CaixaBank reune a expertos del sector del vino nacional

El pasado 18 de mayo, el CaixaForum de Barcelona acogió una nueva edición de las Jornadas AgroBank de Caixabank. Centradas en la importancia de la sostenibilidad en la gestión del proceso productivo del vino, el evento reunió a centenares de profesionales en un año que se presenta con cifras y previsiones optimistas.

Jordi Nicolau, director territorial de CaixaBank en Barcelona, inauguró las cuartas Jornadas AgrobBank destacando la necesidad de “afrontar los cambios” que genera el mercado agrícola, en especial el de la viticultura. Juan Antonio Alcaraz, director general de CaixaBank, señaló que el objetivo de este evento “es reforzar la industria vitivinícola en todas sus vertientes”.

La primera ponencia de las Jornadas corrió a cargo de Angel Villafranca, presidente de la Interprofesional del Vino y presidente de Cooperativas Agro-Alimentarias de España, quien subrayó el interés del sector en “reforzar lo que somos y reformular nuestras actividades sobre sostenibilidad en sus tres niveles: sostenibilidad económica, social y medioambiental”.

Villafranca recordó que “España es el país que más exporta en volumen” pero no aporta la economía suficiente, por lo que “corremos el riesgo de morir de éxito tanto en volumen como en valor”. Por ello, el presidente de la Interprofesional afirmó que el camino pasa por “incentivar el consumo y el conocimiento de la cultura del vino a una parte de la sociedad que ahora no se interesa por ella, además de lograr que nuestro producto encaje fuera de nuestras fronteras, donde el consumidor tiene una cultura y unos hábitos distintos”.

El presidente del INCAVI, Salvador Puig, repasó la incertidumbre de los últimos años debido a la sequía y dio datos esperanzadores para la actual cosecha, subrayando que “el vino catalán está emparado en figuras de calidad, ya que casi todos forman parte de alguna DO, es dinámico y un importante motor de exportación, pues el 45% del vino tranquilo y el 65% del cava ya se exportan”. Además, recalcó que el 60% de la superficie de viñedo catalana ya está certificada como ecológica.

Fernando Burgaz, director general de la Industria Alimentaria del MAPAMA, enfatizó durante su intervención que el sector del vino es uno de los cuatro grandes joyas gastronómicas del país, junto al jamón ibérico, el queso y el aceite de oliva: “Tenemos que tomar consciencia de lo que tenemos, somos el primer país en superficie cultivada y el tercero en producción, contamos con 536 variedades de uva y las condiciones climáticas, tipos de suelo y orientaciones nos otorgan unos matices y un abanico de posibilidades único”.

De todos modos, Burgaz se mostró crítico y reconoció que “algo estamos haciendo mal si teniendo todo esto, hay tanta preocupación e inquietud en el sector”. Y es que el consumo de vino en España cae “de forma paulatina y casi alarmante”, es un sector “enormemente atomizado con gran necesidad de exportación” y el valor de nuestro vino comparado con el de los competidores directos “es escaso”. ¿La consecuencia de todo esto? “Pérdida de competitividad”, afirmó.

Por ello, el director general indicó las líneas de trabajo que se deben seguir para reconducir esta situación: “La innovación es el punto básico para encontrar el sitio que merecemos en el mercado mundial, y sin sostenibilidad en todos los niveles productivos no podremos lograrlo. Debemos reestructurar el sector, desarrollar iniciativas culturales y de enoturismo que motiven al consumidor, buscar la excelencia y la calidad en todos los productos y poner la sostenibilidad en el centro en todos los operadores de la cadena”.

Pedro Ballesteros, Master of Wine, recordó a los asistentes algunos de los problemas a los que se enfrenta el viñedo en España, destacando el agua como recurso escaso y la gestión del viñedo, la cantidad de viñas viejas en suelos infértiles y la falta de investigación sobre el suelo y el uso del cobre, sobre todo en lo que a enfermedades y alternativas se refiere.

El encargado de ofrecer los datos del mercado del vino español en 2017 y 2018 fue Rafael del Rey, director general del Observatorio Español del Mercado del Vino. “En esta cosecha nos preocupan las heladas, que el rendimiento calidad-cantidad sea correcto, las consecuencias de las enfermedades de la viña, los costes generales, los efectos del cambio climático y la coyuntura del mercado mundial”, indicó.

Y es que la cosecha de 2017 fue corta, lo que se tradujo en un incremento de precios que repercutió sobre el productor, con márgenes más bajos para el agricultor y la bodega, y sobre el conjunto del mercado (retail y consumidor). “El consumo doméstico ha bajado de forma continua, pero el consumo nacional se mantiene estable dese hace unos años e, incluso, se ha recuperado, lo que significa que el cambio de tendencia es real. Además, si bien es cierto que nos hemos internacionalizado más en volumen que en valor, la presión para salir a los mercados exteriores es menor y la búsqueda del valor puede ser más efectiva”.

Para conocer casos de éxito y experiencias verídicas de profesionales que han apostado por la sostenibilidad y han logrado grandes avances, las Jornadas AgroBank contaron con Mireia Torres, directora del Innovación y Conocimiento de Bodegas Torres, directora de Jean Leon y presidenta de la Plataforma Tecnológica del Vino; Jaume Gramona, presidente y director técnico de Caves Gramona y presidente del Instituto del Cava; Josep Serra, propietario y enólogo de la bodega La Vinyeta; e Isabel Castillo, representante en España de amfori.

La primera en intervenir fue Mireia Torres, quien reconoció que en España “no hemos hecho bien los deberes después de la crisis con una bajada del 10% en I+D que no se ha remontado”. Torres explicó que del 12% de presupuesto en I+D que se dedica al sector alimentario, solo entre el 1 y el 2% pertenece al vino: “Es un sector muy tradicional y esto tiene que cambiar, tenemos que adaptarnos a la actualidad y aumentar nuestro valor”, aseveró.

Para ello, explicó la inversión de Torres en sostenibilidad, destacando algunos de los datos más importantes: “En 2008 nos propusimos reducir el 30% de la huella de carbono antes de 2020 y ya hemos pasado del 25%. Además, hemos apostado muy fuerte por las energías renovables y sus alternativas y hemos instalado plantas fotovoltaicas, calderas de biomasa, coches híbridos, sistemas de climatización solar, una balsa de recepción de agua y una planta depuradora, entre otros, hemos reducido el peso de los envases y ya hemos logrado reciclar el 95% de los residuos generados en la empresa”.

En esta línea, Jaume Gramona, conocido por sus cavas de calidad y su filosofía cerde, destacó la “gran reestructuración de nuestras instalaciones debido a la gran implicación en ecología y sostenibilidad”. Así, entre otras mejoras, la bodega ha reducido más de un 15% su consumo eléctrico de red gracias al autoconsumo fotovoltaico y ha apostado por los vehículos eléctricos, en línea con su viticultura biodinámica y su enoturismo eco.

Por su lado, Josep Serra atestiguó que “el gran consumo está abriendo las puertas al pequeño productor y a la filosofía de proximidad” y explicó cómo su bodega ha logrado el éxito: “Hemos ido viendo que las grandes variedades mejorantes que nos tenían que salvar en el futuro, como el Merlot, no funcionan. En cambio, variedades como la Carinyena Blanca son las que mejor se están adaptando al cambio climático, por eso apostamos por ellas. Nuestro proyecto de microvinos nos permite apoyarnos en la sostenibilidad y crear nuestro propio ecosistema, dando lugar a una economía circular que nos abre la puerta de otros mercados como el cárnico o el de la producción de huevos”.

Juan Antonio Alcaraz, director general de CaixaBank.

Por último, Isabel Castillo puso en énfasis el gran problema de entendimiento que existe entre países sobre el concepto sostenibilidad: “No nos entendemos, no hablamos el mismo lenguaje y tenemos que adaptarnos a cada país comprador si queremos vender. Nuestro sueño de sostenibilidad no es compartido por otros países, que tienen una cultura y un contexto distinto. Además, no comunicamos lo que hacemos y no reportamos a nuestros clientes de forma eficiente. Si no cambiamos, no mejoraremos nada”.