Aspromec retoma las reuniones de su Observatorio del Sector Industrial
El pasado 25 de marzo Aspromec, Asociación de Profesionales para la Competitividad del Mecanizado, convocó una nueva reunión del Observatorio del Sector Industrial. La cita se produjo esta vez en Sevilla, con el fin de continuar pulsando la situación del sector metalmecánico, analizar el periodo anterior a la pandemia, las iniciativas desarrolladas para sobrevivir en estos tiempos inusitados y el futuro que le depara, tras la superación de la crisis sanitaria que tanto está dañando a la economía.
Esta iniciativa de Aspromec tiene como objetivo recoger información en diversos Foros/Observatorios que sirvan de análisis del sector industrial en diferentes puntos estratégicos. Tras un ciclo de reuniones que continuarán realizándose a lo largo del año, y que se suman a las dos ya realizadas en 2019, se actualizarán los puntos desarrollados en el Proyecto Aviva y se redactarán una serie de conclusiones que se presentarán más adelante. Además de los miembros de Aspromec, participaron en el debate Fernando Lasagni, CTO Materials & Processes de Catec; Paola Corbalán, CEO de Reyvarsur; Antonio Ramírez, vicepresidente de Fedeme; y Luis Pizarro, miembro de la Junta Directiva de Andalucía Aerospace y director general de Mecanizados y Montajes Aeronáuticos.
Por su parte, Francisco Moreno, presidente de Aspromec y director general de Tebis, aprovechó la oportunidad para anunciar la celebración del primer congreso de mecanizadores, que tendrá lugar a finales de 2021; así como la tercera edición de los Premios Aspromec, que se entregarán a lo largo del primer trimestre de 2022.
El Hotel Alfonso XIII de Sevilla fue escenario de este encuentro profesional, cuyas conclusiones se desarrollarán en el Proyecto AVIVA.
Industria 4.0
El debate comenzó con un tema de máxima actualidad, como es el de la Industria 4.0. Como dijeron los invitados al debate, “no es una opción, está aquí y si no lo abordamos a tiempo luego será mucho más difícil”. En relación con este tema la formación es fundamental. Asimismo, como en tantas otras ocasiones, se puso sobre la mesa el reducido tamaño de las empresas de mecanizado españolas, un handicap, especialmente en los mercados exteriores, donde no existe un problema de tecnología, sino de músculo y de tamaño.
Pero fue especialmente intensa la conversación en torno a la utilidad de algunas herramientas. El empresario está siempre a favor del desarrollo tecnológico, cuando éste le aporte algo. Debe ser capaz de rentabilizar una operación, motivo por el cual hay que focalizar bien la necesidad. Se mencionó, como ejemplo, el sector aeroespacial, en el que las series de fabricación no son muy grandes, por lo que la automatización hay que estudiarla muy bien. En ocasiones, se dijo, se pone el foco en la automatización en relación con la tecnología, cuando tal vez sea más útil automatizar la gestión de la empresa a través de ERP.
En cualquier caso, se trata de un sector muy tradicional, en el que los ingenieros de diseño han tenido contacto con el mundo fabril y en el que el nexo entre experiencia y desarrollo tecnológico debe tenerse en cuenta, para plantear cualquier automatización. Puede llegar a ser más importante un desarrollo para el corte de chapa con láser que dedicar mucho tiempo a una célula automatizada.
También se valoró, como muy relevante, la colaboración interdisciplinar. El trabajo conjunto de, por ejemplo, el desarrollo de materiales y el diseño y fabricación. No debe olvidarse, además, que en el sector aeronáutico el cliente limita mucho la capacidad de desarrollar porque impone la forma de hacer las cosas.
No faltaron las opiniones muy favorables sobre la automatización, también en sectores donde las series no son demasiado largas, con especial referencia a los robots colaborativos. Su uso en labores como la carga y descarga de piezas está avanzando mucho y para hacer frente a la dificultad de la inversión, a la que se enfrentan muchas empresas, existen en el mercado opciones como el renting. Una fórmula práctica para empresas que no tienen el capital, para abordar una inversión importante.
La dificultad de los operarios para acudir a los talleres debido a la pandemia está acelerando la automatización de algunos procesos. También ha aumentado la búsqueda de soluciones, a través de la digitalización en procesos donde se producían cuellos de botella en la producción. La necesidad de buscar financiación a través de diversos programas también ha aumentado con la pandemia y muchos están automatizando procesos junto con centros tecnológicos.
En resumen, el mundo que viene es digital y automatizado. Será un proceso progresivo, ya lo está siendo, y los trabajadores dejarán de hacer labores repetitivas e incluso poco saludables, para dedicarse a otras funciones con más valor añadido. Automatizar y digitalizar aumenta la competitividad de la empresa y, por tanto, el progreso. Pero eso sí, automatizar por automatizar no tiene sentido y hay que localizar muy bien la necesidad.
Durante el encuentro, los asistentes debatieron sobre cómo afrontar con máximas garantías el futuro en el sector del metalmecánico.
Un parque de maquinaria renovado
En términos generales se valoró positivamente el parque de maquinaria de las empresas españolas: está bastante renovado y ajustado a las necesidades. Pero no cabe duda que una inversión en equipamiento requiere un análisis a fondo de las necesidades y de las perspectivas de la demanda de piezas que llegará. ¿Invertir para tener una oportunidad? ¿Invertir cuando llega un pedido que lo requiera?
El debate fue más allá: una empresa es más que un taller y a veces cae en el olvido funciones que son muy importantes. Tener un sistema de gestión del conocimiento es a veces más importante que tener una máquina de última generación. Además, no todo es industrialización, sino que también hay que saber salir a buscar oportunidades, otros sectores o mercados. Algo tan elemental como darse a conocer está en el ‘debe’ de muchas empresas de producción. Efectivamente, se afirmó, que no se saben vender y, peor aún, no quieren colaborar.
Aprender de las crisis
La crisis anterior del 2008 y 2009 sirvió para que las empresas diversificaran e incluso aprendieran a buscar clientes. Se trabajaba con la esperanza de que la carga de trabajo iba a volver y, uno de los principales afectados por la crisis fue el precio. Pero la actual es una crisis de demanda y de oferta a nivel global. Hay empresas muy endeudadas sin recursos para sobrevivir. En el mundo del mecanizado el elemento diferencial con la anterior crisis es el nuevo ciclo de la movilidad, el posible cambio en las piezas necesarias, nuevos materiales y el concepto 4.0. Se cuestiona sobre el futuro del sector del mecanizado en la automoción. El principal afectado ya no es el precio, sino que se está ante un cambio drástico. Pero todo ello abre un nuevo periodo de oportunidades, especialmente de colaboración y de gestión.
Y también de ‘reinvención’. Empresas presentes en el debate explicaron su experiencia, partiendo de una actividad que se ha venido abajo como consecuencia de la pandemia y cuidando de forma muy especial la liquidez, penetrando de lleno en la fabricación de dispensadores de gel hidroalcohólico.
Se trata, sin duda, de un buen ejemplo de cómo, aprovechando los medios productivos existentes y mediante la diversificación del tipo de producción y de la cartera de clientes, se ha reducido el impacto de la crisis. En este sentido, se puso de manifiesto la creciente importancia de la internacionalización.
Incluso en el sector aeroespacial, afectado de lleno por la actual crisis, hay oportunidades. Es el momento también de dar paso a nuevas generaciones con ideas renovadas y formas de afrontar los retos, ser críticos y observar esta situación como una oportunidad para dar este tipo de pasos.
No faltaron las exigencias dirigidas a administraciones y entidades financieras, que deben ser capaces de acompañar a los empresarios. Se calificaron los ERTES de falacia, se citó la ausencia de apoyo a la inversión y se ironizó sobre lo que se consideran sectores estratégicos. Se habló también de la falta de flexibilidad de la Administración, las dificultades para acceder a las ayudas o de cómo el sector aeronáutico ha quedado fuera de las inversiones anunciadas por el Gobierno.
Hubo también autocrítica: la responsabilidad es también del empresario, hacer que sus negocios sean rentables, poner el foco en qué pueden y no pensar tanto en qué deben ayudar. “No contamos con las ayudas para salir de esto” se afirmó.
El futuro
Según datos de AFM, 2018 cerró con un incremento en la facturación del sector de la máquina-herramienta del 5,4%, el año 2019 registró un descenso del 1,2% y el 2020 cayó hasta el 21%. La asociación alemana VDW espera que la producción alemana de máquinas-herramienta crezca un 6% en 2021. Viendo que antes de la pandemia ya se observaban síntomas de debilidad, el debate giró en torno a un futuro incierto.
En esta ocasión, se dijo, que no se depende tanto de la demanda interna, sino de la evolución de la economía mundial. Según algunas estimaciones, hasta 2024 no habrá una recuperación de la producción. Se expuso también la preocupación por los objetivos medioambientales para el año 2030, un tema encima de la mesa al que no se está prestando la suficiente atención.
En el sector aeronáutico se espera una recuperación del transporte aéreo para el segundo trimestre de 2022. Los expertos presentes consideran que con la vacunación volverán los viajes y que se seguirá necesitando la presencia física para muchas actividades, profesionales y de ocio.
El futuro se abordó también desde un punto de vista más general. Siempre se va a tener que transformar materiales, sean nuevos o más convencionales, pero el mundo de la transformación industrial existirá siempre. La investigación en nuevos materiales, su aplicabilidad y los modelos de transformación marcarán los próximos años. Si bien los plásticos reforzados pueden registrar un desarrollo relevante en el futuro, el metal tiene unas propiedades que no se puede igualar con otros compuestos y no hay perspectiva de que eso cambie a corto o medio plazo.