La electroestática mejora la técnica IML

El etiquetado dentro del molde, técnica conocida habitualmente con el término inglés In Mold Labelling (IML), se está utilizando cada vez con más frecuencia en la industria de los plásticos mediante electrodos de alto voltaje para fijar la etiqueta a la superficie del molde o sometiéndola a vacío con el mismo objetivo. Ambas técnicas necesitan moldes complejos adaptados a las peculiaridades concretas. La compañía holandesa Simco ha llegado a la conclusión de que, posicionando la etiqueta en el molde y manteniéndola en la cavidad mediante fuerzas electroestáticas, se mejora notablemente el proceso.

El etiquetado dentro del molde es una elección válida cuando se trata de producir piezas de plástico con superficies en las cuales debe aparecer regularmente texto, códigos de barras, pinturas decorativas, etc. Se puede aplicar en productos moldeados por soplado, termoconformado y sobre todo, inyección. A pesar de que tal vez el ámbito del envase y embalaje es uno de los que más se vale del IML, es obvio que cualquier otro se puede beneficiar de sus ventajas.

En cualquier caso, desde haca ya unos años la técnica IML se viene utilizando en el ámbito del envase y embalaje con éxito. Una etiqueta impresa previamente se posiciona en la cavidad vacía. Durante la inyección la masa fundida de plástico caliente funde ligeramente la etiqueta en la superficie de la pieza y queda así unida de una forma permanente y homogénea. Esto, que dicho así es tan sencillo, presenta una serie de inconvenientes, ya que la etiqueta debe ser ajustada perfectamente al molde. En la actualidad las etiquetas se mantienen en la posición correcta gracias a agujeros de vacío en el molde o mediante cargas electroestáticas creadas por electrodos. En el método de vacío, en el cual la etiqueta se mantiene contra el molde por vacío, existe el problema de que los agujeros incorporados en el molde para hacer vacío son pequeños, por lo cual se obstruyen con una cierta facilidad. Además, la apertura de estos agujeros deja una marca en la superficie de la etiqueta, una vez terminado el proceso de inyección.


Figura 1 El cojín antiestático se pega al mandril y se le aplica alto voltaje.










Figura 2 Las copas de succión permiten al mandril tomar la etiqueta.

Otra forma de sujetar la etiqueta al moldes es, como se ha dicho, mediante fuerzas electroestáticas. Sin embargo, con el fin de poder ajustarse a las diferentes configuraciones de cada molde, los electrodos deben ser diseñados de forma individual para cada caso concreto. Asimismo, nos encontramos con otro inconveniente, como es el hecho de que este sistema requiere un voltaje relativamente alto, con el peligro que esto supone de que las chispas causen un cortocircuito.

Éxito con menos voltaje

La firma holandesa Simco ha logrado desarrollar un nuevo sistema, que ha patentado, dentro de la técnica IML. Básicamente destaca del mismo que ha eliminado las desventajas mencionadas anteriormente haciendo posible fijar la etiqueta dentro del molde con un contacto total en la superficie y sin la presencia de burbujas de aire. El secreto está en un cojín antiestático que se moldea sobre el mandril. Se trata de una solución relativamente barata si la comparamos con los clásicos electrodos de alto voltaje que, además, puede trabajar con muchos menos voltios, garantizando un contacto rápido y completo de la superficie de la etiqueta al molde. Otra de las ventajas del cojín es que no existe el riesgo de perjudicar mecánicamente al molde o a la etiqueta, además de que se puede ajustar fácilmente a cualquier tipo de configuración. Según afirman los proveedores de este sistema, es interesante también para fabricantes de robots y manipuladores que actúen en el campo del IML.


Figura 3 El mandril gira y toma la etiqueta.










Figura 4 El mandril, con la etiqueta, se pone en su posición en el molde.

También son valiosas ventajas como la rápida y sencilla posibilidad de cambiar la etiqueta, y el que los moldes ya existentes no necesitan ser modificados, independientemente de que lleven incorporados agujeros para vacío.


Figura 5 Se desactiva el vacío en el mandril y se aplica alto voltaje intermitentemente al cojín. La etiqueta se pega electroestáticamente a la superficie del molde y el mandril ya puede ser retirado.










Figura 6 La etiqueta está perfectamente sujeta a la superficie del molde; se aplica una carga electroestática a toda la superficie.

Además de todo lo citado, el producto final es respetuoso con el medio ambiente, ya que puede ser reciclado, y se obtienen ahorros en los costes de fabricación de los moldes, precisamente porque no necesitan agujeros para el proceso de vacío.