¿Preparados para el teletrabajo?
Paula Llull09/07/2014
A nivel nacional, Indra, Kellog’s Madrid o Repsol apuestan por él. En España, en dos años tenemos un 22% de empresas que confían en los teletrabajadores, aunque esta cifra se convierte en nada cuando vemos que casi el 60% de la población desearía poder trabajar desde casa.
Nuestros vecinos europeos nos llevan ventaja en este tema (qué raro). En Reino Unido, el 95% de las empresas declaran haber hecho uso alguna vez del teletrabajo, en Alemania o Francia las cifras rondan el 40% y la media en la UE es del 35% .
Quizás es la tardía regulación del teletrabajo que se ha hecho en nuestro país, o quizás son las diferencias Norte-Sur, que otra vez dejan marca dificultando la conciliación y ofreciendo jornadas de trabajo eternas, pero no por ello provechosas, ya que los niveles de productividad son muy bajos comparados con la media Europea.
Aun así, estas diferencias son precisamente las que nos definen como cultura y como forma de ser. Una cultura de salir a tomar algo después de la jornada laboral, una cultura de relaciones informales que forjan lazos con la empresa y con tus compañeros, y te presentan una forma de vida quizás más distendida. No sabemos si una implantación lo más generalizada posible del teletrabajo sería bien acogida en el Sur.
Pese a todo, nuestro veintidós por ciento tiende al alza y parece que la cultura laboral cambia a favor de las tendencias conciliatorias y la responsabilidad individual.
Los inicios del teletrabajo en España se remontan dos años atrás, en 2012. La legislación intenta regular el trabajo a distancia, fomentando la implementación de éste y estableciendo los derechos y deberes de los teletrabajadores.
Quizás el tiempo sea el empujón necesario para alcanzar al menos ese cincuenta por ciento francés y dejar de ser, por una vez, los últimos de la UE. De hecho las pequeñas empresas son las que más se han unido a esta moda, por ahorro y comodidad.
Los sectores que más proliferan en esta nueva forma de negocios son aquellas que lógicamente, el trabajo a desarrollar lo permite. Periodistas, asesores, gestorías, abogados, comerciales, informáticos o programadores son los campos donde más teletrabajadores se ven.
Teletrabajo no solo significa trabajar desde casa. Trabajar en la misma habitación donde comes o duermes puede llevarte a jornadas interminables y encontrarte a las doce de la noche respondiendo a un e-mail.
Teletrabajo. Imagen de www.nubelo.com
En estos casos, existen espacios de CoWorking, bibliotecas o cafeterías disponibles para desarrollar tu jornada. La ventaja es que no estás solo, ves a gente y sales de casa. Una de las pocas pero graves desventajas que tiene el teletrabajo es el aislamiento. Se debe hacer hincapié sobre este hecho para no perder la confianza, sentirse seguro y desconectar. Hay que considerar el hogar como lo que es, un hogar, y no tu oficina. Pese a que en Europa la tendencia todavía no ha calado, en EE.UU el hecho de utilizar las cafeterías como oficinas virtuales es cada vez más popular.
Flexibilidad, agilidad, ahorro de recursos, conciliación familiar y autonomía son, a grandes rasgos, las ventajas que nos ofrece el trabajo a distancia. Para ello es necesaria la cooperación empresario-trabajador, la confianza y el abastecimiento de medios tecnológicos que permitan al empleado desarrollar sus tareas con total productividad. Los informes semanales y los calendarios de objetivos son una medida recomendable para revisar el rendimiento y marcar unos objetivos al trabajador para que sienta que forma parte de algo y su trabajo queda olvidado en las cuatro paredes de su domicilio.
El aislamiento, la desconfianza, los efectos sobre la promoción interna o la pérdida de metas específicas son algunos riesgos que corren los que trabajan desde casa. Aunque son problemas sobre los que se puede intervenir y evitar que sucedan, no es fácil. Dicha intervención debe constar de medidas estudiadas por expertos que permitan que el trabajador sienta que forma parte de un equipo aunque físicamente no esté en él. Algunos expertos rechazan el teletrabajo porque piensan que los cafés, las reuniones informales o los comentarios aleatorios entre compañeros son los que desarrollan la creatividad del empleado y quizás de donde salen las mejores ideas. El viral del día de youtube puede ser fuente de inspiración mientras dos compañeros lo ven y lo comentan en su tiempo de descanso.
¿Qué opináis sobre esta nueva tendencia? ¿Nos dirigimos a alcanzar las cifras europeas o España todavía no está socialmente preparada para implementar el teletrabajo?
Nuestros vecinos europeos nos llevan ventaja en este tema (qué raro). En Reino Unido, el 95% de las empresas declaran haber hecho uso alguna vez del teletrabajo, en Alemania o Francia las cifras rondan el 40% y la media en la UE es del 35% .
Quizás es la tardía regulación del teletrabajo que se ha hecho en nuestro país, o quizás son las diferencias Norte-Sur, que otra vez dejan marca dificultando la conciliación y ofreciendo jornadas de trabajo eternas, pero no por ello provechosas, ya que los niveles de productividad son muy bajos comparados con la media Europea.
Aun así, estas diferencias son precisamente las que nos definen como cultura y como forma de ser. Una cultura de salir a tomar algo después de la jornada laboral, una cultura de relaciones informales que forjan lazos con la empresa y con tus compañeros, y te presentan una forma de vida quizás más distendida. No sabemos si una implantación lo más generalizada posible del teletrabajo sería bien acogida en el Sur.
Pese a todo, nuestro veintidós por ciento tiende al alza y parece que la cultura laboral cambia a favor de las tendencias conciliatorias y la responsabilidad individual.
Los inicios del teletrabajo en España se remontan dos años atrás, en 2012. La legislación intenta regular el trabajo a distancia, fomentando la implementación de éste y estableciendo los derechos y deberes de los teletrabajadores.
Quizás el tiempo sea el empujón necesario para alcanzar al menos ese cincuenta por ciento francés y dejar de ser, por una vez, los últimos de la UE. De hecho las pequeñas empresas son las que más se han unido a esta moda, por ahorro y comodidad.
Los sectores que más proliferan en esta nueva forma de negocios son aquellas que lógicamente, el trabajo a desarrollar lo permite. Periodistas, asesores, gestorías, abogados, comerciales, informáticos o programadores son los campos donde más teletrabajadores se ven.
¿Salir de casa se convierte en utopía?
Teletrabajo no solo significa trabajar desde casa. Trabajar en la misma habitación donde comes o duermes puede llevarte a jornadas interminables y encontrarte a las doce de la noche respondiendo a un e-mail.
Teletrabajo. Imagen de www.nubelo.com
En estos casos, existen espacios de CoWorking, bibliotecas o cafeterías disponibles para desarrollar tu jornada. La ventaja es que no estás solo, ves a gente y sales de casa. Una de las pocas pero graves desventajas que tiene el teletrabajo es el aislamiento. Se debe hacer hincapié sobre este hecho para no perder la confianza, sentirse seguro y desconectar. Hay que considerar el hogar como lo que es, un hogar, y no tu oficina. Pese a que en Europa la tendencia todavía no ha calado, en EE.UU el hecho de utilizar las cafeterías como oficinas virtuales es cada vez más popular.
A favor y en contra
Flexibilidad, agilidad, ahorro de recursos, conciliación familiar y autonomía son, a grandes rasgos, las ventajas que nos ofrece el trabajo a distancia. Para ello es necesaria la cooperación empresario-trabajador, la confianza y el abastecimiento de medios tecnológicos que permitan al empleado desarrollar sus tareas con total productividad. Los informes semanales y los calendarios de objetivos son una medida recomendable para revisar el rendimiento y marcar unos objetivos al trabajador para que sienta que forma parte de algo y su trabajo queda olvidado en las cuatro paredes de su domicilio.
El aislamiento, la desconfianza, los efectos sobre la promoción interna o la pérdida de metas específicas son algunos riesgos que corren los que trabajan desde casa. Aunque son problemas sobre los que se puede intervenir y evitar que sucedan, no es fácil. Dicha intervención debe constar de medidas estudiadas por expertos que permitan que el trabajador sienta que forma parte de un equipo aunque físicamente no esté en él. Algunos expertos rechazan el teletrabajo porque piensan que los cafés, las reuniones informales o los comentarios aleatorios entre compañeros son los que desarrollan la creatividad del empleado y quizás de donde salen las mejores ideas. El viral del día de youtube puede ser fuente de inspiración mientras dos compañeros lo ven y lo comentan en su tiempo de descanso.
¿Qué opináis sobre esta nueva tendencia? ¿Nos dirigimos a alcanzar las cifras europeas o España todavía no está socialmente preparada para implementar el teletrabajo?
