Miguel Ángel Armesto Herbella, Presidente de Adhac

Una mayor concienciación medioambiental y la necesidad que tenemos, como país, de reducir nuestra dependencia y ahorrar en la factura energética serán los factores que claramente impulsarán el desarrollo de las redesen los próximos años

La Asociación de Empresas de Redes de Calor y Frío (ADHAC) lleva trabajando desde su fundación por promover y fomentar el conocimiento de las ventajas de las redes de calor y frío en nuestro país, una solución que, de momento, no está muy implantada en España, muy por debajo de otros paises de nuestro entorno. Queremos conocer con más detalle el panorama actual de las redes de calor y frío en nuestro país. Para ello hemos conversado con el presidente de ADHAC, Miguel Ángel Armesto.

Pregunta: Desde que se puso en marcha la asociación, las redes de distrito han ido creciendo de forma paulatina. Actualmente, ¿cuántas están en marcha en nuestro país? ¿Y de que tamaño?

Respuesta: Una de las primeras tareas que se marcó nuestra Asociación fue la realización de un inventario de redes de nuestro país que permitiera tener una visión lo más precisa posible de cuál es la situación del sector. En base a ello y en colaboración con el IDAE hemos montado el “Censo de Redes” de calor y frío que hoy es una clara referencia de la situación de este mercado.

Actualmente tenemos identificadas unas 270 redes en todo el país. En cuanto al tamaño son muy diferentes unas de otras. Si bien la mayor parte son redes de calor de pequeño tamaño, muchas de ellas en pequeños municipios de ámbito rural, contamos también con algunas redes urbanas de frío y calor de tamaño importante. Para ilustrar este aspecto que caracteriza al sector en España cabe señalar que mientras un 90% de las redes identificadas son solo de calor, respondiendo al modelo anteriormente comentado, desde el punto de vista de la potencia que suministran suponen aproximadamente el 35%, concentrándose la mayor parte de potencia y por tanto de superficie climatizada en las pocas grandes redes urbanas de frio y calor.

P.: ¿En qué situación nos encontramos con respecto a otros países de nuestro entorno?

R.: Somos uno de los países con una introducción más baja de este tipo de soluciones en Europa. Aquí, el índice de penetración de las redes es todavía de menos del 0,5% cuando la media europea está en el 10%. Países de nuestro entorno como Francia o Italia están en cifras de penetración de redes entre diez y veinte veces superiores a la nuestra y en el norte y centro de Europa hay ejemplos como Dinamarca donde más del 65% de la población cubre sus necesidades térmicas a través de una red.

P.: ¿Se están cumpliendo las expectativas de la asociación en cuanto al ritmo de crecimiento?

R.: ADHAC se ha fijado como objetivo dar a conocer las redes y su promoción en nuestro país. Partimos como decía antes de una base donde está casi todo por hacer, desde explicar en qué consiste esta tecnología hasta elaborar herramientas que cuantifiquen el impacto de las redes en una certificación energética y colaborar con la Administración en el desarrollo del necesario marco normativo que facilite el despliegue de estas infraestructuras en las ciudades.

Los últimos cinco años, en medio de una crisis que ha afectado muy directamente al sector financiero y al inmobiliario, no han sido los más propicios para la realización de importantes inversiones como son las de estas redes. No obstante, tenemos que decir que el conocimiento de esta tecnología es cada vez mayor en administraciones y particulares, que se han dado avances significativos en la transposición de directivas europeas que claramente apoyan el uso de estas redes como alternativa de suministro de energía térmica frente a un modelo ineficiente como el que tenemos. En ese sentido la mayor concienciación medioambiental y la necesidad que, como país tenemos, de reducir nuestra dependencia y ahorrar en la factura energética serán los factores que claramente impulsarán el desarrollo de las redes en los próximos años.

P.: ¿Cuáles son las principales barreras que ralentizan el desarrollo de las mismas?

R.: En primer lugar, conviene tener en cuenta que estamos hablando de infraestructuras de servicios. El rápido desarrollo inmobiliario que hemos vivido no ha facilitado precisamente la planificación ordenada de este tipo de infraestructuras, máxime cuando no ha habido una normativa que obligara a contar con ellas o que mínimamente las respaldara.

Una vez urbanizada una zona, el incorporar una red es más costoso y engorroso. Esa es quizá la barrera más importante para la implantación de estas canalizaciones en zonas ya desarrolladas donde tienen todo el sentido económico y ambiental. Bien es cierto que el despliegue de las redes de telecomunicaciones por cable en las ciudades ha precisado en su momento también de actuaciones especiales para incorporar unas canalizaciones inexistentes en el ámbito urbano. Pero en ese caso, las administraciones, sobre todo locales, desarrollaron una normativa orientada a facilitar un servicio imprescindible en ese momento para el desarrollo de la sociedad de la información. Los criterios y prioridades deben ser similares en el despliegue de una infraestructura como ésta que contribuye a conseguir los objetivos de sostenibilidad medioambiental. Es una apuesta por mejorar la sociedad en que vivimos donde todos tenemos que implicarnos.

P.: ¿Qué papel juegan las ESEs en su implantación?

M.A.A.: Hay que pensar que, además de una herramienta de mejora de la eficiencia energética, una red es también un servicio a los ciudadanos que debe prestarse con criterios de equilibrio económico. El éxito depende de cómo gestionar adecuadamente la producción y la venta de esa energía y para ello hace falta contar con profesionales con una alta cualificación técnica y con experiencia.

Los modelos posibles son muchos pero a nuestro juicio el de colaboración pública privada cuenta con notables casos de éxito porque permite trabajar a las ESEs en la explotación de la red y amortización de las inversiones y a la Administración en controlar y regular un servicio público a sus ciudadanos.

P.: ADHAC es una de las asociaciones que han promovido la norma EA 0055 “Clasificación de Proveedores de Servicios Energéticos”. ¿Qué les ha llevado a apoyar esta norma? ¿Qué beneficios puede aportar tanto a sus asociados como a sus clientes?

R.: El criterio ha sido muy similar al que nos ha empujado a la elaboración del Censo de Redes que antes decíamos y de las herramientas de cómputo de las redes en la certificación energética. Es una apuesta por profesionalizar un sector cuyo éxito depende en gran medida de la cualificación de empresas y profesionales que lo desarrollen.

La clasificación de Proveedores de Servicios Energéticos viene a cubrir una carencia existente en nuestro país que es la de contar con un sello de calidad que facilite al cliente la identificación de las empresas que pueden resolver sus necesidades en una actividad tan necesaria como la prestación de servicios energéticos. Haciendo esto de una forma consensuada con las principales asociaciones del ámbito de la eficiencia energética de nuestro país y con la principal entidad certificadora, AENOR, nos pareció la mejor garantía de éxito de esta norma y así entendemos que se está recibiendo por parte de clientes y empresas.

P.: Últimamente se están poniendo en marcha diversos proyectos con la biomasa como fuente de combustible. ¿Por qué se está eligiendo mayoritariamente esta opción?

R.: La biomasa es una buena alternativa. Cuenta con la ventaja de ser un recurso local que nos libera de la incertidumbre de precios de unos combustibles fósiles que importamos necesariamente y sometidos a unas fluctuaciones sobre las que no tenemos ningún control. Es una solución muy adecuada para desarrollar una red de calor donde está clara la demanda y no hay a priori una fuente de energía residual.

No obstante, si una ventaja tienen las redes es facilitar la convivencia de diferentes tecnologías de generación de energía y de gestionarlas eficazmente para atender la demanda.

P: ¿Qué otras alternativas existen para hacer viables las redes de distrito?

R.: Si nos referimos a alternativas tecnológicas de generación, son muchas. La cogeneración de alta eficiencia es una de las más utilizadas en toda Europa, pero además el aprovechamiento de fuentes de calor local procedentes de industria, incineración de residuos, biogás de vertederos, tecnología solar, geotermia…

No existe una solución universal para las redes. Precisamente su naturaleza de infraestructura local hace que en cada sitio la combinación de tecnologías y fórmulas para atender mejor la demanda sea distinta. Por eso es muy importante hacer un buen estudio previo identificando tanto las fuentes de generación como la previsible demanda. Uno de los objetivos de ADHAC es ayudar a las administraciones locales pero también a otros promotores públicos y privados a identificar estas potencialidades y orientar hacia la mejor solución en cada proyecto.z