Escultura y agua se unen en una exposición de Cristina Iglesias en la bodega CVNE
“En todas mis obras hay una estrategia de construcción de lugares de silencio y reflexión”. Es una frase de Cristina Iglesias (San Sebastián, 1956), que habitualmente trabaja sensibilizada por el espacio y el contexto. Quienes deseen admirar y conocer su obra podrán acercarse a la centenaria bodega de la Compañía vitivinícola del Norte de España (CVNE), en Haro, La Rioja. Allí, desde el 15 de abril y hasta el 5 de octubre se expondrá ‘Pozos’, una exposición que reúne cuatro obras de la escultora, Premio Nacional de Artes Plásticas y una de las artistas más internacionales de nuestro país.
La muestra está formada por una selección del reciente trabajo de Cristina Iglesias centrado en obras de diversos materiales, resina, acero inoxidable, aluminio, piedra cerámica y agua, con los que construye, como el propio título de la exposición señala, una serie de pozos.
La exposición la componen cuatro piezas que pueden observarse desde lejos como unas simples formas cúbicas, escuetas y geométricas. Sin embargo, cuando el espectador se acerca descubre una dimensión interior totalmente orgánica, donde las raíces, hojas y el agua completan una cavidad profunda y misteriosa.
El flujo del agua, como en una fuente o pozo real, acompaña a las obras de manera fluida y las dota de un sonido que exige silencio en la visita. De esta manera, el sonido del agua e incluso la manera silenciosa en la que asciende para luego descender dentro de los cubos, consigue fijar la mirada del espectador e invita al aislamiento, a una reflexión, como la que la propia artista afirma buscar en su obra.
Esta introspección del espectador se potencia en la nave de la bodega que alberga la muestra, un espacio abierto y diáfano que agudiza la interacción entre el visitante y la exposición.
Cristina Iglesias suele trabajar en varios proyectos a la vez, dejando que unas piezas reposen mientras avanza en otros trabajos para que surjan creaciones pensadas. Al igual que hace CVNE, donde es una suma de factores lo que da como resultado grandes vinos. No solo influyen la tierra o la uva, sino que para hacer un gran vino es necesario mimarlo y entenderlo. Esto ha dado como resultado una manera de hacer vino en la que confluyen historia, tradición y modernidad y que acumula ya 136 años de experiencia.
Pero entre la obra de Cristina Iglesias y CVNE se dan más puntos de encuentro. No sólo en los ‘Pozos’ de esta exposición fluye el agua, parte de las obras de la escultora tienen como protagonista el agua. Y para CVNE el agua también es un elemento vital porque sus vinos surgen del agua que nutre los viñedos. Para Cristina Iglesias el agua es inspiración y para la bodega es la fuente de vida, de su existencia.
CVNE, albergó ya el año pasado la exposición ‘El viento que no vemos’, de Eduardo Chillida, que estaba formada por ocho esculturas de gran formato procedentes de la colección de la familia Chillida-Belzunce. La muestra fue un éxito y en los seis meses que permaneció en la bodega se acercaron a visitarla más de 10.000 personas, suscitando gran interés en el público internacional.
La arquitectura también ha sido uno de los pilares fundamentales a lo largo de la historia de CVNE. El vino necesita un hogar en el que crecer, en el que madurar y en el que descansar y en CVNE han conseguido crear este espacio en el que se respira a la vez diseño y vanguardia.
