La necesidad agudiza el ingenio: Los tapones para los oídos
Redacción Protección Laboral13/04/2016
Hoy hablaremos de uno de los EPI más utilizados de la industria, sin el cual muchos no podríamos trabajar. Se trata de los tapones para los oídos, presentes y obligatorios en cualquier industria donde el trabajador esté expuesto constantemente a ruido superior a 90 decibelios. Por sectores, quienes más uso hacen de ellos son agricultura, construcción, industria manufacturera, textil, ingeniería y servicios de emergencias entre algunas otras.
Los primeros en preocuparse por un sistema que nos evitara el ruido fueron, en efecto, quienes más sensibles son a él. Si alguna vez habéis preguntado a un ciudadano de ese país qué es lo que más les molesta del nuestro, tendréis una pista sobre quienes estamos hablando. Es en Alemania donde, a principios del siglo XX, el filósofo Theodore Lessing creó la primera sociedad contra el ruido, donde se debatía cómo éste afectaba a los ciudadanos bajo la premisa “El silencio es noble”.
Para dar una primera solución a los problemas causados por el exceso de frecuencias sonoras, el farmacéutico berlinés Max Negwer creó los primeros tapones modernos para oídos, a los que bautizó “Ohropax”. Como curiosidad; “ohro” en alemán significa “oído” y “pax” es “paz” en latín: paz para los oídos, a resumidas cuentas. Esta marca aún se comercializa hoy en día. Negwer intentó vender sus tapones, tanto en otras farmacias como en fábricas, aunque fue a partir de la Primera Guerra Mundial -los soldados que volvían a casa, lo hacían con sordera- cuando más los promocionó (como solución a los efectos del sonido de los cañones) y se “dispararon” sus ventas a nivel nacional e internacional.
Tapones Ohropax
Además de inventar soluciones para minimizar los efectos del ruido, en Alemania también son famosos por la creación de parques mejorados acústicamente para que sean realmente silenciosos, como la premiada Nauener Platz. También es un país donde frecuentemente se convocan manifestaciones contra la contaminación acústica en los pueblos y ciudades.
Ahora que conocéis la historia detrás de los primeros tapones para los oídos, a lo mejor pensaréis en ella la próxima vez que los necesitéis para trabajar o simplemente para disfrutar del silencio. En todo caso, no los olvidéis nunca cuando tengáis que estar expuestos durante un periodo largo a cualquier tipo de ruido. Ya sea en el trabajo o fuera de él, recordad que sus daños pueden ser graves e incluso irreparables.
No queremos perder la ocasión para concienciar y recordaros la necesidad de utilizar tapones en los sitios con ruido constante. En caso contrario, éstas son las consecuencias que podríamos sufrir:
Recordemos, también, que es obligación de vuestra empresa protegeros en caso de la exposición constante a cualquier riesgo.
¿Quién detectó primero esa necesidad?
Los primeros en preocuparse por un sistema que nos evitara el ruido fueron, en efecto, quienes más sensibles son a él. Si alguna vez habéis preguntado a un ciudadano de ese país qué es lo que más les molesta del nuestro, tendréis una pista sobre quienes estamos hablando. Es en Alemania donde, a principios del siglo XX, el filósofo Theodore Lessing creó la primera sociedad contra el ruido, donde se debatía cómo éste afectaba a los ciudadanos bajo la premisa “El silencio es noble”.
Para dar una primera solución a los problemas causados por el exceso de frecuencias sonoras, el farmacéutico berlinés Max Negwer creó los primeros tapones modernos para oídos, a los que bautizó “Ohropax”. Como curiosidad; “ohro” en alemán significa “oído” y “pax” es “paz” en latín: paz para los oídos, a resumidas cuentas. Esta marca aún se comercializa hoy en día. Negwer intentó vender sus tapones, tanto en otras farmacias como en fábricas, aunque fue a partir de la Primera Guerra Mundial -los soldados que volvían a casa, lo hacían con sordera- cuando más los promocionó (como solución a los efectos del sonido de los cañones) y se “dispararon” sus ventas a nivel nacional e internacional.
Tapones Ohropax
Además de inventar soluciones para minimizar los efectos del ruido, en Alemania también son famosos por la creación de parques mejorados acústicamente para que sean realmente silenciosos, como la premiada Nauener Platz. También es un país donde frecuentemente se convocan manifestaciones contra la contaminación acústica en los pueblos y ciudades.
Ahora que conocéis la historia detrás de los primeros tapones para los oídos, a lo mejor pensaréis en ella la próxima vez que los necesitéis para trabajar o simplemente para disfrutar del silencio. En todo caso, no los olvidéis nunca cuando tengáis que estar expuestos durante un periodo largo a cualquier tipo de ruido. Ya sea en el trabajo o fuera de él, recordad que sus daños pueden ser graves e incluso irreparables.
No queremos perder la ocasión para concienciar y recordaros la necesidad de utilizar tapones en los sitios con ruido constante. En caso contrario, éstas son las consecuencias que podríamos sufrir:
- Dolores de cabeza y/o cansancio
- Hipertensión
- Problemas digestivos
- Estrés y/o irritabilidad
- Problemas de comunicación o aislamiento
- Pérdida parcial o completa de la audición
Recordemos, también, que es obligación de vuestra empresa protegeros en caso de la exposición constante a cualquier riesgo.