Trabajar en agosto, ¿una pesadilla?
¿Sois de los que han tenido que “pringar” mientras los demás estaban de vacaciones?
Si es así, seguro que más de una vez habéis estado a punto de cerrar todas vuestras cuentas en redes sociales porque no podíais soportar ver ni una sola cala paradisíaca más. Y una vez cerradaos Facebook, Twitter e Instagram, os encontráis con varios mensajes de whatsapp de esos compis solidarios que piensan en vosotros mientras practican paddle-surf y mandan fotos al grupo del trabajo para que todos vean que aún están hechos unos chavales.
Y de paso, preguntan qué tal lo llevan los que trabajan. Son súperconsiderados.
La foto que manda vuestro colega mientras trabajáis
No os desaniméis…
Queremos deciros algo que tal vez os dejará perplejos: pese a todo lo que acabáis de leer, trabajar en agosto es, quizás, lo mejor que os puede pasar en mucho tiempo.
Para empezar, lo más probable es que los autores de esas fotos de playas de aguas transparentes y deportes acuáticos hayan tenido que darle algunos retoques a la imagen para camuflar una realidad no tan paradisíaca.
Lo que ve vuestro amigo mientras hace paddle-surf...
El mes de agosto es, sin duda, el mes con más españoles de vacaciones. Según datos del Instituto de Estudios Turísticos, en agosto de 2014 hubo más de 20 millones de viajes de vacaciones, frente a los 16 de julio y los 14 millones de septiembre. Inevitablemente, agosto es el mes más saturado con diferencia.
Si tenéis la oportunidad de disfrutar de las vacaciones en junio o septiembre, el tiempo y el calor serán los mismos, pero os ahorraréis los retoques fotográficos. Las playas estarán prácticamente vacías y no tendréis que preocuparos de los atascos y la falta de espacio vital. Los aviones no irán retrasados y el precio del alojamiento será asequible.
Agosto, un mes lleno de ventajas laborales
Además, el mes de agosto en la oficina sirve para hacer una paulatina incorporación a las vacaciones (o a la rutina si es el caso). Precisamente por ese ambiente tranquilo, es el mejor momento para aprovechar y hacer las cosas que tenéis pendientes desde hacía tiempo. Como por ejemplo, nueva fotografía de producto, rediseño de la web, limpieza y organización de la oficina… Como todo el mundo (clientes incluidos) está fuera, uno dispone de tiempo para acabar proyectos y dejarlo todo preparado para la vuelta.
Veréis que el estrés del día a día, los gritos y el caos desaparecen de la oficina, por lo que es muy posible que vuestra productividad y eficacia aumente muy notablemente. Os sentiréis más satisfechos y más felices cuando termine la jornada.
¿Qué opináis ahora sobre trabajar en agosto? Más de uno lo cogería sin pensarlo, ¿no?