Entrevista a Amelia Cobos, socia fundadora de Fashion Dogs

Fashiondogs.es se fundó en 2006, cuando Mónica (mi socia) y yo decidimos abrir un negocio relacionado con perros, nuestra pasión. Ambas somos educadoras caninas y tuvimos que escuchar críticas en contra de vestir a los perros. Mucha gente no entendía que, con nuestros conocimientos sobre perros, nos decantáramos por este tipo de negocio. Más adelante explicaré con detalle que es totalmente compatible y que disfrutar de un perro equilibrado no está reñido con la utilización de accesorios de moda si, obviamente, son prendas de calidad.

Nuestro principal objetivo era entrar en el mundo de la moda, para perros, pero moda. Nos entusiasmaba la idea del negocio exclusivo para mascotas, más allá del comercio típico de venta de accesorios y comida para animales. Nuestras expectativas eran conseguir que las personas pudieran, además de cubrir las necesidades de su perro, expresarse a través de los accesorios y prendas de alta costura.

Fashiondogs.es fue pionera en este sector, ofreciendo accesorios exclusivos de la más alta calidad y acuñando el concepto Moda Canina en España.

En realidad las diferencias tienen que darse en cuanto a tejidos y estampados, pero lo que es imprescindible es que las prendas tengan un patrón que se haya hecho pensando en el bienestar del perro, cómodo y estandarizado. Hay que huir de tejidos que hagan ruido y de esas cuerdecitas que tienen algunas prendas para pasar la cola del perro… Sin duda la comodidad tiene que ser universal en todo tipo de prenda para perro. A ellos no debemos aplicarles aquello de: “para presumir hay que sufrir”.

Actualmente el sector, como en el resto de ámbitos, está bastante afectado por la crisis. En el 2006, había una tendencia a la marca y a la exclusividad en todos los aspectos. Hoy en día, mucha gente llega justa a poder alimentar a su perro por lo que la mentalidad es muy diferente. Nosotros nos encontramos en plena reestructuración de empresa, queremos darle un giro en función de las necesidades actuales y nuestra madurez personal.

Hoy en día hay muchas tiendas con productos exclusivos y es difícil encontrar algo que no tengan los demás. Lo importante es tener buenos productos, exclusivos y, sobre todo, de calidad. No vendería algo que no quisiera para mis perros, por lo que el bienestar del animal es nuestro primer objetivo.

Como curiosidades, para épocas navideñas hay vestidos de Papá Noel, y también ofrecemos jerséis con bufanda, joyas, smoking, vestidos de fiesta…

Nosotros trabajamos muy bien los “soft harness” que son arneses suaves y chalecos que son cómodos, prácticos y divertidos.

Una preciosa y cómoda camita. El descanso es muy importante. Un perro tranquilo es un perro feliz.

Pienso que tienen razón, pero sólo cuando el perro vive de forma permanente a la intemperie. Este tipo de perros ya está preparado para aguantar el frío y tiene su protección natural en el manto, tanto en verano como en invierno. El problema viene cuando el perro vive en nuestra casa, a una temperatura media de 21-24 grados. En verano tenemos aire acondicionado y en invierno, calefacción. Nuestro perro tiene el pelaje preparado sólo para esa temperatura ¿qué pasa entonces cuando salimos al exterior? Pues que, o les abrigamos como hacemos nosotros poniéndonos una chaqueta, o pasan frío. Y bien, algunos dirán que no pasa nada si nuestro perro pasa un poco de frío ¿no? En mi opinión, si se lo podemos evitar, mejor, sobre todo a los perros más pequeños. Y ya puestos a abrigarlos ¿por qué no hacerlo con estilo?

Como todo, bien utilizado y con prendas de calidad, tan sólo podemos aumentar el bienestar del perro y no perjudicarle en absoluto. Sentirse más calentito y confortable suele gustar a la mayoría de los perros.

Normalmente vestir al perro está mal visto porque sería humanizar al perro y tratarlo como a un bebé. Eso no es cierto, no depende al menos, de si el animal va vestido o no. Como educadora canina he visto perros inestables y desequilibrados, tratados como personas y jamás les han puesto ropa, simplemente, no saben tratarlos ni satisfacen sus necesidades y se desequilibran. He visto a otros perros que son vestidos y llevan complementos de moda pero sus tutores (no me gusta llamarles amos, dueños ni propietarios) saben bien qué es un perro y cómo aprende. Se han esforzado en satisfacer todas sus necesidades y primero mantienen el equilibrio innato del perro, después los visten. Y te aseguro que son perros totalmente tranquilos y equilibrados, lleven ropa o no.

Efectivamente, las ventas aumentaron cuando inauguramos nuestra tienda online. El comercio electrónico está en auge y cada vez más las personas que tienen perros encuentran buenos productos en internet.

Pienso que ahora, en nuestro país, todo en general está en 'standby' y la tendencia de la moda canina exclusiva que surgió con fuerza en España y que lleva años afianzada en otros países como Francia o Inglaterra, dentro de un tiempo volverá para quedarse. Siempre que se entienda, no como una humanización del perro, sino como una necesidad de abrigo de los perros que viven de forma permanente en nuestras casas con calefacción y como una vía de expresión personal del tutor del perro.

Me gustaría hacer hincapié en la necesidad de que las personas conozcan la verdadera naturaleza del animal. Un perro es un ser maravilloso y compartir la vida con él es compartir un pedazo de naturaleza que nos conecta con quienes realmente somos. Por eso, hemos de satisfacer sus necesidades básicas, deshacernos de obsoletos mitos y aprender cada día de nuestro propio perro.

Actualmente, además de mi empresa y de educar perros, realizo terapia asistida con perros en residencias de ancianos y es maravillosa la conexión ancestral que existe entre humano y perro. Esta conexión es la que permite la comunicación con afectados de Alzheimer, personas que, por desgracia, viven ausentes la mayor parte del tiempo. Ser testigo de eso es un regalo.

También quiero aprovechar estas líneas para recordar que somos responsables de nuestros perros y que debemos darles lo mismo que nos dan a nosotros y, por supuesto, ni maltrarlos ni abandonarlos jamás.