DSM celebra 2.000 días sin accidentes en Tarragona
Por cada accidente con baja que se produce en una instalación, se estima que se han producido 10 accidentes sin baja, 100 incidentes y 1.000 situaciones de riesgo. Por tanto, si de prevenir accidentes laborales se trata, hay que actuar decididamente sobre las situaciones de riesgo, y ello a todos los niveles de la empresa: desde el personal de planta hasta la dirección general.
En la planta que la firma de origen holandés DSM Resins España detenta en la población tarraconense de Santa Margarida i els Monjos se celebró, el pasado mes de febrero un hito trabajosamente conseguido: 2.000 días sin accidentes con baja. Ello es consecuencia de la aplicación del programa STOP, según el cual cada trabajador debe observar como operan los demás desde el punto de vista de la seguridad. Cualquier situación de riesgo supone detentar inmediatamente una tarjeta con la leyenda STOP; la dirección realiza un seguimiento de esas tarjetas a fin de incidir especialmente en estos casos. Por ejemplo, durante 1994 se otorgaron 106 tarjetas, que dieron lugar a 62 acciones colectivas de incremento de la seguridad. DSM no sólo atiende a los accidentes laborales, sino también los del desplazamiento desde el hogar hasta el trabajo, e incluso realiza un seguimiento de los accidentes sufridos por las empresas en régimen de subcontratación.
Por lo demás, la firma holandesa desea atender también a aspectos más amplios, como son la higiene, el control medioambiental y la calidad (la planta dispone de la certificación ISO 9001). Persigue una certificación (todavía inexistente) relativa a la protección medioambiental, sobre la cual hay un buen número de empresas (entre ellas 10 españolas) trabajando en este proyecto en el marco de los programas científicos cooperativos Eureka de la Unión Europea.
DSM, compañía nítidamente europea (en los EE.UU tan sólo tiene lugar el 15% de la producción y el mismo porcentaje de las ventas, y en extremo oriente el 5% de las ventas), se muestra convencida de que las exigencias de competitividad acabarán igualando precios y servicio entre los distintos proveedores, y que en el futuro los clientes prestarán atención a los aspectos cualitativos de las empresas suministradoras.
La compañía, que sufrió leves pérdidas en 1993, se encuentra ya totalmente recuperada de esa situación, habiendo obtenido en 1994 un beneficio de 41.496 MPtas. Las ventas alcanzaron los 702.000 MPtas.