Espumas que salvan vidas
La empresa Storopack con domicilio social en Metzingen (Alemania) emplea con éxito el material Neopor, un poliestireno expandible de Basf con agente de expansión incorporado, para la fabricación de cajas destinadas al transporte de sangre conservada y órganos para trasplantes. Razón decisiva para la utilización de este material es su excelente capacidad termoaislante, ya que para la medicina de trasplantes moderna una temperatura constante durante el transporte constituye la base indispensable de un transporte correcto. Para los órganos se precisan temperaturas de transporte de entre +4 y +8 °C mientras que la plaqueta sanguínea debe transportarse a temperatura ambiente (22 °C).
La empresa Storopack se encarga de elaborar el Neopor, producto que se suministra en partículas negras de forma perlada y que se transforma después en bloques o piezas moldeadas de color gris plateado. Se distingue por su buena capacidad de aislamiento térmico, tanto al frío como al calor, pero también por poseer una gran resistencia a la compresión, capacidad de amortiguar golpes, por su ligereza y por su resistencia a la humedad. Además de estas cualidades, el producto está dotado de absorbedores y reflectores de infrarrojos que reducen, comparado con otros aislantes convencionales, la conductibilidad térmica del material y que confieren al mismo su característico color gris plateado.
La caja Monobox/Triplebox para elementos de control x° es una caja para envíos fabricada con Neopor que tiene una gran capacidad de aislamiento térmico y que ha sido especialmente desarrollada para la expedición postal o el transporte en taxi de sangre conservada. La caja posee un espesor de pared de 65 a 80 milímetros y consta de dos piezas diferentes que pueden ser combinadas entre ellas. Con ayuda de un fluido refrigerante especial llamado control x° se regula la temperatura de la sangre, conservándola fresca durante todo el transporte. Los elementos de control x° desarrollados por la empresa delta T están rellenos con hidrocarburos saturados y se sirven del principio del calor latente para su funcionamiento.
