Científicos españoles reclaman una formación en química homologable a la de la UE

El escaso protagonismo que la ciencia en general y la química en particular tienen en el currículo escolar fue objeto de análisis y estudio en el marco de la celebración del Día Nacional de la Química, que contó con la participación de profesionales del entorno docente, empresarial y de la investigación e innovación de esta área científica.

Este colectivo reclama la necesidad de propiciar una formación académica de calidad en el área química que sea homologable a la de los países más avanzados de la Unión Europea y no sea tercermundista, como recientemente la han calificado seis Premios Nóbel con motivo del Centenario de las Reales Sociedades de Física y Química.

Tal y como lo expresó Baldomero López, presidente de la Asociación Nacional de Químicos de España (Anque), “es fundamental concienciar a la sociedad del papel trascendental que el estudio de la química tiene en la formación de los ciudadanos. Teniendo en cuenta que la finalidad básica de la educación obligatoria es preparar al alumnado para una adecuada inserción en la sociedad, es imprescindible conseguir transmitir adecuadamente el papel fundamental que la ciencia y la tecnología desempeñan en nuestra vida actual. Dado que la sociedad se encamina hacia un flagrante analfabetismo científico, los profesionales de la química proponen con máxima urgencia incrementar la formación química en la Educación Secundaria para todos los alumnos, modificar la estructura actual del Bachillerato para hacerlo homologable a la de la mayoría de los países europeos y renovar los contenidos oficiales de la química para darles un carácter más experimental y relacionado con la vida cotidiana que redundará en una mayor comprensión del valor de esta ciencia”.

Tanto las instituciones docentes, como investigadoras y empresariales en su conjunto tienen la convicción de que si no se modifica el currículo escolar vigente, caracterizado por la escasa presencia de materias científicas y una preocupante disminución de la carga lectiva de las mismas, no será posible garantizar la formación mínima necesaria para que los futuros ciudadanos puedan tener un criterio formado ante las incógnitas que acuciarán nuestra sociedad, ni previsiblemente estarán en disposición de afrontar con suficientes garantías el desarrollo económico, tecnológico e innovador necesario para competir con éxito en un mercado cada vez más exigente.

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