Citop recuerda la importancia de los imbornales en el sistema de alcantarillado
El pasado 7 de enero, comenzaban a caer los primeros copos de la nevada provocada por el temporal Filomena en España. Tras dos días de incesante precipitación, se dio paso a las primeras acciones de limpieza, llevadas a cabo por quitanieves, excavadores y el trabajo manual de miles de operarios, incluidos efectivos de las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Posteriormente, la nieve dio paso al hielo, provocado éste por las bajas temperaturas que han acompañado a Filomena, y provocando un sobreesfuerzo por parte de las Administraciones Públicas y de los vecinos de las zonas afectadas para recuperar la movilidad.
A estos trabajos por la recuperación de las infraestructuras básicas y el acceso a las mismas (principalmente, centros médicos), se ha unido la necesidad de aceleración de los esfuerzos, con motivo de la llegada de fuertes lluvias a la península a partir del miércoles, 20 de enero. El principal problema, según el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas (Citop), radica en el sistema de alcantarillado.
Si bien la nieve aún no se ha derretido, la llegada de esta nueva precipitación fomentará el deshielo y, por consiguiente, una gran cantidad de agua que ha de ser directamente evacuada a través del sistema de alcantarillado.
Pero, ¿están preparadas las alcantarillas? Desde el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, se explica la situación actual: con la gran cantidad de nevada, el inicio del deshielo y los residuos producidos en las grandes ciudades como consecuencia de Filomena (basuras no recogidas y ramas, principalmente), las lluvias pueden llevar a la saturación del alcantarillado.
Para poder evitar esta situación, es indispensable la limpieza urgente de los imbornales. Éstos se definen como las bocas dispuestas en la acera o en la calzada, por las que se conduce el agua a las alcantarilla. Ésta se ha de realizar de la siguiente manera:
- Estudio previo de las zonas con mayor presencia, a día de hoy, de nieve y hielo. Esto se consigue mediante el listado de acciones llevadas a cabo por los cuerpos de limpieza de los diferentes municipios, determinando qué áreas aún no han sido limpiadas al 100%. Asimismo, existen aún multitud de árboles rotos por retirar tras las copiosas nevadas de los pasados días que habrán de ser, al menos, acopiados de manera que no sean susceptibles de ser arrastrados por las lluvias y se conviertan en nuevos obstáculos.
- A partir de ahí, con profesionales especializados en el sistema de alcantarillado, determinar los posibles puntos tradicionalmente más problemáticos y realizar un análisis previo de situación: zonas inundables, de fuerte pendiente, de confluencia de aguas, etc.
- La limpieza de los imbornales se lleva a cabo, una vez identificados los que presentan mayor problemática, mediante diferentes métodos. El más habitual es la utilización de camiones cisterna con sistema de bombeo, que eliminan posibles atascos previos. También se puede llevar a cabo, si tenemos en cuenta la urgencia, a través de trabajadores del sistema de limpieza de los ayuntamientos, mediante la descarga directa y manual de los residuos en camiones preparados para ellos.
Estas acciones, si se llevan a cabo de manera rápida, asegurarán el perfecto funcionamiento del sistema de alcantarillado de las ciudades afectadas. Los imbornales, habitualmente en perfecto estado, no deberían provocar mayores daños en la ciudad, si bien nos encontramos ante una situación excepcional con motivo del temporal Filomena.
Desde el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, además, se aconseja evaluar la situación de los sumideros de los edificios públicos y privados, así como terrazas y patios de los hogares. Así, se ha de limpiar el hielo (preferiblemente con sal o con ceniza) y, a continuación, abrir los sumideros y limpiar aquellos residuos que se hayan acumulado en la boca de los mismos. De esta manera, nos aseguraremos de una correcta absorción de las lluvias esperadas.
