Las fachadas acristaladas son la representación de la arquitectura contemporánea

Cerviglas ha realizado diversos edificios con doble acristalamiento en los últimos años, edificios que pasarán a la historia por su complejidad en la edificación y donde la compañía ha puesto la guinda al pastel suministrando vidrios acordes a la orientación o la utilización de cada edificio, garantizando el confort y aportando propiedades de aislamiento térmico, control solar, acústica, diseño y seguridad.

Las fachadas acristaladas son la representación de la arquitectura contemporánea, así como la unión de la elegancia, belleza y la excentricidad. Aportan luminosidad y diseño a la par que complejidad, que con la utilización de materiales avanzados tecnológicamente se mantiene intacta.

Si se plantea un edificio de estas características en una ciudad del levante español como es Valencia, a la hora de elegir el acristalamiento hay que tener en cuenta el confort en su interior. Cualidad que hoy en día es fácil de resolver con la alta tecnología que ofrecen los vidrios con capas magnetrónicas que van a ayudar a aumentar los niveles de aislamiento térmico, así como de control solar colocando doble acristalamiento.

Además de estos valores, también hay que tener en cuenta la seguridad, concretamente la seguridad de uso. Este concepto recoge los aspectos relacionados con lo seguro que debe resultar un vidrio cuando está colocado, es decir, cuando está en uso y es susceptible de recibir un impacto de una persona o de un objeto que fortuitamente le alcance. Esto es especialmente importante en edificios de uso público, como el Palacio de Congresos de Valencia, diseñado por Norman Foster, que con su forma en planta de ojo, el edificio está orientado para responder al clima y a la calidad de la luz y la sombra.

Con la luz mediterránea inundando el interior de este edificio galardonado como mejor Palacio de Congresos del Mundo en el año 2010, Cerviglas instaló vidrios en doble acristalamiento de seguridad laminar tanto en su cara interior como el exterior.

Otro ejemplo de edificio público considerado como uno de los cincuenta mejores hospitales públicos de Europa es el nuevo Hospital La Fe, el principal proyecto sanitario de las últimas décadas en la Comunidad Valenciana, de los arquitectos Ramón Esteve y Alfonso Casares.

El hospital presenta una potente imagen con un lenguaje contemporáneo, los grandes volúmenes de hormigón blanco prefabricado generan unas piezas rotundas que configuran un conjunto de riqueza espacial y funcional. Con grandes patios rasgados que penetran en la pieza, llevando la luz al interior y fugando las vistas al entorno. Para ello se utilizó vidrio laminar en el interior, y en este caso se tuvo en cuenta otra cualidad: la estética. En este caso se buscaba una apariencia que durante el día no permitiera la visión del interior desde el exterior, manteniendo la privacidad de hospitalizados, familiares y trabajadores, por lo que se colocó un vidrio selectivo, que combina la baja emisividad y un alto control solar que ofrece la reflexión idónea.

Ese mismo aspecto es el que marcó la construcción del Hotel Meliá, situado en una de las zonas más emergentes de Valencia, concretamente junto al Palacio de Congresos en la Avenida de les Corts Valencianes. Proyectado por Hadit arquitectos, con 117 metros de altura y 35 plantas, es el edificio más alto de la ciudad de Valencia. Todas las habitaciones son confortables, luminosas y exteriores gracias a la instalación de doble acristalamiento con vidrio laminar de seguridad en el interior con capa baja emisiva para garantizar el aislamiento térmico, y vidrio control solar que permite controlar la radiación solar, que junto al bajo emisivo garantizan también un mayor ahorro energético.

Si bien en estos edificios se buscaba una estética marcada por la reflexión y el color, en la rehabilitación del emblemático edificio que durante años albergó la sede de los antiguos juzgados de Valencia ocurre lo contrario. Convertido a día de hoy en un moderno complejo de viviendas, oficinas y locales comerciales de arquitectura singular, se busca la transparencia, la entrada de luz pero garantizando el confort del edificio. Un doble acristalamiento con vidrio laminar de seguridad en su cara interior y vidrio selectivo en la cara exterior. En este caso, la privacidad de las viviendas se controla mediante elementos de control solar como son las mallorquinas correderas.

Dentro de las posibilidades que ofrece el doble acristalamiento, en los bajos comerciales se buscaba un elemento decorativo. Una lámina dicroica dentro del vidrio laminar formando el dibujo extraído del primer plano que se conoce de la ciudad de Valencia, de 1695. La lámina dicroica ofrece un efecto visual, que va cambiando de color con el punto de vista del observador y las condiciones de iluminación.

Un ejemplo de reciente construcción son las sedes de EDEM y Lanzadera en la Marina de Valencia. Ubicadas en la zona portuaria, el proyecto de ERRE arquitectura consistió en transformar tres de las antiguas bases de la Copa América en un lugar destinado al aprendizaje y al emprendimiento de personas.

Con el mar enfrente, había que introducir la luz natural en el interior de todos los espacios. Se añadió lo que les faltaba, abriendo grandes patios para que la luz se colara en el interior y añadiendo un mirador que recorre el edificio de parte a parte donde se ubican las circulaciones principales de ambos edificios.

Se analizó cada orientación y se protegió al edificio del excesivo soleamiento buscando la eficiencia energética. De ahí que se utilizaran, según la orientación, vidrios bajo emisivos, vidrios control solar y vidrios selectivos que combinan ambas funciones. Llevando un paso más allá los vidrios decorados, se pueden observar más posibilidades que permite el doble acristalamiento.