La eficacia no se detiene en Taiwán

El negocio va sobre ruedas en la taiwanesa Year Round Technology Corp, una empresa especializada en productos de aluminio fundido para la industria de la fibra óptica. El cliente más importante de la compañía es el mayor proveedor de componentes y subsistemas de comunicación óptica del mundo. Year Round conoce de primera mano las máquinas herramienta CNC de Haas —incluidos los modelos de 5 ejes—, que utiliza para mecanizar piezas con un grado elevado de detalle y tolerancias mínimas.

La tecnología de fibra óptica empezó a popularizarse a finales de la década de 1990, cuando la demanda de más ancho de banda para las comunicaciones creció exponencialmente. Los motivos fueron el aumento del uso de internet y la comercialización de diversos servicios que necesitan mucha banda ancha, como el vídeo a demanda.

En 2014, la expansión de esta tecnología asombrosa no muestra señales de abatimiento, ya que la demanda sigue ascendiendo debido al enorme tráfico de vídeo por internet, las necesidades del sector financiero para realizar transacciones cada vez más rápidas y la popularización de los teléfonos móviles, que, por su diseño, deben estar conectados a líneas de telefonía fija.

Jean Kuo comenta que “desde la instalación de las máquinas Haas, han estado funcionando 10 horas diarias sin problemas”.

La situación no puede favorecer más a Year Round Technology Corp, una empresa de fundición con sede en el distrito de Wugu, en Taipei (Taiwán), que está creciendo a pasos agigantados. Como tantas otras empresas de éxito, en la expansión de Year Round también hubo algo de buena suerte.

“Entramos en el mercado de la fibra óptica porque alguien nos encontró por casualidad”, admite Jean Kuo, director comercial de la empresa. “Nuestro cliente empezó a crecer muy rápido y, antes de que nos diéramos cuenta, estábamos haciendo cada vez más trabajo para ellos. Tuvimos mucha suerte de empezar en el negocio de la fibra óptica al principio de todo porque ahora conocemos bien las necesidades y las expectativas del cliente”.

El cliente en cuestión es una empresa estadounidense que, desde unos orígenes humildes, fue creciendo hasta convertirse en el mayor proveedor de componentes y subsistemas de comunicación óptica del mundo, con una plantilla internacional de doce mil trabajadores. Los productos de la empresa permiten realizar comunicaciones de alta velocidad de voz, vídeo y datos para aplicaciones de redes, almacenamiento, comunicación inalámbrica y televisión por cable.

Para Year Round, la expansión de su cliente supuso que en 2008 el fabricante taiwanés abriera una segunda sede, que le ha llevado a triplicar la producción. En la actualidad, los encargos relacionados con la fibra óptica de la empresa –que cuenta con cuatro centros de mecanizado vertical Haas y dos centros de taladrado/roscado Haas DT-1– representan alrededor del 70% de su facturación.

Taiwan-based Year Round Technology Corp, especialistas en productos de aluminio inyectado para la industria de la fibra óptica.

Uno de los principales componentes de fibra óptica fabricados por Year Round es la carcasa del módulo que genera la luz. Estos módulos, que son del tamaño de una mano aproximadamente, se emplean en grandes sistemas para servidores de fibra óptica y comunicación de datos. Entre los usuarios finales de estos sistemas, se hallan grandes multinacionales como Cisco y Microsoft.

“La carcasa debe cumplir una tolerancia muy precisa de 25 µm, en gran medida por la transmisión de la fibra”, dice Jean Kuo. “Si hay desviaciones, el rendimiento se ve afectado. Además, la carcasa debe tener un acabado exterior estéticamente agradable”.

Aunque Year Round se especializó en fundiciones de zinc en sus inicios en 1980, hace cinco años, la industria de la fibra óptica empezó a adoptar el aluminio fundido porque es más ligero y presenta mejores propiedades termodinámicas. Sin embargo, el inconveniente del aluminio es que necesita más trabajo de mecanizado después de la fundición.

Year Round comenzó a usar aluminio fundido en 2009 y al principio subcontrató la segunda operación de mecanizado. No obstante, la empresa pronto empezó a sufrir uno de los mayores problemas de la externalización: el control de calidad.

“Vimos que el rendimiento, el número de carcasas bien mecanizadas, no era muy bueno”, cuenta Jean Kuo. “El proveedor que teníamos detectaba las dimensiones fuera de tolerancia solo tras haber realizado el mecanizado. Al mecanizar metal fundido, es necesario comprobar las dimensiones durante el proceso, casi paso por paso. El diseño y la precisión del utillaje también son cruciales para obtener la pieza correcta”.

Hace unos dos años, Year Round se dio cuenta de que la externalización de esta tarea no funcionaba, así que optó por adquirir sus propias máquinas herramienta y empezar a mecanizar internamente.

“Conocimos la marca Haas en una feria, y no tardamos mucho en tener cuatro centros de mecanizado Haas VF-2SS Super Speed y dos centros de taladrado/roscado DT-1 instalados”, continúa Jean Kuo. “Desde entonces, las máquinas han estado en funcionamiento durante diez horas al día sin tener ningún problema”.

Uno de los componentes más importantes fabricados en las máquinas Haas es la carcasa para el módulo que genera la luz, la cual necesita que esté ajustada dentro de las 25 µm.

La empresa usa tres de las cuatro máquinas VF-2SS para la segunda operación de mecanizado de las carcasas de aluminio fundido, con unos tiempos de ciclo en torno a los cuarenta minutos. Las piezas se cargan en un utillaje rotativo, y se mecanizan dos a la vez. Primero se mecanizan tres caras con un mismo amarre y a continuación la carcasa se gira para efectuar las operaciones siguientes. Una de las máquinas VF-2SS de 4 ejes también se emplea para producir electrodos de cobre para las máquinas de electroerosión de la empresa, que se usan para fabricar las herramientas de fundición. Los electrodos, que suelen tener motivos muy finos, son muy importantes, ya que las herramientas deben ser de una calidad excelente para poder producir más de cien mil piezas de fundición a la semana.

La otra Haas VF-2SS de la empresa es un modelo de 5 ejes que, aunque se usa para la segunda operación de mecanizado, también se emplea para fabricar prototipos. Estos, que suelen fabricarse en lotes de unas cien unidades, permiten que el cliente apruebe el diseño antes de producir el molde. Las máquinas Haas DT-1 también se usan para hacer prototipos, además de para realizar el segundo mecanizado. Independientemente de la máquina utilizada, la empresa comprueba las dimensiones de manera regular a lo largo del proceso de mecanización.

El resultado es un rendimiento muy superior durante la fase de mecanizado, que permite a Year Round controlar mejor los costes. Una ventaja que el cliente valora. De hecho, la empresa decidió buscar un proveedor de fuera de Estados Unidos porque la misma pieza producida en EE.UU. cuesta unos 15 dólares, mientras que en Taiwán el coste es de solo 3 dólares, y con la misma calidad. Year Round, además, está homologada con las normas ISO 9001, ISO 14001 y OHSAS 18001.

La empresa tiene cuatro centros de mecanizado verticales Haas VF-2SS Super Speed y dos Haas DT-1 Drill/Tap Centers.

Además de un coste ajustado y una buena calidad, Year Round ofrece unos plazos de entrega asombrosos: del molde nuevo al primer artículo de aluminio fundido en unos treinta días; un artículo que en la mayoría de casos puede pasar directamente a producción.

“Muchos clientes ya no nos piden un prototipo, sino que nos encargan el primer lote directamente, con el primer ciclo de producción”, dice Jean Kuo. “Para conseguir eso, la calidad es esencial. Aunque la competencia es dura en materia de precios, el valor añadido lo da el hecho de ofrecer un molde con el que se puedan producir cientos de miles de piezas fundidas sin problemas. Nuestras máquinas Haas son fundamentales para lograr este objetivo”.