Son Castelló, el polígono ‘histórico’ de Mallorca
18 de marzo de 2010
Entorno económico
Palma es el centro industrial más importante de Mallorca y concentra la mitad de la población activa industrial. Predomina la pequeña industria: el 80% de las empresas tienen menos de 5 trabajadores y solo el 1% (unas 50 empresas), más de 50. La industria mediana y grande tienden a situarse en la periferia urbana, especialmente a lo largo de la carretera de Inca, donde destacan, además del polígono de Son Castelló, el de Can Valero (257.085 metros cuadrados) en la carretera de Sa Vileta, también pertenecientes inicialmente a la Asociación Sindical de Industriales de Mallorca (Asima).
La creación del polígono industrial Son Castelló fue promovida por la Asociación de Industriales de Mallorca (Asima), asociación empresarial creada en 1964 con el objetivo de industrializar Mallorca con los beneficios del turismo, por si un día esta actividad dejaba de producir beneficios. Inaugurado en 1967, Son Castelló fue el primer polígono industrial de iniciativa privada creado en España.
Con una superfície de 2.300.000 metros cuadrados, el polígono alberga unas 1.200 empresas aproximadamente, de servicios, comerciales e industriales, así como organismos oficiales como el SOIB, la sede central de los bomberos de Palma, y diversas consejerías del Govern Balear. Entre las empresas más importantes situadas en el polígono destacan la cadena hotelera Sol Meliá, el grupo Iberostar, Viajes Iberia, la sede central de TUI España o de la compañía aérea Air Berlín.
Historia de una iniciativa privada
Con la realización del polígono, la ciudad de Palma de Mallorca creció un 30% su superficie urbana al trasladar la mayoría de las industrias y almacenes situados en el casco antiguo de Palma. Esto se produjo sin que supusiera dispendio alguno al erario público, puesto que la iniciativa de la construcción del polígono fue estrictamente privada. Los terrenos se vendieron a precio de coste, sin ánimo de lucro. Se recargó unas 50 pesetas sobre el costo inicial de cada metro cuadrado con lo que se obtuvo un fondo para dotar al polígono de servicios sociales como la construcción de un edificio representativo de quince plantas, la Torre Asima, sede de la asociación empresarial; el Polideportivo Príncipes de España que fue premiado en los Juegos Olímpicos de México 1968 con la medalla de oro al mejor proyecto; el edificio de los comedores comunales, hoy guardería infantil; las viviendas para trabajadores situadas en S'Indiotería. Asimismo, se crearon dos colegios, un centro de formación profesional, un centro de experimentación agrícola y un instituto de formación empresarial el IBEDE (Instituto Balear de Dirección Empresarial)
El polígono Son Castelló, inicialmente se denominó polígono ‘La Victoria’, un nombre con connotaciones franquistas que inicialmente agradó a los sectores conservadores de Madrid, pero que supuso, más adelante una segunda lectura, la victoria de los empresarios que lo habían fundado. Con la llegada de la democracia, el nombre fue sustituido por el de Son Castelló, topónimo original de una de las fincas más grandes que integraba el proyecto. Oficialmente, la denominación correcta es la de ‘Polígono Industrial Ramón Esteban Fabra’, en memoria de uno de los empresarios que tuvo la iniciativa de construir uno de los primeros polígonos industriales inaugurado en España. Todas las calles de este polígono a excepción de las dos principales, la Gran Vía Asima y la Avenida 16 de julio, llevan nombres de diferentes gremios.
Torre Asima
La Torre Asima es el icono mas emblematico del Poligono Son Castelló, y un símbolo visible, desde la Autopista Ma-13. Fue diseñada junto al resto del polígono por el arquitecto Alejandro Villalba. Se decidió que estuviese situada en la Gran Vía Asima debido a que ésta era una de las avenidas más comerciales y de concentración empresarial de Mallorca. La construcción de este edificio se empezó a concretar a fines de la década de 1960, aunque no se inauguró oficialmente hasta 1973. Es el segundo edificio más alto de las Islas Baleares tras la Torre Mallorca, también situada en la capital balear. Se trata de un edificio destinado a oficinas. Su altura ronda los 60 metros y consta de 15 plantas, una última destinada a Penthouse y a sala de conferencias. Su fachada, se caracteriza por ser de hormigón, con placas de aluminio a modo de ‘gradei solei’ con las siglas de Asima que sirven para proteger de los rayos de sol intensos. Según los movimientos del sol, giran varias ventanas de metal, y se consigue luz, sin cegar a los trabajadores de las respectivas plantas.