Hispaplasti responde al automóvil con los mejores medios para la inyección
Su actividad productiva se centra en la fabricación de componentes de parachoques, componentes de paneles de a bordo, piezas para el interior del maletero, piezas para el motor, guarnecidos, guanteras, bajo planchas, etc. Actúa pues como subcontratista para el sector del automóvil, una industria que presenta elevadas exigencias de calidad, tiempos de reacción y flexibilidad ante cambios de producción.
Responsables de la empresa estiman que el consumo de plásticos en esta fábrica puede alcanzar las 3.000 toneladas anuales.
El 90 por ciento de estos plásticos son polipropilenos, tanto estándar como modificados con talco y con fibra de vidrio larga. Pero también consume, aunque en mucha menor medida, ABS y poliamidas.
Precisamente su especialización en el sector del automóvil hace que los productos que fabrican no se alejen mucho de esta planta gallega una vez terminados.
Las elevadas exigencias de calidad requeridas por la industria del plástico, especialmente cuando se trabaja para industrias como la del automóvil, han llevado a Hispaplasti a adquirir robots de altas prestaciones en cuanto a velocidad y aceleración, primando factores clave como son la fiabilidad y el servicio local.
En esta nueva fábrica se ha decidido optar por robots totalmente servomotorizados con tamaños que van desde el SR 4020 SE3 para equipar máquinas de hasta 300 toneladas, hasta robots SR 3061 BZ para inyectoras de 2.300 toneladas.
Una característica muy importante de esta fábrica es haber optado por robots en configuración axial, es decir, con la viga principal paralela al eje de inyección de la inyectora. Esta arquitectura proporciona 3 ventajas fundamentales: una menor ocupación de espacio en planta, lo que permite tener más inyectoras en el mismo espacio, una mejor planificación de los flujos de productos semielaborados y una mejor adaptación de los puestos de trabajo de lo operarios en las zonas de montaje a pie de robot.
En esta línea, Hispaplasti se está incorporando a la vanguardia en cuanto al aprovechamiento de los robots, al rodearlos de elementos periféricos complejos que les permiten optimizar al máximo las innumerables posibilidades de los robots Sepro.
Hispaplasti ha sabido rodearse de equipos de primer orden para situarse a la cabeza de las empresas de Galicia en la automatización de la industria del plástico.
El taller de inyección de Hispaplasti está muy bien equipado. Basta un paseo por el mismo para descubrir marca de inyectoras de primer nivel, así como robots para automatizar los procesos. Dispone de 13 robots, que se encargan de la extracción de piezas de las máquinas y del montaje de los componentes. Todo esto se traduce en una mayor estabilidad del proceso productivo.
Los datos no dejan lugar a dudas de la idoneidad de los robots. Cuatro de ellos fueron adquiridos en el año 2001 y nueve de ellos en abril de 2006. “Su disponibilidad -señala Mario Dacosta- nos proporciona una gran estabilidad en el proceso productivo y además nos permite realizar las operaciones de montaje de forma automática”. Adquirir un robot se convierte por lo tanto en una tarea que requiere un análisis exhaustivo de las necesidades que se tienen. En esta ocasión lo tuvieron claro y optaron por la marca Sepro. A la hora de adquirir un robot la robustez y la fiabilidad son las principales exigencias. Grupo Hispamoldes contaba además con la experiencia de los 12 robots de la marca Sepro de los que dispone en la fábrica de Plásticos de Palencia, cuyo funcionamiento y fiabilidad facilitó la decisión a la hora de decidir qué robots instalar en Hispaplasti.
Con una industria del automóvil cuya situación se debilitó en 2006, año en el que disminuyó el número de vehículos producidos en España, Hispaplasti afrontó el año como un año de transición, de ubicación en las nuevas instalaciones y adecuación a los nuevos medios productivos con los que se hizo. ¿Qué debe hacer una empresa de estas características para hacer frente a la competencia y lograr el éxito deseado? Mario Dacosta opina que “debemos centrar nuestros esfuerzos en la adaptación a las necesidades del mercado. Ello implica que participemos con el cliente en el desarrollo del proyecto global, desde su nacimiento hasta el proceso productivo.” Un buen equipamiento, cuya adquisición se hizo pensando en las necesidades del cliente es, no cabe duda, un paso importante a la hora de afianzar posiciones y asegurarse una buena situación de cara al futuro.