El objetivo era dotar al centro de una identidad más unificada, aportar una solución de marca que se pudiese entender como un continuo
Holmes Place Balmes: Cuando la iluminación se convierte en lenguaje
En el corazón del Eixample de Barcelona se encuentra Holmes Place Balmes, uno de los diferentes centros deportivos que la firma inglesa tiene repartidos por todo el mundo. Después de años en funcionamiento, el centro necesitaba una remodelación, para adaptarse a los tiempos actuales y seguir ofreciendo un servicio premium a los usuarios. Uno de los aspectos clave recayó en el diseño de una nueva iluminación, encargo que recibió el estudio LDLuz, con Mariel Fuentes al frente. Para ella, la joya de la corana es, sin duda, el Yoga Studio.
Holmes Place Balmes se encuentra en un enclave extraordinario: un edificio ubicado en pleno Eixample barcelonés. El centro se distribuye en dos plantas y el primer desafío al que se enfrentó LDLuz, una vez aceptado el encargo, fue trabajar con la planta del sótano, un espacio carente de luz natural, con una estructura preexistente y que debía mantener su actividad normal durante prácticamente todo el proceso de reforma.
“La primera complicación nos la encontramos con el tipo de obra. No se trataba de una obra nueva, sino de una reforma en un centro en el que constantemente se tenían que ir aislando zonas para poder trabajar, sin frenar su actividad diaria”, nos cuenta Mariel Fuentes, fundadora de LDLuz. En cuanto a la iluminación existente que allí se encontraron, y bajo el ojo crítico de la profesión, Fuentes apunta que “las instalaciones y los equipamientos existentes no estaban mal, pero la iluminación no tenía sentido y estaba desordenada”.
La primera tarea que se llevó a cabo, por parte de LDLuz, los arquitectos y la propiedad, fue detectar las problemáticas del espacio, un espacio que además contaba con unas columnas metálicas muy potentes a nivel visual y que no se podían esquivar.
El objetivo era dotar al centro de una identidad más unificada, aportar una solución de marca que se pudiese entender como un continuo. “Se le hizo un lavado de cara al espacio, toda una reformulación de los materiales, con una misma paleta de colores. El trabajo por parte de la arquitectura era muy bueno, muy sutil y elegante. Y la iluminación vino a acompañar ese trabajo”, afirma la lighting designer.
Entre los diferentes espacios del centro, y que necesitaban una nueva iluminación, se encontraban la sala de spinning, la sala de actividades dirigidas y entrenamiento funcional y la sala de yoga. “Proyectamos una especie de líneas guía que nos permitían obtener distintas sensaciones de luz, según el tipo de uso de cada espacio”, apunta Mariel Fuentes. Y añade: “Creamos diferentes escenas para diferentes actividades: unas escenas de stand-by, para cuando las salas están sin ocupación; también unas escenas de alto rendimiento, con las que conseguimos que los usuarios reciban una estimulación extra por medio de la luz; y otro tipo de escenas para actividades más tranquilas”.
Otro aspecto que se introdujo, y que no existian previo a la intervención, era el balance en la iluminación: reproducción de color, temperatura, intensidades y contrastes.
Yoga Studio, la joya del centro
Fluidez, armonía y equilibrio. Tres conceptos propios de la filosofía del yoga y que la iluminación y la arquitectura del espacio han conseguido evocar.
La intensión conceptual principal era crear ambientes y atmósferas que transporten al usuario y practicante del yoga a momentos y sensaciones propias de esta disciplina. “En este espacio se puede vivir desde el despertar del cuerpo hasta la relajación en el estado de máxima calma. Y esa curva energética que existe en el yoga es la que se intentó reproducir a nivel de luz”.
Las escenas lumínicas que se han creado con el proyecto de LDLuz acompañan al usuario en los diferentes momentos de una clase, y se desarrollan mediante diferentes combinaciones de encendidos y cambios de intensidades. Los ambientes lumínicos suaves y de efectos sutiles fluyen gracias, también, al trabajo de la arquitectura. "Se eligieron unos materiales nobles, que aportan calidez, tranquilidad, balance, simetría, transparencia y que ayudan al filtraje de la luz. Todo en una gama de colores cálidos y neutros, que dialogan con la búsqueda de equilibrio y calma propia del yoga. Además, se instaló un espejo que hace que la sala sea ambivalente", apunta Fuentes. Esta ambivalencia crea muchas posibilidades a la hora de desarrollar la clase. Las esquinas del espacio son redondeadas y la luz las recorre de manera continua, lo cual enfatiza el concepto y búsqueda de la fluidez espacial.
Se busca, además, la integración de los sistemas lumínicos con el fin de que sea la propia luz, bañando los materiales o en los elementos, la principal protagonista en este espacio de encuentro e inspiración. Luz tamizada y reflejada mediante detalles de luz indirecta proporcionan un máximo confort visual y una invitación a la calma. En definitiva, Holmes Place-Yoga Studio es un proyecto que habla de sutileza, armonía y encuentro, donde todos los elementos que lo componen suman para crear una atmósfera de estado de yoga. “El espacio ha conseguido ser una representación del yoga hecha luz”, sentencia la lighting designer Mariel Fuentes.
Sala de spinning
La sala de spinning fue otro de los grandes desafíos puesto que la sala se redujo en superficie. "En ese espacio se generaban otro tipo de actuaciones a nivel audiovisual mediante unas pantallas que ya existian, igual que el control centralizado por software que iba sincronizando los vídeos. Pero no podíamos hacer grander intervenciones en la caja de la sala, no existian un falso techo nuevo para ello", nos explica Fuentes.
El proyecto en esta sala tuvo que articular diferentes soluciones pero adaptándose a lo que ya había, consiguiendo un resultado igualmente satisfactorio.
Ficha técnica
Nombre del proyecto: Holmes Place Barcelona
Arquitectura: Castan Iglesias, Arquitectura
Diseño de iluminación: LDLuz-Lighting Design Studio
Fotografía: Milena Rosés