Bodegas El Paraguas, la sinceridad de un producto auténtico

Desde su constitución en 2011, Bodegas El Paraguas ha tenido un éxito rotundo. Con sus vinos El Paraguas Atlántico, La Sombrilla y Fai un Sol de Carallo; y con su proyecto de I+D+i protagonizado por la variedad de uva Blanco Legítimo en el viñedo más septentrional registrado en España, la firma gallega ha conseguido captar la atención de los medios de comunicación, los sumilleres más determinantes y los restaurantes más exclusivos.

Desde 2015, Bodegas El Paraguas elabora sus vinos en un nuevo inmueble elaborador en el municipio de Cenlle, dentro del Valle del Avia (Ourense). Anteriormente, la empresa dirigida por Marcial Pita y Felicísimo Pereira elaboraban los vinos en el garaje de la bodega familiar de Pereira, en el corazón del casco antiguo de Ribadavia. Con la mudanza de feudo, la firma gallega aprovechó esta circunstancia para cambiar la imagen de sus vinos, adaptándolos a las necesidades del mercado. La bodega funcional está perfectamente equipada para la elaboración de los vinos y dotada de las últimas tecnologías al servicio de la barita mágica de Felicísimo Pereira, director técnico de Bodegas El Paraguas.

A pesar de ser una casa elaboradora con una tirada muy limitada de vinos, Bodegas El Paraguas dispone, prácticamente, de un recipiente a medida para la vinificación de cada variedad de uva de cada parcela que vigila. Treixadura, Albariño y Godello reciben un trato diferente e independiente, dependiendo de la procedencia de la uva y, sobre todo, de la naturaleza de cada cosecha.

Dicha bodega, situada rondando los 400 metros sobre el nivel del mar, está cercada por casi dos hectáreas de un viñedo joven que Bodegas El Paraguas viene trabajando de cara al futuro. En su interior, además de una humilde sala de recepción de visitantes; la bodega cuenta con depósitos de acero inoxidable y barricas de roble francés de 600 y 500 litros con control de temperaturas. Además, Bodegas El Paraguas apuesta por vinificaciones poco intervencionistas, para que los vinos reflejen el terroir de procedencia.

Por último, Bodegas El Paraguas dedica un espacio especial a cocinar la cera mezclada con parafina que visten sus botellas. Un proceso absolutamente artesanal, más costoso, pero que asegura una mayor limpieza en el transporte y posterior conservación de los vinos El Paraguas Atlántico, La Sombrilla y Fai un Sol de Carallo.

Bodegas El Paraguas entiende el viñedo como una unidad familiar. Cada planta es un miembro de una familia y, por tanto, cada miembro de la misma aportará unas cosas u otras a la familia. Con estos mimbres, parten de la base que no todas las plantas reúnen los exigentes requisitos que se persiguen para la elaboración de los vinos.

Con esta base, Bodegas El Paraguas elabora cada variedad de uva de cada viñedo –con excepción del vino Fai un Sol de Carallo– por separado y atendiendo a un método de elaboración que se considera tras estudiar la naturaleza de cada cosecha y el posible potencial de las uvas antes de su vendimia.

Independientemente del tipo de vinificación, todas las plantas proceden de viñedos con marcos de plantación tradicionales, muy apretados –de hasta 1 metro por 1 metro–, con gran disputa entre las plantas para que la producción sea limitada, nunca más de 5.500 kilos por hectárea. Igualmente, no contemplan la mecanización de los viñedos, porque consideran que, a la larga, puede alterar la composición de suelo. Por ello, tampoco utilizan herbicidas y limitan los tratamientos al máximo.

La bodega no contempla la mecanización de sus viñedos.

En cuanto al tipo de conducción, según la variedad de uva y el pago, se trabaja con guyot simple, cordón simple o guyot doble. La poda de las plantas, generalmente, tiene lugar durante el mes de diciembre. Por último, cada doce años, incorporan un abono natural de vacas para equilibrar el suelo.

Actualmente, en el Valle del Avia del Ribeiro, Bodegas El Paraguas trabaja tres fincas: La Cabrita es la parcela más cálida de las tres, situada en la parte más baja del valle; La Castiñeirae está en la parte alta del municipio de Ribadavia y se incorporó en 2014; y rodeando al inmueble elaborador donde se causa la magia del vino, la bodega cuenta con un viñedo más joven, rondando los 400 metros de altitud sobre el nivel del mar.

La calidad de los vinos de esta pequeña bodega está ya avalada por los críticos y los premios concedidos. En apenas un puñado de cosechas, el vino El Paraguas Atlántico ha recibido en dos ocasiones el premio al Mejor Vino de España en la categoría Blancos, concedido por la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino (AEPEV), en mayo de 2013 y en abril de 2017.

El blanco de cabecera de la firma gallega también presume de haber sido condecorado como Mejor Vino de España participado por la variedad Treixadura, según la Guía de la Semana Vitivinícola 2013; de haber sido incluido en el Cuadro de Honor de la Guía Gourmets de Vinos en las tres ocasiones (2016, 2017 y 2018) o, entre otros, haber sido reconocido como Blanco del Mes en los números 313 y 354 de Sobremesa, prestigiosa publicación decana en la información gastronómica en España.

En cuanto a los vinos Fai un Sol de Carallo y La Sombrilla, tampoco han pasado desapercibidos para los agentes más influyentes del vino mundial. Los 93 puntos en el número 216 de The Wine Advocate, dirigida por Robert Parker, que recibió la primera añada del vino Fai un Sol de Carallo, supusieron la valoración más alta para un blanco gallego de la añada 2013 en la publicación más influyente en el mundo del vino internacional.

Bodegas El Paraguas ha establecido en el municipio de Ferrol, al noroeste de la provincia de A Coruña, un proyecto de I + D + i para valorar el potencial de la variedad de uva Blanco Legítimo en los suelos graníticos de la parroquia de Esmelle. Una zona sin tradición vitivinícola, arrinconada junto al atlántico más brutal, donde la vid pelea contra las lluvias, los vientos salinos y otras inclemencias meteorológicas.

El inevitable cambio climático que baña la zona ofrece parámetros meteorológicos con mejores condiciones para el cultivo de la vid en Ferrolterra que hace treinta años. Un régimen de lluvias cada vez menor y el corto ciclo vegetativo de la variedad Blanco Legítimo permiten a Bodegas El Paraguas vendimiar los racimos de su viñedo experimental de blanco legítimo con plena madurez fenólica y glucométrica a finales de septiembre.

Los primeros racimos de Blanco Legítimo cosechados por Bodegas El Paraguas en su viñedo experimental de Esmelle han sido elaborados y embotellados en un vino experimental sin carácter comercial. Dicha elaboración ha tenido lugar en las instalaciones del CFEA de Guísamo, bajo la supervisión de su departamento de vitivinicultura dependiente de la Xunta de Galicia. Elaboraciones en pequeños depósitos de acero inoxidable, tras una estricta selección de racimos, que conforman un vino cuya etiqueta está ya registrada de cara al futuro, el vino Astillero.