Recicladores, recuperadores y recuperación (económica)
Pese a ello, el sector no ha sido inmune a la crisis económica, el descenso del consumo ha golpeado en la línea de flotación de los recuperadores y, en muchos casos, ha hecho naufragar las empresas y los sueños de las familias que durante mucho tiempo las han mantenido a flote. No obstante, nuestras 114 empresas asociadas recuperaron, junto a otras del sector, 4.584 millones de toneladas de residuos de papel y cartón el pasado año. Es decir, que tanto en tiempos de crisis como ahora que parece que, por fin, empezamos a sacar la cabeza e iniciamos la senda de la recuperación, los recuperadores, valga la redundancia, seguimos al pie del cañón.
Por eso, desde Repacar reivindicamos un papel protagonista para este sector, que nos sitúe en el eje del nuevo modelo circular; no en vano, es algo que llevamos más de 50 años realizando como medio de vida, con los consiguientes beneficios para el medio ambiente y para la sociedad en su conjunto.
Más datos. En 2015, el consumo de papel recuperado por las fábricas papeleras españolas para producir papel nuevo creció un 2,9% respecto al año anterior, situándose en 5,198 millones de toneladas. La industria papelera española, es la segunda que más papel recuperado utiliza para fabricar papel nuevo de Europa, lo que habla bien a las claras de la calidad en el proceso de recuperación y reciclaje de nuestras plantas de tratamiento. Además, la capacidad de recuperación y reciclado del sector, que recoge el 70% de todo el papel y cartón que se consume en España, garantiza el abastecimiento sostenible de esta materia prima secundaria a la industria papelera, contribuyendo al crecimiento de toda su cadena de valor.
Y mientras a lo largo de todos estos años hemos escuchado hablar hasta la saciedad de primas de riesgo, posibles y probables rescates, fugas de capitales y, aquí me detengo, de la Marca España, los recuperadores y recicladores de papel y cartón, a la chita callando, sin alardear ni ponerse medallas, han continuado elevando las exportaciones hasta los 1.014 millones de toneladas en 2015, un 14% más que el año anterior. China fue el principal destino del papel y cartón recuperado español, con un aumento del 18,5% con respecto a 2014. También es destacable el incremento de las exportaciones a Italia (62,12%), frente a la disminución de las mismas hacia otros países importantes como Francia (-40,7%) o Portugal (-37,5%).
En 2015, el consumo de papel recuperado por las fábricas papeleras españolas para producir papel nuevo creció un 2,9% respecto al año anterior.
Las importaciones de papel recuperado también aumentaron, concretamente un 8,1% con respecto al año anterior, alcanzando los 1.628 millones de toneladas. El 71%, 1.158 millones toneladas, procedieron de Francia, un 4,3% más que el año anterior; un 19% de Portugal, aumentando un 8,5% y situándose en 303 millones de toneladas, y un 3% del Reino Unido, aumentando un 85% y situándose en 45 millones de toneladas.
Ahora que la Unión Europea ha dado 650 millones de razones para apostar este año por la economía circular, son los millones de euros con los que pretende impulsar en 2016 el nuevo modelo económico, desde Repacar sólo les vamos a pedir a los eurodiputados y a los políticos de los Estados miembros tres acciones urgentes dirigidas a potenciar los mercados de materiales reciclados con el fin de nivelar sus condiciones a los de materias primas vírgenes, para que los recuperadores y recicladores, los verdaderos protagonistas del cambio, podamos cumplir con los rigurosos objetivos marcados por el PEC para 2030:
- Primera, que garanticen la libre competencia en el sector y eviten, con la ley en la mano, la concentración empresarial y las injerencias externas de grandes corporaciones, que aprovechan su posición dominante en el mercado para intentar controlar la producción de papel recuperado, fijar precios y acabar con la competencia.
- Segunda, impulsar el mercado de las materias primas secundarias, regulando de una vez por todas el fin de la condición de residuo para el papel.
- Y tercera, acabar con las excesivas cargas burocráticas que padecen los recuperadores y recicladores y que impiden competir con el mercado de materias primas y, en el peor de los casos, ponen en riesgo la misma viabilidad de su negocio, simplificando el marco normativo y garantizando la igualdad de condiciones.
