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Entrevista a Josep Garcia, director del Centre de Recerca, Seguretat i Control Alimentari de la Universitat Politècnica de Catalunya (Cresca)

Cresca: “La fórmula que mantiene viva la interacción entre universidad y empresa son los proyectos CDTI”

21/04/2010
Josep Garcia, director del Centre de Recerca, Seguretat i Control Alimentari de la Universitat Politècnica de Catalunya (Cresca)...
Josep Garcia, director del Centre de Recerca, Seguretat i Control Alimentari de la Universitat Politècnica de Catalunya (Cresca).

¿A qué se dedican y en qué campos vinculados al sector alimentario trabaja el centro?

Las actividades del Cresca abarcan dos vertientes: formación e investigación aplicada. La primera, desarrolla cursos, jornadas técnicas, simposios y congresos; la segunda, principalmente convenios con las empresas. En cuanto a la parte formativa, hemos comprobado que en el sector agroalimentario tienen mejor acogida los cursos a medida de las empresas que duran una media de 10 o 15 horas.

¿Cuáles son los principales proyectos, dentro del sector de alimentación y bebidas, que llevan a cabo actualmente?

En el Cresca llevamos a cabo una serie de jornadas técnicas denominadas ‘Panorama actual de la industria alimentaria’ que complementan los congresos que organizamos. Con estas sesiones, que se celebran en enero y junio, captamos el interés del mercado hacia temas que desarrollamos en los congresos. En cuanto a estos últimos, organizamos dos encuentros: el Congreso Nacional de la legionela y el de Ingeniería y Biología de los Alimentos (EBA), ambos en la sede de Terrassa. En estos momentos, estamos preparando la cuarta edición del congreso Nacional de la legionela, previsto para la tercera semana de noviembre. Además, estamos pendientes de que se confirme el proyecto conjunto con Fira de Barcelona, en el marco de Expoquimia, donde se celebrará el segundo simposio de Química Sensorial, la cuarta convocatoria del EBA y una jornada sobre aditivos alimentarios. En el área de investigación, hemos experimentado un giro desde el segundo semestre del año 2008 cuando empezamos a detectar la crisis económica, aunque nadie lo reconocía. Antes, recibíamos muchas consultas y proyectos de poca envergadura y, posteriormente, un número menor de consultas que se transformaban en proyectos de investigación aplicada. En estos momentos, la fórmula que mantiene viva esta interacción entre la universidad y la empresa son los proyectos CDTI. Dentro de esta categoría, hemos desarrollado dos proyectos para trazar modelos predictivos. En primer lugar, estamos diseñando un software que concrete la medida que deben tener los cristales de hielo en postres helados de alta gama y que deben cumplir una serie de requisitos. En segundo lugar, estamos a punto de iniciar, aunque aún no tenemos la aprobación del ministerio, un proyecto sobre el control del proceso de fabricación y derivados del cacao en polvo. Durante los últimos años, se ha incorporado una coloración más rojiza a estos productos, en sintonía con las preferencias del mercado americano. Se está reeducando al consumidor europeo, sin que este se dé cuenta. En una primera fase del proyecto, nuestro cliente podrá supervisar la coloración final en base a unos parámetros. Después, se valorará el sabor del producto. Así, se evaluará si realmente hay algún cambio de sensibilidad por parte del consumidor y si se ha adaptado o no.

En el V Encuentro de Innovación y Tecnología, que tuvo lugar en el marco de Alimentaria 2010, se comentó que a pesar de la crisis y sus efectos en el balance de muchas compañías vinculadas a alimentación y bebidas, estas destinaron más recursos en materia de innovación durante el año 2009. ¿Qué opinan ustedes de la creciente inversión en materia de innovación a pesar de la coyuntura económica?

El año 2009 fue ‘horribilis’. Las empresas se ‘toparon’ con una disyuntiva: hacían algo al respecto o no. Algunas no pudieron aguantar y se vieron obligadas a cerrar. Otras pensaron: ‘O innovamos o morimos’. Y apostaron por la innovación, como la última carta que les quedaba por jugar. Durante esta época de crisis, llevamos a cabo más proyectos de grandes dimensiones, tipo CDTI. Como centro tecnológico, subsistimos gracias a algunas grandes empresas que destinan recursos a la innovación.