Opinión de Carles Torres, NCI: Polígonos agrícolas y mezquitas industriales
Cada día más me doy cuenta que siempre existe la posibilidad que surja alguna noticia que por rara, inhabitual o inusual que pueda ser, jamás podemos dar por seguro que no pueda acontecer. Negar cierta mejora en el mercado inmobiliario industrial sería una falsedad. El año 2013 fue para nosotros un punto de inflexión; llevábamos aparcados en stand-by en la parte más baja de la gráfica, y habíamos tocado fondo, llegando al mismo en continuos descensos desde el año 2008. Parece ser que 2014, o por lo menos el primer semestre, continúa con una tendencia alcista en cuanto al número de transacciones y metros cuadrados asesorados.
Claro ejemplo de ello es un dato: Los polígonos más cercanos a las grandes ciudades se están llenando y hoy presentan porcentajes altos en cuanto a su ocupación. Me refiero concretamente a la primera corona de Barcelona, en poblaciones tales como L’Hospitalet de Llobregat, Cornellà de Llobregat, Sant Just Desvern, Sant Boi de Llobregat, etc.
La demanda no ha incrementado demasiado pero sí ha mejorado en cuanto a su calidad. Empresas de importancia tanto nacionales como internacionales vuelven a demandar espacios en dichas zonas, lo cual nos hace ser optimistas en cuanto al futuro se refiere.
Durante estos largos 15 meses pasados se han venido celebrando tres Networkings Inmobiliarios Interempresas, cada vez más interesantes e importantes, novedosos en cuanto a su forma y que han ayudado mucho a unificar criterios a los Agentes Inmobiliarios expertos en el sector. Y, de paso, también a interrelacionarnos con mayor intensidad con importantes instituciones públicas, entre ellas la misma Generalitat de Catalunya a través de Acció, así como empresas públicas vinculadas a ésta, como Cimalsa. También la UPIC (Unió de Polígons Industrials de Catalunya) ha sido otro de los organismos citado a estos eventos, además de grandes promotoras como Prologis o compañías del mundo del transporte como Norbert Dentressangle Gerposa, entre otros.
Nos queda todavía mucho recorrido pero el camino escogido es el correcto. Hemos seleccionado la ruta lenta del navegador, pero la más segura. Después de unos cuantos años transitando por las carreteras equivocadas, y con una ruta dinámica seleccionada, sin llegar a ningún destino, íbamos cambiando de vía en vía, una y otra vez. El coste de este kilometraje ha sido brutal y tardaremos en pagarlo y volver a conducir por donde se debe.
Por esta razón, cuando salimos de esa primera corona y nos adentramos en la segunda y tercera, nos damos cuenta de la realidad de la situación en que nos encontramos. Los polígonos industriales en dichas zonas están semivacíos, y a ciertas horas da incluso ‘miedo’ transitar por ellos.
En estos polígonos industriales se han tenido que tomar decisiones que nunca podíamos haber previsto. Sí, sí que es verdad; en muchas parcelas recién urbanizadas, en polígonos perfectamente abastecidos de buenas infraestructuras, se están plantando verduras, frutas o cereales. Hay que dar salida al suelo; rentabilizar en mayor o menor medida dicha tierra.
En el segundo Networking celebrado a principios de 2014 planteábamos una cuestión o razón de ser: ¿Qué hacemos con tantos polígonos vacíos? Y otra de las preguntas era ¿Qué hacemos con los edificios y naves industriales obsoletas? No hace mucho salia la noticia del posible interés de Qatar por explotar la Plaza de Toros Monumental de Barcelona para destinarla a la construcción de una Gran Mezquita. Y es que del mismo modo que parte de los polígonos están vacíos, algunas de las partes de la ciudad también lo están. Evidentemente una mezquita tiene cabida en un equipamiento de la ciudad, al igual que lo tienen las iglesias, los hospitales, las escuelas, etc. Y en los últimos años se han firmado operaciones de naves industriales cuyo destino será el de Iglesias Evangelistas. ¿No se podría contemplar lo mismo para lugares de culto musulmán?
La Plaza de Toros Monumental de Barcelona fue noticia por el supuesto interés del Emirato de Qatar en construir allí una Gran Mezquita.
Creo que no estaría nada mal abrir la posibilidad de ampliar los usos o destinos para naves y edificios cercanos a los pueblos o ciudades, la famosa Trama Urbana Consolidada (TUC) y dejar lo integrado en la urbe para el uso y disfrute del ciudadano.
Hay que determinar, tomar decisiones; las soluciones existen, ya las tenemos.
Sacamos fruto de la tierra y hay que obtenerlo también de las edificaciones de difícil uso. La demanda pide otro tipo de producto, pide el producto del siglo XXI. Hay que llenar las edificaciones antiguas, de años pretéritos.
