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Ejercicio físico en la lucha contra la osteoporosis

17/05/2013

17 de mayo de 2013

Montserrat Otero, doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la UPV/EHU
Montserrat Otero, doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la UPV/EHU.
Montserrat Otero, doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la UPV/EHU, ha diseñado un programa de ejercicio físico, basado en materiales muy básicos y rudimentarios, que mejora significativamente la fuerza de las extremidades superiores e inferiores de mujeres con osteoporosis posmenopáusica, así como su equilibrio estático y dinámico.
La osteoporosis es un trastorno de la estructura ósea caracterizado por una alteración de la resistencia del hueso, que aumenta el riesgo que tiene una persona de sufrir fracturas. En el caso de las mujeres, a partir de los 35 años, por primera vez en la vida, la tendencia natural es perder hueso. A partir de la menopausia, se puede sufrir además una aceleración de dicha pérdida.
Una de las principales dificultades en el diagnóstico de esta enfermedad es que la pérdida de masa ósea que se produce en la osteoporosis es progresiva y no provoca dolor. El hueso se vuelve tan frágil que un traumatismo mínimo puede generar una fractura. Por este motivo, la mayoría de las personas no son conscientes de que tienen los huesos debilitados hasta que sufren una fractura. Y es en ese momento cuando la enfermedad produce deformidades en el hueso y dolor, así como diferentes alteraciones crónicas.

Efectos de la práctica de ejercicio físico

Una de las principales actuaciones que se fomenta desde las diferentes entidades gubernamentales en la lucha contra la osteoporosis, respaldada también por evidencia científica, se centra en la prevención de las caídas mediante la práctica de ejercicio físico. Pero uno de los hándicaps más importantes de las entidades para activar programas de ejercicio físico dirigidos a este tipo de personas es el aspecto económico. Hay muy pocos estudios que avalan y que estadísticamente han conseguido obtener mejoras significativas con materiales muy básicos y sin necesidad de una maquinaria sofisticada, en ocasiones inaccesible debido al coste económico que supone. Es precisamente el objetivo que se ha marcado Montserrat Otero en su tesis doctoral, el de constatar si un programa de ejercicio físico con materiales básicos (botellas llenas de arena, canicas y piedra, cuerdas, sillas...) puede mejorar la fuerza de las extremidades superiores e inferiores y el equilibrio estático y dinámico de mujeres con osteoporosis postmenopáusica. Un ejercicio físico que tenga como objetivos principales la mejora de los niveles de fuerza muscular y equilibrio, ya que niveles bajos de estos componentes de la condición física han sido identificados como factores de riesgo de las caídas.