"El sector sufre una sobredosis y masificación de productos estándares, con consecuencias muy negativas y un deterioro de la seguridad en general"

En esta última década el sector de la seguridad es más amplio y especializado. Un sector en que contamos con responsables de seguridad, ingenieros, técnicos de gran formación académica y gran experiencia profesional. Pero cuando miramos la tecnología a aplicar en los campos de seguridad, ¿encontramos suficiente variedad de productos acordes a las necesidades más criticas y exigentes? ¿Cuántos de estos productos son nacionales o por lo menos europeos? ¿Los profesionales de Seguridad pueden proponer soluciones a los fabricantes o distribuidores a medida o por lo contrario se tienen que adaptar a la oferta de aquellos?

Estoy seguro que no todos los profesionales opinarán de igual manera ya que en su actividad diaria, con los productos comercializados concretamente en nuestro país, entorno al 85-90% las necesidades de seguridad básica quedan cubiertas, pero la realidad es que no cubren el 10-15% restante y estos son los más críticos, complicados y más relevantes. Más adelante voy a poner algunos ejemplos de algunas de las necesidades no resueltas y de vital importancia dadas las actuales circunstancias de Seguridad Nacional.

Disponemos en España de una formación específica, especializada y que habilita a los directores de seguridad a desempeñar su trabajo, formación impartida por un profesorado de notables trayectorias profesionales y conocedores de todos y cada uno de los segmentos que componen todo el globo que abarca la seguridad, tanto la privada como la pública. Pero a pesar de tanta experiencia y dedicación al sector, la mayoría de estos profesionales no tienen línea directa con las empresas y fabricas para transmitir directamente sus demandas, inquietudes, necesidades y, en muchos casos, soluciones. Por desgracia, poco a poco los fabricantes nacionales han ido desapareciendo dejando paso a productos de producción en masa y con orientación comercial a determinados mercados y usuarios más básicos.

Solo tenemos que ver cuantas empresas fabricantes (reales y no ensambladores de producto) de cada uno de los sectores que engloba el mercado de la seguridad hay en España, en comparación a nuestros países vecinos.

La masificación de la oferta de productos, la apertura y facilidad de acceso a los mercados internacionales, los precios competitivos y la falta de rigor en cuestiones técnicas y calidades a la hora de importar los productos por parte de los importadores, son las primeras causas directas de que el 'mercado nacional' no sea de interés para la mayoría de distribuidoras ni instaladoras. Esto también ha llevado a que la tendencia de las instaladoras (y mayoritariamente son las de joven creación, no más de 5-6 años) es el conformarse y adaptar su forma de trabajar, ofertar y proponer soluciones, con los productos comercializados por las principales distribuidoras, y su selección de productos de sus catálogos por razones puramente comerciales y no por criterios de profesionalidad y calidad, por lo que crean de esta manera las tendencias y modas del sector. Solo hay que ver los movimientos que hace el sector cada 2-3 meses, en cuanto una distribuidora grande lanza una oferta las demás no solo copian el formato, sino que equiparan entre ellas la gama de productos y precios.

Para entender la ‘tendencia’ del mercado actual, quiero hacer una diferenciación entre importador y distribuidor, ya que normalmente englobamos a ambos como uno solo.

El importador, como su nombre indica, es el que compra los productos fuera de nuestro país (mayoritariamente a países asiáticos) y los comercializa a través de su canal de distribución. A este punto es donde quería llegar… ¿Qué ha pasado con los distribuidores nacionales? Debido a la ‘globalización de los mercados’ los importadores han creado mercados paralelos saltándose al distribuidor, llegando a comercializar directamente al cliente o usuario final a través de de su propia red comercial o de webs de venta online, con precios tan bajos que las consecuencias han sido principalmente dos. Por un lado, ha herido de muerte a las distribuidoras que ya no tienen márgenes para hacer frente a su estructura, ya que los productos se encuentran en cualquier buscador de Internet y con los precios finales publicados. Y, por otro lado, que la gran labor que realiza una distribuidora que parte como un punto de conexión entre el usuario y el importador, siendo la distribuidora un filtro, almacén local, apoyo comercial, un servicio técnico y una post-venta, etc., ya no existe porque el mantener toda esa estructura es totalmente inviable.

Quiero dejar claro que la calidad de los productos no siempre suele ser responsabilidad del fabricante, sino del que selecciona la gama a comercializar o importar, ya que si observamos a uno de los mayores fabricantes asiáticos de CCTV y que es comercializado a través de 3 ó 4 distribuidoras nacionales, se puede observar perfectamente que solo importan entorno al 8-10% de su producción y que curiosamente coincide con las gamas más bajas y económicas de toda la gama que produce esa marca.

Por ese motivo el sector sufre una sobredosis y masificación de productos estándares, con consecuencias muy negativas y un deterioro de la seguridad en general. La realidad se resume en la diferencia que tenemos en España en comparación a otros países, aquí nos permitimos que las cosas no funcionen, en la mayoría de casos no tienen grandes consecuencias.

Cambiando de tercio, lanzo una pregunta al aire para cada uno de los lectores y que estén activamente relacionados en cualquier ámbito del sector de Seguridad: ¿de dónde procede su experiencia?

La experiencia técnica (que es a la que me quiero centrar en este artículo) solo se adquiere por 3 ó 4 vías, por experiencia en una instaladora, una importadora/distribuidora o de un fabricante. A pesar de tener una titulación académica, no existe una especifica en 'Técnico Superior de Seguridad', solamente en Electrónica, Industrial, Telecomunicaciones o incluso combinada con Informática o Programación.

La experiencia profesional académica, y en concreto la de director de Seguridad, también puede ser un poco escasa y no demasiado específica dependiendo del ponente, ya que la experiencia transmitida se reduce a su propia experiencia personal o incluso según la empresa o institución a la que representa (solo que ha de recordar algunos de los que fueron sus profesores de cada una de las materias y de donde procedían).

Volviendo a uno de los puntos iniciales en los que mencionaba las necesidades no resueltas, para empezar a exponer: todos disponemos de un dispositivo en nuestras manos donde estamos las 24 horas del día conectados a nuestro entorno, tanto familiar como profesional. Un dispositivo con el que podemos incluso trabajar al casi 100% de nuestra labor diaria, hacer conferencias, transmitir imágenes y fotos a cualquier lugar y punto remoto.

En los últimos años no ha habido avances significativos en la transmisión de las imágenes en aquellos lugares donde, incluso existiendo sistemas, es vital y necesaria esa información, que permita una supervisión en tiempo real y la toma adecuada de decisiones. No hablamos solamente de aquellas instalaciones de lugares remotos y alejados de la urbe, como huertos solares, infraestructuras críticas como los recorridos de tren/AVE que confluyen con trayectos de carretera o autopistas, las antenas de telecomunicaciones, subestaciones, o incluso los miles de inmuebles de patrimonio que tenemos en nuestro país, etc. Pero tras los acontecimientos en Europa, y en concreto en nuestro país, la necesidad de poder realizar una supervisión en directo de los sistemas de videovigilancia en los entornos de masificación de personas, como es en vagones de metro, ferrocarriles o autobuses, se convierte en una prioridad tanto para la seguridad pública como privada, cuya solución ya podemos aportarla, sin necesidad de crear una infraestructura de telecomunicaciones que resulta inasumible tantos por costes como por tiempo de implantación.

Estas realidades y necesidades son las que en estos 4 últimos años estuvieron abordando por mi cabeza y que un colega de profesión me impulsó y adentró en este sector concreto, me abrió la posibilidad de conocer de primera mano la realidad a través de los responsables y mandos de estas compañías e instituciones. El impacto fue enorme, el saber que aspectos tan elementales y vitales de seguridad no estaban resueltos y que la solución antes descrita que permita la transmisión de imágenes en entornos críticos, ya resuelta, pasaba por asociar varias 'ramas' de conocimiento y adaptar tecnologías que están opuestas una de la otra. La implantación de estas soluciones que tienen unos costes muy bajos se podrán llevar a cabo en un futuro inmediato.

A todo esto debo explicar un poco mi trayectoria en este sector, muchos me conocen pero no todos saben que ya son casi 23 años dedicándome al estudio y desarrollo de sistemas de video y en concreto sistemas transmisión, entre otras cosas. Como tantas cosas, desde mi descubrimiento del ‘Video’ en el año 1994 de la mano de uno de los Fabricantes pioneros en Europa ya desparecido, despertó ‘mi pasión por el CCTV’ que a día de hoy sigue apasionándome.

Retomando un poco el hilo de esta segunda parte, dada mi experiencia y que la mayor parte de mi tiempo en estos años la he dedicado a resolver problemáticas de lo más diversas, quería crear, aportar y dar un pequeño salto, no al frente, sino al lado de todos los profesionales.

Dado que las demandas de los responsables de Seguridad, Instituciones, Fuerzas y Cuerpos o con fabricantes, y en todos los casos la necesidad era común, dejando un eslabón vital perdido, después de muchos años de esfuerzo, dedicación y de desarrollos de producto (ya consolidados), se creó el primer Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo en Seguridad (Inides) que hoy presentamos de manera oficial y exclusiva a través de Interempresas.

Un Instituto al servicio y alcance de todo el mundo sea cual sea su procedencia, que poco a poco está creciendo y formado por profesionales (siempre dentro del marco de la seguridad), que su base de formación y experiencia es Técnica y Operativa. Miembros que pertenecen y representan a todos los segmentos ya sean privados o públicos, y que forman la Oficina Técnica (la mesa redonda) para captar las necesidades y automáticamente pasarla a nuestro I+D y crear un producto a medida, ya sea técnico o teórico, electrónica, defensa o balístico, etc., todos siempre dentro del ámbito de la Seguridad.

Un Instituto que complementa a otras organizaciones, con un propósito claro en el estudio y desarrollo de nuevas soluciones, solo y para profesionales del sector que, como su nombre indica, siempre tiene que primar la seguridad.