Entrevista a Macarena Ruiz, experta en jardines

Para la pintora Macarena Ruiz, experta en jardines y profesora de pintura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, el jardín es un elemento natural siempre modelado y delimitado por la mano del hombre para expresar en él su espíritu utilizando las diversas técnicas de la agricultura, la arquitectura, la hidráulica, el diseño o la topiaria. “Ha sido utilizado con frecuencia como espacio de expresión para mostrar la vinculación del hombre con su entorno natural y crear un espacio tanto para vivir como para contemplar”, afirma.

El jardín es metáfora y síntesis de la tierra que habitamos. Ha sido, es y será un componente cultural importante en la historia del hombre y por ende el paisaje. La idea de jardín acompaña nuestra cultura desde la Antigüedad Clásica, manifestándose en ella la necesidad humana de hacerse uno con la naturaleza.

Sí, aunque el origen social de las zonas ajardinadas lo podemos encontrar a finales del siglo XVIII con la creación de los primeros jardines públicos, realizados para cumplir principalmente la función de espacios de recreo para la creciente población, además de convertir el ambiente de la ciudad en más saludable. A comienzos del siglo XIX se llevó a cabo un movimiento Higienista que trató de llevar agua potable, arbolado y sistema de alcantarillado e iluminación a estos espacios, convirtiéndose en lugares de encuentro para los ciudadanos de carácter saneado y de gran beneficio social.

Así es. Ya en la Antigua Grecia hallamos referencias de zonas de naturaleza destinadas al uso público y en la Antigua Roma junto a las grandes villas ajardinadas también se encontraban espacios para el recreo público como las termas, que poseían zonas de jardines que propiciaban la tertulia entre los ciudadanos.

El espacio verde integra entre sus funciones diversos usos sociales y recreativos demandados por la población, además del disfrute y contacto del ciudadano con la naturaleza. Estos usos sociales pueden ser de diversa índole, dependiendo de las necesidades sociales del entorno, pudiendo encontrar en ellos: estanques, espacios deportivos y de actividades culturales como el teatro, la música o la lectura. No ha de confundirse con la esencia de lo que es un jardín, cuya finalidad principal es la de la búsqueda de la contemplación y satisfacción espiritual.

Con el paso de los siglos, la población que habita en las ciudades ha ido aumentando vertiginosamente por lo que las grandes urbes, además de contar con los jardines ya existentes, han tenido la necesidad de crear los denominados ‘espacios verdes’ herederos de funciones de los jardines públicos y cuyas aportaciones más importantes a la vida del hombre son las de proporcionar una mejora en la calidad de vida y facilitar espacios de actividades culturales y lúdicas. Sin embargo, con la inclusión de los grandes parques o zonas verdes de recreo ha habido un inflamiento de la construcción de estos, por lo que muchos de ellos han fracasado con la consiguiente pérdida de dinero invertido.

Considero que a la hora de diseñar un espacio público, además de tener en cuenta su diseño óptimo, que es muy importante, hay que realizar estudios previos sobre las características climatológicas del entorno, la calidad del suelo, la contaminación atmosférica de la zona, estudio de plantas y árboles autóctonos… Hay que ir más allá y pensar en las labores posteriores de mantenimiento y limpieza de los mismos, y desgraciadamente, en algunas ocasiones, se han creado jardines que posteriormente han sido insuficientemente atendidos.

Creo que lo ideal a la hora de abordar la creación de un jardín es la labor común entre ambos profesionales tanto el arquitecto como el paisajista, pues es necesario el conocimiento de distintas disciplinas como la arquitectura, la agronomía, el diseño, para el tratamiento de los espacios y la restauración medioambiental.

La integración adecuada de los jardines en las ciudades es de gran importancia tanto para la estética de las urbes como para el bienestar del hombre que las habita, y en los últimos años se percibe una mayor concienciación por parte de la administración en la creación y cuidado de los mismos, pero esta creación debe ser mesurada y debe fomentarse el cuidado de los vergeles ya existentes sin que pierdan su esencia, e incluso restaurarlos cuando estos se encuentran en malas condiciones, pues son un diario existencial de las ciudades donde se encuentran.

El jardín y el arte

Para Macarena Ruiz, el jardín ha sido continuamente motivo de inspiración para el hombre y lugar de encuentro entre la naturaleza y la cultura. Escritores, pintores, poetas, músicos, escenógrafos, … etc., han recurrido a él como escenario de sus diálogos, escenografías o como elemento protagonista de sus obras, entre otros podemos citar a Falla, Borges, Ravel, Matisse, etc.

En relación con la pintura, el jardín ha estado presente continuamente en las obras de artistas a lo largo de toda la historia, tanto en Oriente como en Occidente, habiéndolo tomado como tema principal en algunas de sus obras grandes pintores como El Bosco, Velázquez, Renoir, Sargen, Rusiñol, Morrisot; y en alguna ocasión, llegó a convertirse en un segundo estudio para algunos pintores, como en el caso del anteriormente citado Matisse o el español Joaquín Sorolla, quien se recluyó en el jardín de su casa que él mismo diseñó, rememorando en él tres de sus jardines preferidos y que tanto pintó como los del Generalife y la Alhambra de Granada, y los de los Reales Alcázares de Sevilla.

Cuando se ha sentido integrado en la naturaleza, el hombre ha expresado esa armonía, entre otras maneras, en forma de jardín, que es un modelo a escala reducida del mundo natural. Por ello, la historia de los jardines ha estado acompañando a la del ser humano a lo largo de toda la Historia, por lo que son numerosos los jardines que podríamos nombrar.

Entre otros, podríamos comenzar por citar los jardines de la Antigüedad Clásica como por ejemplo Tívoli, en Villa Adriana; siguiendo por los jardines islámicos en España como los del Generalife o la Alhambra, en Granada; los Jardines de la Villa Lante, creados en el Renacimiento, y siguiendo con otros como los de Versalles; los grandes jardines botánicos como el de Madrid, el de Brooklyn, en Nueva York, o el de Coimbra, en Portugal; los Reales Jardines de Aranjuez, el jardín japonés Saihouji, en Kioto, los jardines de Suzhou, en China…

Es complicado responder a esta pregunta. Como ejemplo de jardín ideal con características occidentales, me viene a la mente el jardín de los Selgas, que se encuentra en Asturias y está estructurado en tres zonas. Cada una de ellas rememora los principales estilos de jardinería de la época moderna: la italiana, la francesa y la inglesa, con características románticas típicas de la campiña de Gran Bretaña. Este conjunto de jardines de los Selgas fue nombrado en 2006 como ‘El mejor jardín español’.

Sí, el jardín de Hamarikyu en Tokio, que cuenta con una extensión de 8,7 hectáreas. Es un ejemplo de creación artística en donde se ha intentado reproducir en un reducido espacio los paisajes naturales japoneses. Situado cerca de la bahía de Tokio, fue construido en el siglo XVII por la familia Tokugawa y en la primera mitad del siglo XX fue donado a la ciudad de Tokio y ha sido ampliado manteniendo en todo lo posible la esencia de su diseño originario.

Pues de una manera más personal y haciendo referencia a jardines de carácter privado, quizás por mis orígenes andaluces, dentro de las distintas tipologías del jardín, me atrae mucho el jardín hispano-árabe, construido hacia el interior de la vivienda, en donde los elementos esenciales son el agua y la vegetación, la delimitación mediante arrayanes entorno a una estructura geometrizada, y potenciando el sonido, el olfato y la vista, por lo que abundan las plantas y árboles aromáticos. Dicho esto, siempre hay que tener en cuenta, que la tipología de plantas, flores y árboles que debe de haber en los jardines, tiene que estar acorde con la climatología del entorno.

Destacaría dos jardines totalmente opuestos en su concepción: uno es el jardín de Keukenhof o también conocido como Jardín de Europa, situado en Holanda y en donde se puede encontrar una gran colección de especies distintas de flores, invernaderos, fuentes, lagos y grandes paseos para recorrerlo.

El Jardín de la Especulación Cósmica, situado en Escocia, en donde abundan los grandes espacios y se conjuga naturaleza, matemáticas, metafísica y principios ancestrales de jardinería oriental. En España tenemos la fortuna de contar con magníficos jardines, tanto contemporáneos como históricos.

Desde los jardines históricos del Capricho o los Jardines del Palacio Real de Aranjuez, que además son Patrimonio de la Humanidad bajo la denominación de Paisaje cultural de Aranjuez desde el 2001, hasta los de creación más reciente como el jardín vertical CaixaForum, de escasas dimensiones y que sobrevive sin tierra pues está dispuesto sobre una lámina plástica y otra de fieltro de poliamida; o los jardines que forman parte del Parque Madrid Río.