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Comisiones Obreras recela del nuevo Consejo Empresarial de la Competitividad

22/02/2011

23 de febrero de 2011

Tras el arranque, hecho público ayer en algunos medios de comunicación, del nuevo Consejo Empresarial de la Competitividad, formado por 17 de los principales grupos empresariales españoles y el Instituto de Empresa Familiar (IEF), las primeras reacciones no se han hecho esperar. La nueva institución, bajo la batuta de César Alierta, presidente de telefónica ha despertado recelos entre diversas centrales sindicales que consideran “innecesaria” la creación de esta asociación empresarial, que cuenta con el apoyo del Ejecutivo. En su opinión, todo aquello vinculado al fomento de la competitividad, incluidos los posibles cambios en la estructura de la negociación colectiva, forma parte del diálogo social. Así pues, los sindicatos consideran al nuevo Consejo Empresarial de la Competitividad un organismo que se inmiscuye en un ámbito de su exclusiva intervención, junto a la de la patronal. Fuentes de Comisiones Obreras asocian la puesta en marcha de esta alianza empresarial con las nuevas presiones que desvinculen salarios e IPC, un sistema que, insisten, funciona desde hace más de 20 años y que ya asocia el crecimiento salarial a la productividad y a la evolución de la inflación.

Además, las organizaciones sindicales no ocultan sus sospechas de que el nuevo organismo pueda llegar a presionar al Ejecutivo, asumiendo un papel similar al de un 'lobbie' empresarial.

Bajo esta alianza empresarial, se hallan compañías como Banco de Santander, BBVA, Mapfre, Telefónica, El Corte Inglés, Mercadona, Iberdrola, Repsol, Inditex, ACS, Ferrovial, Acciona, el grupo Planeta, Criteria, el Grupo Barceló y el propio Instituto de Empresa Familiar (IEF), presidido por Fernando Casado, expresidente de CatalunyaCaixa y exdirector general del Instituto de la Empresa Familiar (IEF).

Cuando aún no ha dado sus primeros pasos, los integrantes del Consejo Empresarial de la Competitividad se han mostrado de acuerdo con algunas de las medidas de Moncloa, como las reformas laboral, de las pensiones y financiera.

La llegada de esta especie de 'think tank', cuya presentación oficial se llevará a cabo en unos días, coincide con el debate sobre la competitividad, de actualidad debido al plan promovido por la canciller alemana, Angela Merkel, quien sembró dudas sobre el sistema de fijación de salarios en España. El tiempo se agota y patronal y sindicatos cuentan con cuatro semanas para acordar la reforma de la negociación colectiva. De lo contrario, el Gobierno central se vería obligado a legislar por su cuenta. En el seno del ejecutivo se enfrentan dos corrientes. Mientras una de ellas aboga por finiquitar el vínculo entre salarios y precios, en sintonía con la posición de la titular del gobierno alemán, la otra apuesta por considerar que los salarios ya están ligados a la productividad. Por el momento, fuentes del gobierno han apoyado esta asociación empresarial que nace bajo el propósito de mejorar y vender la imagen del tejido empresarial español ante el resto de países.