La promoción de las producciones agroalimentarias constituye un elemento clave a la hora de diseñar estrategias de comercialización

El futuro del sector agroalimentario de España pasa por fomentar la investigación y la innovación para ganar en calidad, sostenibilidad y competitividad. El sector oleícola es estratégico, tiene una enorme importancia económica, social y ambiental, realizando importantes esfuerzos por la innovación y modernización. Las almazaras oleícolas han sido objeto en los últimos tiempos de grandes cambios e inversiones a través de las líneas de subvenciones, desde que ingresó España en la Unión Europea. A pesar de ello, podemos destacar el escaso interés de las algunas almazaras para llevar a cabo políticas de innovación o de ampliación de su capacidad productiva. Por el contrario, otras entidades tienen un gran interés por mejorar la calidad del producto que ofrecen. La creciente incorporación de tecnología e investigación en la agricultura, la modificación de los mercados y la defensa de una Política Común más liberalizada afectan de lleno a este sector.

En los momentos de importantes transformaciones en el mundo económico, la fórmula de la almazara mantiene plena vigencia. La almazara ligada al entorno social y geográfico adquiere un papel importante en el desarrollo económico de nuestros pueblos y ciudades, que dependen del mercado del aceite. Mercado inestable sin ningún mecanismo efectivo de regulación, donde pequeñas variaciones en la disponibilidad del producto provocan fuertes interacciones de precios. El sector está en una situación límite, donde nuestros productores están percibiendo por su producción unos ingresos inferiores, en muchos casos a los costes de producción. Tenemos problemas específicos tales como la dispersión de la oferta (muchos para vender), y gran concentración y dimensión del sector envasador y distribuidor, la proliferación de la marca blanca o de la distribución y un defectuoso sistema de almacenamiento privado, único elemento oficial de regulación que tiene el sector. Objeto prioritario para contribuir al aumento de la competitividad en el sector oleícola.

Para mejorar la competitividad de las almazaras, deben adecuar sus estrategias y su estructura organizativa al entorno dinámico de la economía actual. El éxito de las mismas dependerá, en gran medida, de su capacidad para dotarse de recursos y habilidades adecuadas para conseguir nuevas ventajas, con el objeto permanente de crecimiento y la diversificación. Pero, ¿cómo sabemos los principales factores competitivos de nuestras almazaras que determinen su desarrollo y éxito? A parte de otros factores, la comercialización del aceite y la calidad diferenciada, caracterizada por una economía globalizada, dinámica y cada vez más competitiva.

Estamos en una nueva situación socioeconómica para plantearse en asumir nuevos retos, tales como la mejora de calidad, nuevas estrategias de ventas y diversificación de los productos. Las almazaras necesitan encontrar procesos y técnicas de dirección que les permitan desarrollar una gestión más eficiente, para a su vez, lograr mejores resultados, ya que nos enfrenamos a un mercado cada día más exigente y competitivo. La internacionalización de nuestra economía, traerá como resultado que pierdan peso en los mercados regionales, en beneficio del mercado mundial.

Los oleicultores no participan activamente en el proceso de comercialización, el único objeto de los mismos es entregar el producto a las almazaras a cambio de un precio y se desvinculan de todo procedimiento posterior, sin tener en cuenta que lo importante empieza en ese momento, desde que la aceituna entre en la almazara hasta su posterior venta como aceite al consumidor final. Si bien la mayor parte de las almazaras productoras de aceite se crearon hace muchos años, actualmente es necesaria una adecuación de dichas entidades a la realidad actual de unos mercados abiertos y competitivos, que actúan cada vez más a escala europea e internacional. Tenemos que realizar unas adecuadas políticas comerciales de distribución, promoción y servicio al cliente, y todo ello unido a una adecuada estrategia comercial orientada hacia el mercado.

Las almazaras operan en dos mercados claramente diferenciados: el mercado en origen, donde se comercializa el aceite a granel, y el mercado de aceite envasado. Gran parte del aceite envasado de las almazaras se destina al autoconsumo de sus agricultores. El aceite que se vende al exterior, se hace mayoritariamente a granel, aunque con los años, las almazaras han ido aumentando la venta de aceite envasado. No obstante, hemos de reconocer que estamos muy lejos de tener el peso específico inferior a la hora de captar cuota de mercado, motivada en gran medida por la escasa dimensión empresarial que presentamos. Tenemos un gran problema de comercialización de nuestro producto. Por un lado la escasa dimensión de algunas almazaras les dificulta para abordar con éxito la comercialización. La minoritaria presencia del sector en los mercados finales. El AOVE es un producto poco conocido y demandado. El mercado final se encuentra dominado por las grandes empresas que operan en él, con marcas bien posicionadas y defendidas con grandes presupuestos publicitarios. Orientación a la producción y escasa orientación hacia la calidad. Defendamos la competitividad, como aquel conjunto de características que diferencie nuestra empresa-almazara de su competencia y le permita, mantenerse en el sector con buenos resultados. Estamos haciendo referencia en nuestro caso concreto, a la posición relativa de empresa en el mercado. Nuestra ventaja comparativa de nuestras almazaras estaría en nuestra habilidad, recursos, conocimientos y atributos, de los que disponemos, los mismos de los que carecen nuestros competidores o que estos tienen en menor medida, que hace posible la obtención de unos rendimientos superiores a los de aquellos.

Los sistemas de futuro para nuestras almazaras es crear una línea de subvenciones a la calidad diferenciada, donde se desarrollen e implantan programas de trazabilidad y autocontrol en todas la etapas de la producción, transformación, almacenamiento, distribución y comercialización de los productos como herramientas para el aseguramiento de calidad diferenciada, proporcionando al mismo tiempo la información demandada por los consumidores. Así mismo, un producto como es el AOVE de calidad diferenciada requiere una comercialización adecuada para mejorar sus oportunidades de mercado. Mejorar la información de los consumidores sobre la existencia y los requisitos de los sistemas de calidad aumentará la conciencia de los consumidores sobre la disponibilidad de productos de alta calidad. Además ante la demanda creciente de productos de calidad diferenciada es crucial estimular desde las administraciones públicas la respuesta del sector productor, con esfuerzos encaminados a la mejora de las formas de producción que redunden en el aumento de la calidad final del producto, tal y como demandan los consumidores. El objeto de las ayudas para las acciones que se desarrollen íntegramente en el año 2016 destinadas a fomentar la producción de calidad diferenciada, comercialización de productos y al apoyo de las agrupaciones de productores en actividades de información y promoción de productos de calidad.

La promoción de nuestros figuras de calidad, a través de la Orden de ayudas, que está en estos momentos en periodo de solicitud, y las ayudas a la comercialización, como son las ayudas a la participación en ferias y a los programas de de comercialización en común, representa una apuesta clara del Gobierno regional por el sector agroalimentario, que es la base sobre la que se asienta nuestra economía en el territorio. La internacionalización y la calidad es nuestro futuro en el sector.

Conclusiones

La promoción de las producciones agroalimentarias constituye un elemento clave a la hora de diseñar estrategias de comercialización. se considera necesario potenciar el sector agroalimentario apoyando las actuaciones de promoción que den a conocer las cualidades y mejorar la comercialización de productos agroalimentarios de calidad.

Para Andalucía, animo a los empresarios del sector a aprovechar oportunidades y apoyos como los que brindará el Plan de Desarrollo Rural (PDR) de Andalucía 2014-2020, que incorpora como novedad la figura de los Grupos Operativos de Innovación, creada para hacer frente al reto fundamental de acercar la investigación al tejido productivo, tras el análisis de las necesidades del sector para lograr una óptima transferencia de conocimiento. Estos grupos contarán con una línea de ayudas de 20 millones de euros para apoyar su constitución y el desarrollo de los proyectos innovadores. La consejera ha anunciado que la convocatoria para acceder a estas ayudas se publicará en los próximos meses.