La Tampografía: la versatilidad de la impresión

Tal como explica Javier Domingo, Director Gerente de Teca-Print Ibérica, S.A, "el cliché se asemeja al del sistema de huecograbado, es decir, una superficie plana en la que se elaboran unas incisiones donde, después de cubierto el cliché con la tinta y retirada ésta de la superficie plana, se alojan los restos de pigmento que no han sido "barridos" previamente por la cuchilla. La adherencia necesaria en la tinta para conseguir la transferencia se obtiene por la evaporación del solvente de la misma en la superficie en contacto con el aire ambiente. Como se usan diluyentes muy rápidos, en el momento en que el cliché es barrido por la cuchilla, la cara externa de la tinta ubicada en las incisiones aumenta su viscosidad, haciéndose más pegajosa, por lo que se adhiere al tampón. Lo mismo sucede en el recorrido del tampón hacia la pieza, pero esta vez en la cara contraria, lo que permite que sea depositada en la pieza a imprimir".

El sector de la tampografía en España está formado por talleres y empresas pequeñas que se dedican básicamente a la industria del reclamo. Se encuentran también instalaciones de tamaño medio que enfocan su producción hacia aplicaciones industriales como la impresión de envases, especialmente para perfumería y cosmética, piezas para el sector de la electrónica o la automoción. Sin embargo, lo más frecuente es que estos sectores vayan incorporando esta especialidad gráfica a su proceso de producción con el objetivo de reducir costes.

Según Víctor Izquierdo, Gerente de QUIER, S.A., "la tampografía como el huecograbado permite conseguir lineaturas mucho más finas. En serigrafía la lineatura está más limitada, las tramas ocupan espacio. En cambio, en la tampografía funcionan los clichés que son de acero con los que obtenemos una mayor calidad y, por tanto, una mayor fidelidad del cliente".

En opinión de Javier Domingo, el cliché de acero grueso debe reunir una serie de condiciones para su buen funcionamiento, tales como: máxima dureza superficial, perfecta definición de los bordes de las incisiones, máxima planitud, ausencia de rugosidades en su superficie y de poros.

A lo largo de los años, el elevado coste de fabricación de clichés de acero forzó la aparición de nuevas posibilidades aplicadas a diferentes necesidades: el fleje de 0,5mm, clichés realizados sobre un soporte de polímero con una capa de cobre, el intento de elaborar clichés sobre vidrio, y el desarrollo de un fotopolímero al alcohol, al que se incorporó otro similar revelado al agua.

En la actualidad, el cliché de acero grueso se utiliza para grandes tirajes, mientras que se prefiere el fleje de acero para tirajes medios. Los clichés de fotopolímero, tanto revelado al alcohol o al agua, se suelen emplear en los tirajes cortos.

En tampografía sólo se puede obtener un grado de brillo limitado en comparación con otros procesos de impresión como la serigrafía a causa de la pequeña cantidad de tinta que puede transferir el tampón. Por ejemplo, Gonzalo Toribio, Jefe del Departamento Técnico de Sono Press explica "la tampografía está ya descartada en la impresión de CD’s. Nuestro uso de la serigrafía en relación a la tampografía es muy diferente ya que no podemos pasarle al disco la misma cantidad de tinta con un sistema que con otro. Con la tampografía se obtiene gran definición en los textos, pero cuando se trata de masas de tintas, no es buen sistema. A parte de la calidad, otra de las razones principales es el ciclo, hay que imprimir con los mismos condicionantes que el resto del proceso, hay que inyectar, hay que neutralizar, lacar, manipular los discos automáticamente en líneas integradas. La serigrafía permite un ciclo mayor cosa impensable con la tampografía ya que cuando recoge el tampón la tinta y la quiere transferir a la superficie se queda seca en este recorrido".

Según Víctor Izquierdo, Gerente de QUIER, S.A., "en tampografía se pueden utilizar multitud de colores simultáneos e imprimir piezas en todas sus caras. La tampografía es un proceso de impresión fantástico con el que se pueden obtener imágenes de una calidad excelente sobre áreas de impresión muy pequeñas, soportes muy variados y formas dispares. Sin embargo, no permite los envolventes de impresión que consigue la serigrafía, se tiene que limitar a, áreas de impresión frontales".

De esta manera, como decíamos anteriormente, el cuadro de mandos de un automóvil, los envases de los productos de higiene personal que utilizamos cotidianamente, la esfera de un reloj de pulsera, las piezas de nuestro teléfono móvil, y un largo etcétera son ejemplos de aplicación de este sistema de impresión.