangría de activos que está significando para el sector agrario esta situación, originada, muy especialmente, por el desmesurado aumento de los factores de producción y la minoración sustancial de los precios que el colectivo agrario percibe en origen por sus producciones agrarias, lo que provoca una falta de rentabilidad.
Durante la reunión de Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural, en la que han participado, los altos cargos del Ministerio con la Ministra a la cabeza y los Consejeros en materia agraria de las distintas Comunidades Autónomas, más de 4.000 agricultores y ganaderos de Castilla y León a los que se han sumado representes de otras regiones se han manifestado por las principales calles de Burgos, tras una pancarta en la que se podía leer “Por la rentabilidad de nuestras explotaciones” y acompañados de varios tractores y animales exigiendo la adopción urgente de cuantas medidas resulten imprescindibles para garantizar la rentabilidad de las explotaciones agrarias.
Teniendo en cuenta que la difícil situación del sector agrario, está motivada por la falta de rentabilidad del ejercicio de la actividad, realidad que es debido, muy especialmente, al incremento desmesurado de los factores de producción y al hundimiento de los precios agrarios en origen, a lo que, en algunos sectores productivos, debe añadirse la falta de garantía de la recogida de la producción, así como el alto grado de endeudamiento que la falta de rentabilidad está suponiendo para los agricultores y ganaderos afectados y la sangría de activos que ello está significando.
UCCL, exige a las distintas Administraciones la adopción de medidas encaminadas a garantizar la rentabilidad de las explotaciones para ello, resulta fundamental que se establezcan los mecanismos necesarios para evitar el incremento del precio de los distintos factores de producción, garantizar la recogida y venta de la totalidad de la producción agraria a precios justos, controlar la calidad de los productos procedentes del exterior, puesta en marcha de las líneas de ayudas necesarias, tanto para paliar las grandes pérdidas que está soportando el colectivo agrario como para facilitar liquidez a los afectados, todo ello con objeto de cortar, al menos, la importante sangría que dicha situación está significando a los agricultores y ganaderos, ya que muchos de ellos no está viendo otra vía que el cese de la actividad.