Nuevo récord histórico de exportaciones mundiales de vino

Tras las fuertes subidas que experimentó la exportación mundial de vinos hasta mediados de 2018, las cifras agregadas de los principales exportadores mostraron una tendencia de mayor estabilidad sobre el nivel de los 31/32.000 millones, pero la pandemia generada por la COVID-19 y las restricciones, tanto al consumo en establecimientos como al transporte mundial, provocaron una abrupta caída. Los gráficos muestran con claridad que caídas concentradas principalmente en los meses de marzo, abril y sobre todo mayo del 2020, así como descensos algo más suaves en meses posteriores, llevaron el comercio mundial de vino a niveles de poco más de 29.000 millones de euros.

Por etapas, se distinguen tres grandes periodos en este último año y medio: unos meses de brusca caída, de febrero a junio del 2020 en los que se perdió más del 15% de las ventas; un segundo periodo de caídas también pero mucho más suaves (-3,6%) entre los meses de julio del pasado año y enero de 2021; y una etapa de franca recuperación, que se inició suavemente en febrero del 2021 y se ha hecho mucho más patente en el resto del semestre.

En su conjunto, y durante los meses en los que la pandemia ha afectado más dramáticamente a este comercio de vinos, las pérdidas registradas (por comparación a lo que se hubiera vendido en caso de mantener los niveles de enero del 2020) se sitúan en 2.035 millones de euros. Pero la recuperación ha sido extraordinaria y el vino sale con más fuerza que en la etapa anterior.

El impacto de la pandemia sobre este comercio mundial de vino es mucho más claro en valor que en volumen, donde la recuperación se produjo antes, y se observa más rotunda entre los vinos envasados –los más perjudicados por la pandemia y las restricciones– que en los vinos a granel.

En cuanto a las ventas en volumen (millones de hectolitros), la caída fue sensiblemente inferior a la registrada en euros y mucho más concentrada en los meses de abril y mayo del pasado año. Pero la recuperación se inició con fuerza mucho antes en litros que en euros y ya a partir del verano las ventas volvieron a crecer. Tuvieron su recaída entre finales del 2020 y enero del 2021 pero, de nuevo, la recuperación de las ventas en volumen ha sido extraordinaria entre marzo y junio de este año, pasando del nivel de los 103 a los casi 108 millones de hectolitros. Recuperación, que permitió superar el nivel de ventas pre-COVID19 ya en el mes de abril del’21 en términos de volumen, pero que todavía no ha permitido alcanzar el récord histórico de ventas, registrado a finales de 2017, cuando se superaron los 109 millones de hectolitros.

Por tipos de envase, las exportaciones mundiales de vinos envasados han sufrido la pandemia mucho más que los envíos a granel. En euros, las exportaciones de vinos envasados (incluyendo BiB) no recuperaron el nivel anterior a la pandemia hasta el pasado mes de junio, cuando alcanzaron los 29.861 millones y, de nuevo, no solo superaron los 29.396 M€ anteriores a la crisis, sino que logran un récord histórico en las exportaciones mundiales de vino. La pérdida por restricciones, confinamiento y, en especial, por la limitación de consumo en hostelería, ha sido fortísima, pero la recuperación de los meses de marzo a junio de este año también es extraordinaria.

Por el contrario, las ventas de vinos a granel en términos de valor se recuperaron muy rápidamente de los primeros efectos de la pandemia y crecieron con fuerza en junio de 2020, y de una forma más suave a lo largo de casi todo el segundo semestre.

En términos de volumen, también la diferencia es notable. Los vinos envasados han tenido una primavera extraordinaria y ya en el mes de abril de este año superaban los niveles prepandemia, por encima de los 69 millones de hectolitros, para seguir creciendo hasta junio, mientras que los vinos a granel muestran mayores oscilaciones y parecen más ajenos a los efectos de la crisis, con recuperación en el verano del 2020, recaída a finales del año pasado y fuerte subida en el primer semestre de este año, hasta superar los 35 millones de hectolitros, pero lejos aún de los máximos históricos, por encima de los 36 millones.

Una vez más, y en este caso, respecto del impacto de la pandemia COVID-19, comprobamos que vinos envasados y graneles son dos subcategorías que funcionan de forma distintas y movidos por condicionantes diferentes. Los vinos envasados, entre los que se encuentran los de mayor valor y van dirigidos directamente al consumidor final, han sufrido en este caso mucho más los efectos de cierres en hostelería y las restricciones para celebraciones. Los vinos a granel, por su parte, ya sea para consumo final envasados en destino o por movimientos entre productores, y normalmente a precios más económicos, se han visto mucho menos afectados –o menos directamente– por la pandemia y el confinamiento.

En definitiva, el comercio mundial de vino muestra signos de clara recuperación tras los duros efectos de la pandemia. En total y por comparación con lo que habrían sido unas ventas normales, se han perdido más de 2.000 millones de euros, pero la recuperación ha sido extraordinaria, y ya en junio de este año se han superado los niveles precrisis y, además, se alcanzan niveles récord de facturación. La recuperación es fuerte tanto en términos de valor –donde más se sufrió– como de volumen, pero mucho más clara y rotunda entre los vinos envasados –los que más sufrieron– que entre los vinos a granel, cuyos drivers para la venta son diferentes.

De cara al segundo semestre de este año, las menores cosechas en Francia, Italia y España y la marcha de las exportaciones españolas hacen presagiar que se mantendrá muy fuerte el intercambio mundial de vinos a granel, posiblemente a precios más elevados. Por su parte, la recuperación mundial del consumo, la vuelta a una cierta normalidad de la actividad comercial y las menores restricciones, tanto en hostelería como en celebraciones en casa, favorecerán la buena marcha de las ventas de vinos envasados, particularmente en valor. Dependen, en este caso, más de los tamaños de las cosechas de los distintos productores, de sus previsiones de vendimia y disponibilidades y solo indirectamente de las tendencias y condicionantes del mercado final.