Pruebas fáciles para evitar problemas en su línea de producción
También puede transformar un programa estrictamente cronológico en otro basado en situaciones concretas, eliminando así los cambios innecesarios.
Cantidad total de ácido
Mide la oxidación que ha sufrido un líquido desde la puesta en marcha. Es un modo práctico de medir el rendimiento del lubricante y un buen pronosticador del momento en que conviene sustituirlo. El uso del líquido lubricante y su contacto con el aire aumentan su nivel de oxidación y le restan eficacia. Una cantidad total de ácido significativamente superior al valor inicial es una advertencia importante de que hay problemas de lubricación. No menos importante es el recuento de las partículas del sistema. Dicho recuento indica la limpieza del sistema y el rendimiento de sus filtros. La suciedad y demás impurezas acumuladas en el lubricante disminuyen su eficacia. Un buen sistema de filtrado puede extender la vida útil de esta medida, pero el aumento significativo del recuento de partículas inicial indica que debe cambiarse el lubricante.
Agua
El agua es uno de los grandes enemigos de los lubricantes. El contenido hídrico de un lubricante puede perjudicar significativamente su rendimiento, sobre todo en lugares húmedos en que esté expuesto al agua o al vapor. Cada lubricante tolera de distinta manera el contenido hídrico. Por ejemplo, un polialquilenglicol lo tolera mejor que un producto polialfaolefínico. Cada lubricante tiene sus pautas sobre aceptación de niveles hídricos, que se expresan en partes por millón (ppm). Dichas pautas pueden solicitarse al proveedor de lubricantes. Un contenido hídrico superior a los niveles aceptables es una advertencia grave de fallo inminente en cualquier lubricante.
Metales
El análisis de los metales puede informar sobre el desgaste de su sistema y el rendimiento de ciertos aditivos. Los metales detectados en los lubricantes proceden de aditivos incorporados al líquido o del desgaste, según el tipo de lubricante y la configuración del sistema. Los análisis de muestras de aceite suelen centrarse en los metales comunes del motor (cobre, aluminio y hierro) para medir la cantidad “ingerida” por el lubricante. Al igual que con el contenido hídrico, cada lubricante tiene una determinada tolerancia al contenido metálico. También en este caso, el gerente de planta debe consultar al proveedor de lubricantes para determinar con máxima precisión el momento en que los análisis indican la necesidad de cambiar de lubricante.
Análisis de partículas
El análisis de partículas puede ayudar a detectar la contaminación metálica y asegura que el sistema de lubricación posea el filtrado correcto, especificaciones susceptibles de ampliar significativamente el intervalo requerido entre cambios de lubricantes.
Viscosidad
Quizá la prueba más fácil y lógica del desgaste del lubricante sea su viscosidad cinemática (el espesor). El seguimiento de una cantidad determinada de aceite a través del sistema de lubricación permite medir fácilmente los aumentos de su viscosidad. Un aumento de la viscosidad es consecuencia directa del desgaste del lubricante. Por regla general, los lubricantes deben sustituirse antes de que su viscosidad cambie más del 10 por cien.
Casi todos los mejores proveedores ofrecen programas analíticos que controlan muchas situaciones de los lubricantes y permiten definir el momento ideal para cambiarlos. Pregunte a su proveedor de lubricantes si puede facilitarle un programa de este tipo.n