Rockwool ha reducido desde 2015 en un 3,8% las emisiones de CO2 por tonelada de lana de roca de sus fábricas y en un 4,1% los desechos a vertedero

Rockwool, especialista en fabricación de lana de roca, está estrechamente comprometida con los objetivos sostenibles aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Agenda 2030, entre los que figuran erradicar el hambre, producir energía asequible y no contaminante o contribuir a la construcción de ciudades y comunidades sostenibles.

Rockwool centra sus esfuerzos en conseguir 10 de los 17 objetivos con una estrategia que pasa por maximizar el impacto positivo de sus productos y minimizar el impacto negativo de sus operaciones. Este año, el grupo se ha convertido en la empresa mejor valorada por Trucost SDG –una herramienta que proporciona un análisis cuantitativo del desempeño de las compañías en relación con los ODS–, y ha alcanzado una puntuación de 84 de 100. Rockwool ha sido reconocida por contribuir de manera significativa en la acción por el clima (SDG 13), la producción de energía limpia y asequible (SDG 7) y por el fomento de trabajo decente y el crecimiento económico (SDG 8) a través de sus productos y servicios, alta tasa de creación de empleo y actividades benéficas.

“En Rockwool adoptamos los ODS como un marco para convertir los retos mundiales de desarrollo sostenible en oportunidades de negocio a través del desarrollo de productos y soluciones y la consolidación de alianzas estratégicas. Por eso, es muy gratificante que se reconozcan nuestros esfuerzos en materia de sostenibilidad”, afirma Albert Grau, public affairs officer de Rockwool Peninsular, quien añade que “creemos firmemente que las empresas deben centrarse en el impacto que generan sus productos, a la vez que trabajan por minimizar cualquier impacto negativo de sus operaciones. Por ejemplo, durante su vida útil, nuestros productos de aislamiento ahorran 1.500 veces más energía y CO2 de la que se consume o se emite en la extracción de materias primas, transporte y producción”.

Los esfuerzos realizados en 2017 para medir la energía y “los ahorros de carbono” confirmaron el importante papel que tienen los productos de aislamiento Rockwool para edificios y aislamiento técnico a la hora de hacer frente al cambio climático. En este sentido, el análisis de S&P Trucost confirma que el 100% de los productos Rockwool contribuyen a alcanzar los ODS establecidos por la ONU.

Con relación a sus operaciones, la compañía ha reducido desde 2015 en un 3,8% las emisiones de CO2 por tonelada de lana de roca de sus fábricas, al implantar medidas de eficiencia como la optimización de los compresores y la instalación de iluminación LED. En materia de gestión de residuos, Rockwool ha reducido un 4,1% los desechos a vertedero y ha recuperado 120.000 toneladas de desperdicios de lana de roca.

“Es necesario mejorar la eficiencia energética de los edificios significativamente para cumplir con los objetivos climáticos. Además, la nueva Directiva de Eficiencia Energética en Edificios nos lo recuerda cuando apunta a la contención del consumo energética y a establecer políticas de eficiencia energética como primeros pasos a realizar. El aislamiento Rockwool es una forma muy rentable de reducir el uso de energía y las emisiones de CO2 de un edificio, ahora y en las próximas décadas”, concluye Albert Grau.

Todos estos logros, junto con las inversiones aprobadas, ayudarán a Rockwool a alcanzar sus objetivos de sostenibilidad para 2022; fecha en la que se ha marcado como meta reducir en un 10% tanto las emisiones actuales de CO2, como el consumo de agua de sus fábricas y poder alcanzar el objetivo del 20% en 2030. Además, el reto de la compañía en materia medioambiental también pasa por reducir en un 40% los residuos que van a vertedero en 2022 y lograr el 85% en 2030. A su vez, pretende disminuir el consumo energético de sus instalaciones actuales que no han sido renovadas en un 35% para 2022 e incrementar la cifra en 2030 hasta el 75%.